CAP 10: Another one

6.2K 417 20
                                    

Seguimos a Ghost hasta el despacho de Mormont, donde era la habitación del Lord Commander. Ghost se detuvo y Jon desenvainó su espada, al igual que yo. Se oyó un chillido horrible y pronto dos de los cadáveres nos atacaron.

Pero ya no eran cadáveres. Eran caminantes blancos, y, uno de ellos, era Num. El que era Num se abalanzó contra Jon y éste le clavó su espada. El otro se abalanzó sobre mí, pero fui más rápida y le clavé mi espada, haciendo que este chillara y desapareciera, explotando en mil pedacitos de hielo.

Mormont entró con su farol, preocupado y Jon se lo quitó y lo lanzó al caminante blanco que solía ser Num, prendiéndolo en fuego.

Mormont miró a Jon preocupado y Jon me miró, atónito. Traté de ignorarlos y a la mañana siguiente hicimos una hoguera, en la cual quemamos el cuerpo del caminante blanco que era anteriormente Num.

–¿Quieres decir algunas palabras? –Preguntó Mormont, asentí.

–Num Delux... –Comencé a decir. Tim y Hornwood voltearon a verme, atentos.- ...un fiel amigo, buen guerrero, divertido, torpe, impulsivo y sobretodo tenaz. Estas palabras se quedan cortas para describir lo importante que fue Num para muchos de nosotros. Él no temía morir por sus amigos, y creo que eso fue lo que lo condenó. –Mordí mi labio para no llorar.- Todos vamos a extrañarlo mucho, y jamás lo olvidaremos. Vamos a defender el muro de todos los terrores del norte por él. Él fue un gran hermano para todos. Y ahora su guardia ha terminado. –Finalicé.

–Y ahora su guardia ha terminado. –Dijeron en coro todos los demás.

Solté un gran suspiro y decidí caminar hacia mi cuarto, cuando Sam me detuvo. Lo miré extrañada y él colocó su mano en mi hombro.

–Sisa, si hay algo que necesitas, lo que sea, puedes decírmelo. –Sonrió de lado. Asentí.

–Gracias, Sam. –Le dediqué una media sonrisa antes de caminar hacia mi habitación.

–¡Sisabella! –La voz de Thorne me hizo voltear. Lo miré mal.- Mormont te llama.

Tragué con dificultad y caminé hasta la casa de invitados, donde Mormont se había trasladado debido al incendio que mató al caminante blanco gracias a Jon.

Al llegar, vi a Jon sentado junto a Mormont. Suspiré nerviosa y me senté también.

–¿Quería verme, Lord Commander? –Pregunté, nerviosa.

–Los tres sabemos que el cadáver que quemamos hoy no era el único que había. –Explicó Mormont.- Jon dice que tu espada hizo que el otro desapareciera. ¿Cómo es esto posible?

–Pues... –Comencé a decir.- ...mi espada fue forjada con esencia de vidriagón, mi Lord. –Dije, tragando con dificultad.

–¿Y cómo supiste que tu espada mataría al caminante?

–No lo sabía, mi Lord. –Suspiré.- Simplemente actué sin pensar y... pasó lo que pasó. Leí en la biblioteca sobre los caminantes blancos y sobre el vidriagón, y al matar al caminante, supuse que esa sería la razón por la que lo maté, porque mi espada tiene esencia de vidriagón.

–Está bien. –Asintió.- De todos modos, también debo agradecerte el haber salvado mi vida, mereces tanto crédito como Jon. Si hay algo que pueda hacer por ti, solo pídelo y, si está en mi poder, considéralo hecho.

–En realidad, mi Lord... Sí hay algo. –Sonreí.- Me gustaría poder enviar de vez en cuando mensajes a mis hermanos y a mi tío.

–Hecho. Cuando necesites escribir un mensaje, ve con Tarly y él lo enviará, ese es su trabajo.

–Gracias, mi Lord. –Sonreí.

–Pueden retirarse. –Asintió. Jon y yo nos levantamos y salimos del lugar.

Jon y yo nos dirigimos hacia la sala común, donde se encontraba Sam limpiando un poco las cosas. Al vernos, suspiró y dejó de trabajar. Intercambié una mirada de confusión con Jon, porque ser tan desanimado n era algo normal en Sam.

–Yo... Leí sin querer uno de los mensajes dirigidos para el maestre Aemon. –Confesó, mirándonos.- Robb Stark se encuentra en una guerra contra los Lannister.

–¿Qué? –Dijimos Jon y yo, al unísono.

–Lo siento. –Dijo Sam.

–Eso significa que mi abuelo va a poner sus tropas y... vaya mierda. –Bufé.- Los Stark me caen bien, ¿Por qué mi abuelo quiere destruirlos?

–Debería estar allá con mi hermano, apoyándolo. –Habló Jon.

–No hagas nada estúpido, Jon. –Dije, antes de dejarlos solos a los dos.

Caminé por el castillo negro, sin rumbo, hasta que Tim y Hornwood me encontraron. Suspiré y los miré con seriedad. Tim colocó su brazo alrededor de mi cuello, y Hornwood hizo lo mismo, con la excepción de que él rodeó mi cintura con su brazo.

–No vas a engañarnos, Sisa. –Habló Tim.- Te conocemos demasiado bien.

–¿Y qué quieren que haga? –Bufé.- ¿Fingir que todo está bien, luego de que los salvajes me obligaran a matar a Zard? ¿Luego de que Num se haya convertido en un caminante blanco? ¿Luego de que me enteré de que mi padre ha muerto? ¿De que los Stark declararon guerra contra mi hermano, contra mi abuelo?

–Sabemos que estás pasando por un momento difícil, Princesa. –Esta vez habló Hornwood.- Por eso estamos aquí, aunque no quieras admitirlo, estás mal por todo lo que está pasando, y estamos aquí para animarte.

–Gracias. –Sonreí de lado.- Pero no creo que puedan animarme.

Me liberé del agarre de ambos y caminé a mi habitación, donde me encerré, ignorando a cualquiera que quisiera entrar.

Luego de pensar y pensar, oí un sonido como si rasparan algo en mi puerta. Me levanté de golpe y desenvainé mi espada, abriendo la puerta rápidamente. Fruncí el ceño, extrañada y guardé mi espada al ver a Ghost.

–Ghost, ¿Qué haces aquí, amigo? –Fruncí el ceño, agachándome para acariciar su cabeza.

Ghost corrió por el castillo negro y yo lo seguí. Llegamos a la puerta y lo vi comenzar a correr. Algo malo pasaba. Tomé un caballo y comencé a cabalgar, pronto vi a Sam, Grenn y Pyp cabalgar, no tardé mucho en llegar junto a ellos.

Noté que estaban persiguiendo a Jon, quien cabalgaba a lo lejos. Oí a Ghost aullar y Jon detuvo su caballo, al igual que nosotros cuatro. Él bajó de su caballo y nos miró, serio.

–¿Qué están haciendo aquí? –Preguntó, molesto. 

The Crow Girl (Jon Snow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora