Aquel encuentro nos había dejado completamente desconcertados. Si Ethos ya estaba nervioso, ni hablar de cómo me sentía yo.
-¡Esto se está saliendo de control! -exclamó furioso, mientras caminaba de un lado a otro. Por suerte, no había nadie en casa-. No se suponía que esto pasara -dijo, pasándose las manos ansiosamente por el cabello-. Esto se está convirtiendo en una guerra, queramos o no, y ahora, desgraciadamente, estamos en medio de ella.
Tenía razón. Debíamos comunicar lo sucedido al Olimpo cuanto antes. Tánatos, el dios que me había atacado, era uno de los cuatro primordiales, y para ser más específicos, pertenecía al Caos.
-Se suponía que solo estaríamos en el mundo humano para que tú hicieras de Cupido, mientras yo aprendía su cultura, pero nada está saliendo según lo planeado -dijo, dejándose caer en el sofá con frustración.
Quise oponerme, porque sentía que estábamos rindiéndonos demasiado pronto. Pero tenía razón. Apenas estábamos empezando a descubrir nuestras capacidades celestiales, y estas no eran ni una cuarta parte del poder que Tánatos poseía.
-Tienes razón -dije con un suspiro de resignación-. No podemos hacer nada, no sin refuerzos. Puede que nuestra capacidad celestial sea limitada, pero hemos entrenado en el arte del combate toda nuestra vida. No me quedaré de brazos cruzados mientras Tánatos intenta cumplir su cometido.
Ethos me miró fijamente antes de asentir.
-Podemos buscar el portal mañana, después del instituto.
Iba a responder, pero el sonido de unas llaves en la puerta me interrumpió.
Matt había llegado y se acercaba hacia nosotros.
-¿Están bien? -preguntó, con el ceño fruncido.
-Sí, claro -mentí rápidamente.
-¿Seguros? Parecen un poco preocupados -dijo mientras se sentaba en un sillón individual, mirándonos con una mezcla de curiosidad y preocupación.
-Sí, no te preocupes -le dije, forzando una sonrisa que seguramente salió más como una mueca.
Matt me miró con escepticismo, pero no insistió.
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El despertador sonó a las 5:40 a.m. No había dormido en toda la noche, y parecía que Ethos tampoco. Ambos nos vestimos y bajamos a desayunar.
-Buenos días -dijimos al unísono.
-Buenos días -respondieron Matt y Coraline, ya sentados en la mesa.
-¿Y Addy? -pregunté al no verla con ellos.
-Está enferma, así que hoy no irá al colegio -informó Coraline mientras ponía unas tostadas y una jarra de jugo sobre la mesa.
Después de desayunar, Ethos y yo nos dirigimos al instituto. Matt llegaría más tarde, ya que entraba una hora después.
A primera hora, tenía Educación Física con el profesor Finnick. No fue una clase fuera de lo común: estiramientos, seguido de cinco vueltas a la cancha.
-¡Estoy agotada! -exclamó Sofía al terminar de correr. Se lanzó directamente hacia su mochila para sacar su botella de agua.
-No fue para tanto -dije en tono burlón, con una sonrisa divertida.
-¿Estás de broma? ¡Casi muero allí! -dijo dramatizando, mientras señalaba la cancha con fingido horror.
-No seas tan dramática -dije, aceptando la botella de agua que me tendía y tomando un trago.
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Corazones Del Olimpo: Hija de Cupido DISPONIBLE HASTA EL 30/11/24
FantasíaDISPONIBLE TODAS LAS PARTES HASTA EL 30/11/2024 POR PUBLICACIÓN EN UNA PLATAFORMA DE PAGO ¿Qué pasaría si fueras hija del Dios del Amor? Axelia, segunda hija de Eros y Psique, fue concebida en la casa de Afrodita, lo que la convirtió en una diosa de...