CAP 41: Warning

2.9K 244 51
                                    

Ya había anochecido y Hornwood aún seguía remando. De vez en cuando lo miraba de reojo y noté que estaba algo cansado, pues había comenzado a hacer muecas al mover los brazos.

–Es mi turno. –Hablé por primera vez desde la cueva.

–¿Eh? –Preguntó, confundido.

–Que me toca. –Suspiré.- Descansa un poco, en unas horas te despertaré para que vuelvas a remar.

Hornwood pareció dudar, pero asintió y cambiamos de lugar, así que comencé a remar de nuevo.

¿Cuánto tiempo había pasado?

¿Cuatro? ¿Cinco horas?

No tenía ni idea, pero ya quería llegar al Castillo Negro.

Quería ver a Sam y contarle lo que había pasado para que me ayudara a aclarar mi mente.

Quería correr a abrazar a Olly, a quien consideraba como un hermano pequeño.

Quería abrazar a Jon y decirle que me encontraba bien, porque él era demasiado sensible aunque era muy bueno escondiendo sus sentimientos.

Solo quería volver a mi hogar.

Comencé a tararear suavemente la canción de Las lluvias de Castamere, y noté que Hornwood había caído en un profundo sueño y había comenzado a roncar.

Me aguanté la risa y remé tan rápido y tan fuerte como pude, hasta que literalmente sentí que se me iban a salir los brazos, pero seguí remando sin parar.

Una vez que calculé que habían pasado al menos dos horas, descansé un poco, y entonces desperté a Hornwood.

–Tu turno, bello durmiente. –Bromeé, y cambiamos de lugar de nuevo.

Me acomodé como pude en el bote, cerré los ojos, y caí en un profundo sueño.

La imagen de mi padre comiendo una pata de pavo apareció frente a mí.

Nos encontrábamos en el castillo, todo era como antes de que me fuera. Mi padre, sentado en una silla, se veía muy cómodo y parecía no notar mi presencia.

A su lado, estaba quien parecía ser Ned Stark, el padre de Jon, con una copa de vino en manos y parecía disfrutarlo muy bien.

Joffrey apareció cerca de mi padre y caminó lentamente hacia él, y por una puerta ingresaron Robb Stark, Catelyn Stark, y por alguna razón, mis viejos amigos.

Zard, Num, Tim, Qhorin, Mormont, Grenn, Pyp...

Todos estaban en aquella habitación y no parecieron notar mi presencia, hasta que mi padre dejó su pata de pavo en el plato, me miró, y se levantó.

–Ha funcionado. –Dijo, sorprendido.

Y en ese momento todos los presentes giraron para verme, y abrieron sus bocas formando una 'o' con ellas.

–Sisa... –Susurró Zard, y fue el primero en correr a darme un abrazo.

Tragué con dificultad al sentir sus brazos a mi alrededor, y lo abracé con fuerza, conteniendo las lágrimas de felicidad que salieron de mis ojos al verlo una vez más, aunque fuera solamente en un sueño.

–Zard... Yo... Perdóname. Por favor, perdóname. –Sollocé sobre su hombro, como una niña pequeña.

–Hey, no hay nada que perdonar. –Me susurró, acariciando mi cabello.- Hiciste lo correcto, Sisa.

The Crow Girl (Jon Snow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora