CP6: ¿TU?

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-¡Chicos, son las seis, despierten!

La voz de Coraline me sacó del sueño, haciéndome abrir los ojos con pesadez. Me desperecé lentamente, sintiendo aún el cansancio acumulado de los días anteriores. Al voltear, vi que Ethos seguía completamente dormido, en una posición que daba mucho de qué hablar: boca abajo, con el trasero levantado y la cara hundida en la almohada.

Las ganas de darle una palmada en el trasero no faltaron, pero rápidamente deseché la idea.

Me acerqué a su lado sin hacer mucho ruido. Mojé mi dedo índice en mi boca y, con una sonrisa traviesa, lo introduje en su oído. Ethos se despertó de golpe, parpadeando y mirando a su alrededor con evidente desconcierto.

No pude aguantarme más y estallé en carcajadas.

-Lo siento, es que no pude resistirme -dije entre risas, viendo cómo él intentaba comprender lo que acababa de pasar-. Tenemos que ir al instituto, así que será mejor que te muevas. -Me levanté de su cama y me dirigí hacia el baño, todavía sonriendo.

-Eres una asquerosa -murmuró él desde la cama, girándose para intentar dormir unos minutos más.

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Una vez que terminamos de desayunar, Matt nos llevó al instituto. No hubo mucho de qué hablar durante el trayecto; simplemente escuchábamos la música que sonaba en la radio. A decir verdad, no era tan incómodo como imaginaba. El silencio entre nosotros era cómodo, una señal de que, a pesar de nuestras diferencias, ya empezábamos a acostumbrarnos a la rutina.

Quince minutos más tarde, ya estábamos en el estacionamiento del instituto.

-¿Qué clases les tocan? -preguntó Matt mientras caminábamos hacia los casilleros.

-A mí me toca Matemáticas -comentó Ethos, revisando su horario.

-Y yo tengo Historia de la Humanidad -añadí, mirando mi propia hoja.

-Yo también tengo Matemáticas, vamos juntos -dijo Matt, dándole una palmada en la espalda a Ethos.

El timbre sonó en ese momento, interrumpiendo nuestra conversación.

-Nos vemos al rato, Lia -se despidieron ambos, antes de dirigirse a sus respectivas clases.

Iba a empezar a caminar hacia mi salón, pero justo cuando giré la esquina, choqué con alguien.

«Esto de chocar con la gente está empezando a hacerse una mala costumbre», pensé mientras intentaba mantener el equilibrio.

-Lo siento mucho...

-¿Qué no ves por dónde caminas? Deberías tener más cuidado -respondió una voz con tono impaciente.

Estaba a punto de contestar, pero me quedé embobada mirándolo. Era el chico de ayer, el que había visto en la clase de Filosofía. Hoy me di cuenta de algo que no había notado antes: sus ojos. Tenía la extraña sensación de haberlos visto en algún lugar, pero por más que lo intentaba, no lograba recordar dónde.

-Perdona, pero... ¿te conozco de algún lugar? Sé que estuvimos juntos en la clase de Filosofía de la señora Carmen ayer, y te sentaste detrás de mí, pero... ¿nos conocemos de antes?

El chico levantó una ceja y esbozó una sonrisa sarcástica.

-¿Es tu manera de intentar conseguir mi nombre? Vaya intento de coqueteo -respondió con humor antes de comenzar a caminar de nuevo, sin esperar mi respuesta.

-No, no es lo que crees, no estaba intentando coquetear contigo -me apresuré a decir, pero él ya me había ignorado.

Suspiré, pero mi frustración no duró mucho, porque Sofía apareció de repente en mi campo de visión, sonriendo ampliamente.

-¡Liaaa! -gritó mientras se lanzaba a abrazarme con energía.

-¡Hola, Sofí! -respondí, devolviéndole el abrazo.

-¿Qué clase te toca ahora? -preguntó cuando nos separamos.

-Historia de la Humanidad, ¿y a ti?

-Matemáticas -respondió, haciendo un puchero.

-Qué lástima -dije con una sonrisa mientras le daba una palmada amistosa en el hombro.

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Clase de Historia de la Humanidad - 9:20 AM

-Bueno chicos, ya que les hablé un poco sobre la historia humana, quiero que realicen un proyecto sobre la evolución a través de los siglos -dijo el profesor al comenzar la clase-. El proyecto será evaluado en parejas, que yo mismo elegiré al azar, con la ayuda de mi bolígrafo.

Inmediatamente, varios estudiantes comenzaron a quejarse, pero el profesor levantó una mano, silenciándolos de golpe.

Con los ojos cerrados, dejó caer su bolígrafo sobre la lista de estudiantes.

-El primer grupo estará conformado por el señor Johnson y el señor Evans.

Repitió el proceso unas cuantas veces más.

-El grupo número dos estará formado por la señorita Reed y el señor Beckett.

Las parejas comenzaron a formarse en el aula.

-Y el grupo número tres será el señor Black y la señorita Erosidis.

Comencé a buscar a mi compañero con la mirada, hasta que alguien ocupó el asiento a mi lado. Era él.

-¿Tú eres Black? -pregunté, algo confundida.

-Dime Athan. Y supongo que tú eres Erosidis, alias "la chica con la frase de ligue más vieja de la historia" -respondió con una sonrisa irónica.

-Oye, lo de hace rato no era un intento de coqueteo. Simplemente me parecías familiar -le aclaré, ofreciéndole mi mano-. Soy Axelia.

Athan asintió, tomando mi mano.

-Lo sé, solo bromeaba contigo. Es un placer, Axelia -respondió con una media sonrisa.

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Cinco minutos después, el timbre sonó, indicando el final de la clase. Me disponía a levantarme para salir del aula cuando sentí que alguien me tomaba del brazo.

-Aún no hemos terminado el trabajo -me recordó Athan.

-Podemos terminarlo después -respondí, restándole importancia. Athan asintió, arrancó un papel de su libreta y anotó algo en él antes de entregármelo.

-Es mi dirección. Podemos reunirnos en mi casa.

Lo miré, divertida.

-¿Y luego soy yo la que intenta coquetear? -le dije, riendo.

Athan soltó una carcajada.

-¿Qué te parece el viernes? -preguntó después de pensar un momento.

-Me parece perfecto -respondí.

Asintió y comenzó a caminar, perdiéndose entre la multitud de estudiantes que llenaban el pasillo.

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Al salir del aula, encontré a Sofía esperándome en la puerta. Ambas comenzamos a caminar sin rumbo fijo por los pasillos.

-¿Es idea mía o estabas hablando con Athan? -preguntó Sofía, arqueando una ceja.

-Sí, ¿por qué? -pregunté, extrañada por su reacción.

-Él es todo un misterio -dijo con fascinación-. Casi nadie logra entablar una conversación con él, y además, es uno de los chicos más guapos del instituto.

No pude evitar reírme. ¿Athan, reservado? ¡Imposible! Acabábamos de tener una conversación bastante relajada, como si nos conociéramos de toda la vida.

-Bueno, puedes agregar a tu lista que es bastante agradable -respondí, sonriendo mientras seguíamos caminando.

Corazones Del Olimpo: Hija de Cupido DISPONIBLE HASTA EL 30/11/24Donde viven las historias. Descúbrelo ahora