Mi respiración estaba agitada y mi pulso acelerado; una gota de sudor frío resbaló por mi frente. Me levanté de un salto y desperté a Ethos y a Luca. Ambos me miraron con preocupación, y no era para menos, ya que me encontraba completamente descolocada.
-¿Estás bien? -preguntó Luca, poniéndose de pie con la guardia alta, listo para luchar.
-¿Qué sucede? -Ethos me examinaba, buscando alguna herida o golpe.
-Y-yo... -mi voz temblaba-. Acabo de hablar con Hedoné.
Mi voz apenas era un susurro, pero ambos se detuvieron en seco y me miraron con incredulidad.
-Eso es imposible -dijo Luca, visiblemente desconcertado.
-Pero... ella murió -murmuró Ethos, tan incrédulo como yo.
-Eso no es lo peor -suspiré-. Ella... ella está en el Tártaro.
Ambos me miraron con horror.
-Algo horrible tuvo que hacer para que la enviaran allí -dijo Luca, apretando los puños con furia-. ¿Qué fue lo que te dijo?
-No mencionó por qué estaba allí, solo me advirtió sobre Tánatos y su poder. Al parecer, él busca el Collar de la Muerte de Hades y el Collar de la Vida, que perteneció a Hedoné y que ahora es mío. Su plan es juntar ambos collares y, una vez logrado, ¡sería imparable! -mi voz se quebraba por la tensión-. Imagínense a alguien tan poderoso como los Titanes, capaz de controlar la vida y la muerte a su antojo. Según lo que logró decirme, quiere controlar los tres mundos, y para ello necesita los collares.
El silencio llenó la habitación mientras Ethos y Luca procesaban la información.
-En todo caso, ¿cómo sabía Hedoné sobre todo esto? -preguntó Luca, frunciendo el ceño.
-No tengo ni idea -dije con determinación-, pero cuando todo esto acabe, moveré cielo, tierra y, si es necesario, el Inframundo para averiguarlo.
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Después de lo sucedido, ni Ethos ni Luca, ni yo, pudimos volver a dormir. Nos quedamos despiertos el resto de la madrugada, tratando de procesar lo que había ocurrido.
A eso de las 4:20 de la mañana, decidimos bajar a la cocina en busca de algo de comida. Coraline bajó poco después y se sorprendió al vernos asaltando el refrigerador, pero, para nuestra sorpresa, no se enojó. Al contrario, nos preparó varios sándwiches. Después de darnos la comida, volvimos a subir y le dimos uno a Luca, quien lo devoró con entusiasmo.
-Esa mujer tiene un lugar asegurado en las Islas Elíseas. ¡Su comida es deliciosa! -exclamó Luca mientras devoraba otro sándwich.
-Y eso que solo es un sándwich, deberías probar sus pastas. ¡Son increíbles! -añadió Ethos, casi babeando.
Reí ante sus tonterías. Pero tenían razón, Coraline cocinaba de una forma que ni los dioses podrían igualar. Quizás debería abrir su propio restaurante... Mis pensamientos fueron interrumpidos por un pedazo de pan que Ethos me lanzó a la cara.
-Tierra llamando a Axelia, ¿estás ahí? -preguntó con una sonrisa traviesa.
-Perdón, estaba distraída -dije bajito-. ¿Qué habías preguntado?
Ethos y Luca se miraron y sonrieron cómplices.
-Te preguntaba -carraspeó Ethos, fingiendo seriedad-, ¿qué sucede entre Athan y tú? Siempre que están juntos, terminan sonrojados o diciendo tonterías.
Su pregunta me tomó por sorpresa. ¿Entre Athan y yo? Obvio no sucede nada.
¿O sí?
Sentí cómo mis mejillas se calentaban, pero rápidamente respondí con astucia.
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Corazones Del Olimpo: Hija de Cupido DISPONIBLE HASTA EL 30/11/24
FantasyDISPONIBLE TODAS LAS PARTES HASTA EL 30/11/2024 POR PUBLICACIÓN EN UNA PLATAFORMA DE PAGO ¿Qué pasaría si fueras hija del Dios del Amor? Axelia, segunda hija de Eros y Psique, fue concebida en la casa de Afrodita, lo que la convirtió en una diosa de...