CAP 13: Qhorin half-hand

5.6K 412 12
                                    

Cuando abrí los ojos, me encontré con los verdes ojos de mi mejor amigo. Fruncí el ceño y observé a mí alrededor.

–¿Qué coño estabas haciendo con el bastardo en el bosque, a mitad de la noche? –Preguntó Hornwood, mirándome mal.

–Caminante blanco. –Dije, recordando todo.- Los hijos varones de Craster son llevados por caminantes blancos a quién sabe dónde.

–¿Me estás hablando en serio? –La voz de Edd habló cerca de mí.

–De todos modos no importa. –La voz de Jon me hizo sobresaltar.- Hablé con Mormont. Él ya lo sabe, y no le importa.

–¿Qué? –Lo miré atónita. Él asintió.

Bufé y me levanté. Alisté mis cosas y partimos hacia el norte de nuevo, pues Craster nos había echado de su lugar.

Mientras caminamos oí a Jon hablar con Mormont sobre Qhorin Mediamano. Solté una leve risa cuando Jon dijo "Mi tío me contó historias sobre él."

–Muchas de esas historias son verdad. –Me entrometí a la conversación, recordando algunas de las aventuras que Hornwood, Benjen, Zard y yo vivimos con Qhorin Mediamano.- Él es un hombre extraño. –Sonreí de lado.

–¿Es cierto que sobrevivió la mitad del invierno solo en el norte del muro? –Preguntó Jon.

–Todo el invierno. –Dijo Mormont.

Suspiré y dejé que continuaran su conversación, mientras me dediqué a caminar, observando el blanco paisaje que adoraba tanto. Bueno, eso era antes de que los salvajes de mierda me obligaran a matar a Zard en un terreno como este.

–¡Es hermoso este lugar! –Oí a Sam decir, detrás de mí.- ¡Gilly amaría este lugar!

Me detuve, miré a Sam atónita y me golpeé la cara con la palma de mi mano. Pronto sentí que Grenn me tomaba del brazo y me jalaba para continuar caminando.

–No hay nada más enfermizo que un hombre enamorado. –Dijo Edd, bufando.

–Sip. –Afirmé, gruñendo de mala gana.

Caminamos en silencio hasta que finalmente llegamos al puño de los primeros hombres. Bufé y dejé mis cosas a un costado y me dispuse a descansar, mientras los demás comenzaron a cavar en la nieve, en busca de leña y cosas así para no morir de frío en la noche.

–¡El puño de los primeros hombres! ¡Piensen cuán viejo es este lugar! –Comenzó a decir Sam. Sonreí de lado y decidí no prestarle atención, pues comenzaría a explicar lo que había leído en la biblioteca, cosa que yo ya sabía.- ¿Cómo creen que eran los primeros hombres? –Preguntó, al terminar su gran discurso.

–Estúpidos. –Dijo Edd.

–Tiene razón. –Dije, afirmando.- Cualquiera inteligente no se queda en lugares como este.

–Creo que estaban asustados. –Dijo Jon, de espaldas a nosotros, mientras observaba el paisaje lejano.- Creo que vinieron aquí para escapar de algo. Y no creo que haya funcionado.

El cuerno sonó una vez. Me levanté rápidamente y me preparé para desenvainar mi espada en caso de que sonara una segunda vez.

–¿Salvajes? –Preguntó Grenn.

–No. –Dijo Jon.- El cuerno se suena una vez para los exploradores que regresan. Son dos veces para los salvajes.

–Entonces tienes que prepararte, –Comenzó a decir Edd.- preguntándote, un toque para amigos. Dos para enemigos.

–Y tres para caminantes blancos. –Dije, curiosamente, al mismo tiempo que Sam. Lo miré con el ceño fruncido, al notar que él también sabía eso.

–Han pasado mil años, pero, es la única vez en la el cuerno suena tres veces. –Explicó Sam.

–Si han pasado mil años, ¿Cómo lo sabes? –Preguntó Grenn.

–Bueno...

–Lo leí en un libro. –Dijeron Grenn y Edd, completando la frase de Sam.

Los miré unos segundos y solté una carcajada, hasta que Jon dijo que los exploradores que se aproximaban eran de la tanda de Mediamano.

–¡Genial! –Sonreí, al ver a Qhorin de nuevo. No lo veía desde... qué se yo, desde hace tres o cuatro meses.

Salí corriendo del puño de los primeros hombres y corrí hacia Qhorin Mediamano y sus hombres. Me tomó varios minutos llegar hasta ellos, pero, cuando llegué, Qhorin bajó de su caballo. Sonreí feliz y me lancé a darle un gran abrazo, que correspondió.

–¡Sisabella! ¡No te veo hace mucho! –Sonrió.

–Lo sé, querido. –Le enseñé la lengua.- Benjen ha desaparecido. Zard fue asesinado por los salvajes. –Dije, poniéndolo al día en lo más importante.

–No importa. Los vamos a vengar. –Sonrió de lado.

Caminamos de regreso al puño de los primeros hombres y una tormenta de nieve se desató. Qhorin notó un fuego a lo lejos, y salvajes vigilantes. Sin pensarlo dos veces dijo que teníamos que acabar con ellos para que no le dieran noticias a Mance, el rey de más allá del muro.

–Harker, –Comenzó a decir Qhorin.- Stonesnake, Borba, Baratheon. –Sonreí al verlo llamarme y caminé hacia él.

–Lord Commander, me gustaría unirme a Lord Qhorin para esta expedición. –Dijo Jon, y rodé los ojos.

–He sido llamado de muchas formas, –Habló Qhorin.- pero jamás Lord.

–Eres un mayordomo, Snow. –Dijo Mormont.- No un explorador.

–Maté a un caminante blanco. –Jon se veía molesto.- ¿Cuántos exploradores pueden decir eso?

–Una puede. –Dijo Qhorin, mirándome.- ¿Tú fuiste el otro?

–Sí, mataste a un caminante blanco. ¿Y? –Comenzó a decir Mormont.

–Déjalo venir. –Dije interrumpiendo al Lord Commander, y mirando a Jon.

–Yo puedo realizar las tareas de Jon mientras no esté. –Sonrió Sam, tierno como siempre.

–Bien. Espero que seas un mejor explorador que mayordomo. –Finalmente dijo Mormont.- Ve.

Miré a Jon con una gran sonrisa y él comenzó a caminar a mi lado. No sabía qué decirle, pero finalmente abrí mi boca para iniciar una conversación.

–Finalmente eres explorador. –Sonreí de lado, mirando a Jon.

–No puedo creer que Mormont me lo permitiera. –Soltó una leve sonrisa.

–Te lo mereces. –Guiñé, sonriendo. Él me devolvió la sonrisa y sus ojos grises como la tormenta se cruzaron con mis azul cielo.

–Bien tortolitos, hagan silencio, no queremos que los salvajes nos vean venir. –Dijo Qhorin. Sentí mis mejillas arder al notar la manera en que nos había llamado.

–Estúpido Mediamano. –Gruñí en un susurro, para luego acercarnos a los salvajes silenciosamente. 

The Crow Girl (Jon Snow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora