CAP 39: She's gone

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*JON'S POV*

A duras penas habíamos logrado escapar de Casa Austera. El caminante blanco ese, uno de los que montaban sus caballos muertos, hizo que todos los caminantes blancos (y personas), revivieran, volviéndose una vez más, bestias. Parte de su ejército.

Al llegar al barco, lo primero que hice fue buscar a la mujer que me traía loco y tanto amaba.

No la encontré por ningún lado, y eso solamente hizo que la preocupación creciera y creciera, dentro de mí.

–¡Edd! –Grité, llamando a mi amigo.

–¿Qué sucede? –Llegó a mi lado, mirándome preocupado.

–¿Dónde está Sisa? –Pregunté, con un nudo en la garganta.

–No lo sé. No la vi salir de ahí. –Respondió, bajando la mirada.

–¿¡Dónde está Hornwood!? –Pregunté en voz alta, a todos los que estaban a bordo.

–No subió a ningún barco. –Respondió Edd, mirándome.

Até cabos sueltos en mi cabeza.

Era obvio.

De seguro Hornwood estaba en problemas, y Sisa corrió a ayudarlo, porque es su mejor amigo y ella preferiría morir, antes que dejarlo solo.

Ella y él se han ido.

Los caminantes blancos los vencieron.

Los caminantes blancos la vencieron.

Se la llevaron.

La hicieron parte de su ejército.

Mataron a la única mujer que realmente he amado.

Mataron al amor de mi vida.

A mi hermosa Sisabella.

–No... –Susurré con furia, y me metí a una cabina, cerrando la puerta detrás de mí.

Me tiré sobre la cama, abracé la almohada, y no pude evitar llorar como un niño pequeño.

Había perdido todo, en una estúpida misión suicida. No debí dejarla venir conmigo. No debí dejar que se separara de mí. No debí dejar que ella se sacrificara por Hornwood.

Ya nada tenía sentido para mí.

Sentía que un pedazo de mí había sido arrancado, y un vacío se hizo presente en mi corazón.

Mi mente se inundó con los mejores recuerdos que tenía con ella, aquellos recuerdos que vivirán en mí para siempre.

Recordé cuando la vi por primera vez.

–¡Eh, novato! –La voz de una chica llamó mi atención, fruncí el ceño al verla con uniforme de la guardia. Tenía los ojos muy azules, y el cabello castaño oscuro.

Guiñó divertida y me atacó con la espada que tenía en manos. Logré esquivar su golpe y dudé si contraatacar o no, pero lo hice. Comenzamos a chocar espadas, la chica parecía toda una experta peleando.

Chocamos espadas por horas, hasta que ella logró derribarme, y colocó su espada en mi garganta.

–Nada mal para el primer día, novato. –Soltó una risa y me ofreció una mano para levantarme. La acepté.- Soy Sisabella Baratheon. –Extendió una mano.

–Jon Snow. –Asentí y la miré. Esta chica tenía algo curioso en ella.

***

Estaba deprimido por la muerte de Ygritte, y Sisa me había cantado, y estaba junto a mí en mi cama.

–¿Por qué siempre estás ahí para mí? –Pregunté. Realmente quería saber su respuesta.

–¿A qué te refieres? –Dijo, mirándome por el rabillo de su ojo.

–Cuando estuve en peligro, me salvaste. Cuando fui secuestrado, me buscaste. Cuando estuve herido, me ayudaste. –Suspiré, recordando.- En la gran batalla, estuve a punto de morir, pero igual me ayudaste. Y ahora, apareces aquí. ¿Por qué?

–No lo sé. –Respondió, suspirando.- Es lo que uno hace por la gente que quiere.

–¿Tú me quieres? –Pregunté, mirándola.- Pero... la gran Sisabella, la mujer del muro, la más fuerte de todas, –Reí, tratando de hacerla sonreír aunque sea un poco, ella tenía una sonrisa hermosa.- es la mujer más fría. ¿Puede ella querer a alguien? –Bromeé, y logré hacerla reír.

–Calla. –Sonrió.- Sí, te quiero. Y podría dar la vida por ti.

Me quedé callado unos segundos, mirándola.

–Yo también te quiero. –Sonreí.

–Hay una sola cosa mala en eso. –Dijo, suspirando.

–¿El qué? –Pregunté, bastante confundido. ¿Qué había de malo en que yo también la quisiera?

–Que yo lo hago en serio, Snow. –Dijo, y luego se fue, dejándome paralizado.

***

Sisa había terminado de cantar, y era obvio que su canción me la dedicaba a mí.

No aguanté más el sentimiento que despertó en mí, y la abracé.

–Jon, yo... –Comenzó a decir, de seguro para disculparse o algo.

–Calla. –Susurré, y luego la besé.

Al principio se quedó rígida, pero la atraje hacia mí con mis brazos, y me correspondió el beso. Me sentí volar, por primera vez en toda mi vida.

Los besos de Ygritte, no se comparaban con este.

Ygritte jamás me hizo sentir de la forma en la que me sentía.

Oí aplausos y gritos de los demás hermanos, pero no me importó. Al menos, no hasta que ella se separó bruscamente, y me miró con sus hermosos ojos azules.

–¿Qué carajos, Jon? –Preguntó sonrojada, aunque pretendía estar enojada.

–Estoy seguro. –Dije, mirándola.- Siento lo mismo, Sisa. Siempre lo hice. Soy un idiota por no habértelo dicho esa noche, en el gran árbol, cerca del Torreón de Craster.

–¡Los Shippeo! –Oí el grito de la voz de Edd.- ¡Jisa!

***

Sonreí nostálgico al recordar todo lo vivido con ella. Las lágrimas no dejaban de salir, y el hueco que sentía en mi corazón, ese horrible vacío, se hizo cada vez más grande.

Y me di cuenta de que Sisabella Baratheon era el amor de mi vida.

Era el amor de mi vida, y la había perdido.

La había perdido por no haberla cuidado como debía.

Era un idiota.



The Crow Girl (Jon Snow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora