CP23: OH, NO.

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Lunes, 20 de mayo. 25 días para la Luna de Sangre.

Después de que Athan se me declarara el viernes y aceptara ser su novia, el fin de semana se volvió un tanto... incómodo.

Sofía gritó un sonoro "¡Te lo dije!" cuando le conté lo sucedido, como una loca histérica que no podía contener la emoción. Ethos, por su parte, se mantuvo algo distante, tal vez porque aún no se acostumbraba a la idea. Luca, en cambio, no dejó de comportarse como un hermano protector, siempre vigilante, como si esperara que en cualquier momento algo pudiera salir mal.

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El domingo, en la tarde, estuvimos practicando con nuestros poderes bajo la estricta supervisión de Luca, quien no nos dio ni un solo respiro. Insistía en que el tiempo corría en nuestra contra y que teníamos que aprender tanto como fuera posible antes de enfrentarnos a Tánatos.

«-¡No, Ethos, escúchame! -gritó Luca por décima vez-. Tu orbe de energía tiene que ser más grande, ¡lo que tienes ahí parece una pequeña lámpara! Debes sentir la energía recorrer tus venas, canalizarla y dirigirla hacia tus dedos.»

Luca movía sus brazos en el aire, mostrándole a Ethos cómo hacerlo correctamente. Ethos intentó seguir sus instrucciones y, para sorpresa de todos, el orbe en su mano creció un poco más.

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-Bien, ahora que tienes el orbe bajo control -dijo Luca con una sonrisa-, quiero que lo dirijas hacia un objetivo. Mira ese árbol. -Señaló uno que estaba a unos diez metros de distancia-. Lánzalo con toda tu fuerza.

Ethos concentró su mirada en el árbol, respiró hondo y lanzó el orbe. La esfera de energía pasó a escasos centímetros del tronco, rozando la corteza antes de estrellarse en el suelo.

-Nada mal -felicitó Luca con una sonrisa satisfecha-. Bien, Lia, es tu turno.

Imitando los movimientos que Luca había enseñado, sentí la energía recorrer mis venas. La electricidad fluía por mis brazos, y una cálida sensación se acumulaba en la punta de mis dedos, haciéndome cosquillas. Podía sentir cómo toda esa energía se manifestaba en mis manos.

-Muy bien, Lia, el orbe es del tamaño adecuado. Ahora, hazlo golpear ese árbol -me animó Luca.

Con todas mis fuerzas, lancé el orbe de energía hacia el árbol. El impacto fue tan potente que el tronco se partió en dos, y pequeñas chispas de electricidad surgieron del lugar del impacto, encendiendo una pequeña llamarada en el suelo.

-Un poco excesivo para tu primera práctica -dijo Luca, despeinándome con una sonrisa divertida-, pero fue un buen esfuerzo. Ahora que dominan los orbes de energía, es hora de aprender a manipular el fuego.

Mientras hablaba, una pequeña llamarada apareció en la palma de su mano, y sus labios se curvaron en una sonrisa traviesa. Sabía que lo que venía sería un reto interesante...

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Hoy, después de la escuela, teníamos programado entrenar combate cuerpo a cuerpo.

Era lunes por la mañana, 6:30 am, y Matt estaba buscando desesperadamente las llaves del auto. El día de evaluación comenzaba en menos de 30 minutos, y aún no las encontraba.

-¿Cómo es posible que hayas perdido las llaves? -gritó Ethos, quien revisaba bajo los cojines del sofá con frustración.

-No lo sé -respondió Matt, rascándose la cabeza-. Solo recuerdo que ayer, después de la práctica, fui a la cocina por algo de comer y luego me fui a dormir... ¡Ah, claro! ¡La cocina!

Corazones Del Olimpo: Hija de Cupido DISPONIBLE HASTA EL 30/11/24Donde viven las historias. Descúbrelo ahora