CP27: RESILIENCIA

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En estos momentos me siento como una tonta. ¿Cómo no me di cuenta antes del parecido? Sofía era la viva imagen de Selene, solo que Sofía era rubia, de ojos marrones y, hasta donde sabíamos, humana. Pero ahora, viéndola así, con el cabello blanco y esas extrañas figuras brillando en su piel, eran casi idénticas... Los chicos, que aún se encontraban tirados en el suelo, estaban completamente atónitos.

-¿Qué está pasando? -me atreví a preguntar, aunque ya me imaginaba que nadie tenía una respuesta clara.

Apenas terminé de formular la pregunta, el cuerpo de Sofía cayó al suelo, inconsciente una vez más.

-¡Vaya! A este ritmo, esta chica va a terminar con una contusión de tantos desmayos. Se va a volver más chiflada -dijo Luca, llevando su mano a la frente de manera dramática.

Lo miré con una expresión de reproche.

-No es tiempo para tus bromas de mal gusto, ayúdame a llevarla al sofá -le ordené, mientras me acercaba rápidamente a Sofía para levantarla.

-No lo hago con mala intención -dijo, encogiéndose de hombros-, pero es que ella simplemente me da demasiadas razones para burlarme.

-Eres de lo peor, Luca. ¿Dónde quedó el amor en ese cuerpecito?

-Justo al lado de Sofía, tirado en el suelo -respondió con una sonrisa sarcástica.

Aunque intenté mantener la seriedad, no pude evitar que se me escapara una pequeña sonrisa. Admito que su broma, aunque inapropiada, tenía algo de gracia.

-Lo reafirmo, eres de lo peor -dije mientras le ayudaba a cargar a Sofía-. Cuando sea completamente tu jefa, te despediré. Ahora deja de hablar y ayúdame.

Luca me lanzó una mirada recelosa, claramente tomándose la amenaza con humor.

-Por tu desgracia, somos pocos los Erotes que quedan, así que me temo que tendrás que soportarme por mucho tiempo -me guiñó el ojo.

Una vez que colocamos a Sofía en el sofá, notamos que las marcas en su piel habían desaparecido, a excepción de una: la palabra "φως" en griego, que significa "luz".

-Luz -murmuré al leer la palabra. De inmediato, una historia que me contaba mi padre cuando era pequeña regresó a mi mente.

-Las marcas se han ido, pero su cabello sigue blanco... -dijo Luca, observando a Sofía con curiosidad.

-No creo que ella sea Selene -le interrumpí en un susurro, mientras mi mente seguía conectando los puntos.

-¿Qué quieres decir con eso? -preguntó Ethos, su voz resonando desde el otro lado de la habitación.

-Verás, tú eres mucho mayor que yo, y tuviste la oportunidad de conocer a Selene. Sabes mejor que nadie si lo que estoy por contar es verdad o no. Mi padre solía contarme que cuando Selene decidió irse del Olimpo y tomar su lugar en lo que los humanos conocen como la "luna", solía sentirse terriblemente sola. Rogaba constantemente a mi padre que le enviara algo o alguien a quien amar, pero su deber implicaba que debía permanecer sola por la eternidad. Entonces, para combatir esa soledad, aprovechaba las noches en las que no era requerida, durante la luna nueva, para bajar a la Tierra.

-Sí, todos conocemos esa parte de la historia. Pero no explica lo que le está sucediendo a Sofía -replicó Ethos, impaciente.

-Voy a ello -respondí, tomando aire-. Lo que nadie sabe, excepto mi padre y quizás algunos otros, es que cuando Selene bajaba a la Tierra, no solo observaba. Interactuaba con los humanos.

»Durante esas visitas, tuvo relaciones con varios mortales, pero descubrió que era incapaz de concebir un hijo, algo que anhelaba profundamente. Más que cualquier amante, deseaba un hijo que fuera suyo.

»Un día, mientras caminaba por la Tierra, escuchó la súplica de una mujer que, desesperada, pedía a los dioses que le concedieran la gracia de tener un hijo, pues era estéril. Selene se compadeció de ella, aunque sabía que estaba rompiendo las reglas. Se hizo visible ante la mortal y, en un acto de infinita compasión, le concedió su deseo, dándole una parte de su esencia para que pudiera concebir.

»Los hijos de Selene no eran dioses, pero sí seres divinos. Poseían pequeños dones, una parte de su poder, y siempre mostraban alguna semejanza física con ella, ya fuera en su cabello o sus ojos. Sin embargo, a pesar de tener dones, podían morir como cualquier otro humano.

»Cuando estos hijos morían, se unían a su cortejo de estrellas. Selene los recibía y los transformaba en estrellas, para que permanecieran con ella por la eternidad en el firmamento. Por eso, a sus hijos se les conocía como "las estrellas de Selene".

Luca asintió, procesando la historia.

-Entonces, lo que estás diciendo es que Sofía es una de esas estrellas -concluyó.

-Así es. Esa es mi teoría, y encaja con todo lo que hemos visto.

-¿Qué te hace pensar que Sofía es una de las hijas de la Luna? -preguntó Ethos, aún tratando de asimilar todo.

Le señalé la marca en su muñeca.

-Mira esa palabra, "luz". Todos los hijos de Selene llevan esa misma marca. Además, por supuesto, está el cambio en su cabello. Esa es la prueba definitiva.

Ethos soltó un profundo suspiro, claramente abrumado por toda la información.

-Esto es demasiado para procesar. Yo me largo -dijo, antes de caminar hacia la puerta y marcharse con un portazo.

Mientras Ethos se iba, noté que Aurel seguía sentado en el suelo, con la mirada perdida. Me acerqué a él, preocupada.

-¿Estás bien? -le pregunté en voz baja.

Aurel no respondió de inmediato. Una lágrima rodó por su mejilla.

-Ethos tiene razón... -murmuró finalmente, con la voz quebrada-. Por mi culpa, Selene se exilió. Por mi culpa, estuvo sola tanto tiempo. Y lo peor de todo es que solo intentaba ayudarla.

Me miró, y en sus ojos pude ver una mezcla de dolor, ira e impotencia. Aquel no era el Aurel que conocía. Verlo así, tan roto, tan vulnerable, me rompió el corazón. Pero no entendía del todo por qué se culpaba tanto por lo sucedido con Selene.

-No entiendo por qué te culpas de las decisiones de Selene -dije suavemente, esperando que se abriera más.

En su mirada había demasiados secretos. Sabía que estaba ocultando algo importante, y estaba decidida a descubrir qué era para poder ayudarlo.

Corazones Del Olimpo: Hija de Cupido DISPONIBLE HASTA EL 30/11/24Donde viven las historias. Descúbrelo ahora