Las clases habían terminado, y yo me encontraba buscando a mi pequeña amiga. Todos los estudiantes se dirigían a la salida, lo que hacía que mi búsqueda fuera más difícil.
Finalmente, salí al campus y, tras un rato de búsqueda, la vi. Sofía estaba sentada debajo de un árbol, concentrada en un libro. Me acerqué a ella con paso decidido.
-La Odisea -leí el título del libro en voz alta.
Sofía, quien no se había percatado de mi presencia, dio un pequeño salto al escucharme.
Su semblante se relajó cuando vio que era yo.
-No te había visto.
Guardó el libro en su bolso, y me senté junto a ella, apoyando mi espalda contra el árbol.
-¿Estudiando la materia? -le pregunté en tono burlón.
-Algo así -contestó, esbozando una sonrisa.
Sin embargo, mi sonrisa no duró mucho, y Sofía lo notó de inmediato.
-¿Qué sucede? -preguntó, con esa rapidez que caracteriza a los verdaderos amigos.
Inhalé profundamente antes de responder.
-Athan me invitó a salir -dije, mientras atraía mis rodillas hacia mi pecho y escondía la cara en ellas.
-¡Eso es genial! Sabía que algo pasaba entre ustedes dos. Pero aún no entiendo por qué te pones así... ¿es que él no te gusta?
Esa pregunta me recordó a la que Ethos me había hecho esta mañana. ¿Gustar?
Sin pensarlo mucho, comencé a hablar.
-Me gustan sus ojos, su cabello, sus cejas, sus pestañas, su voz, sus labios... ¡Por todos los dioses, me encanta todo de él! Desde que lo vi por primera vez, sentí algo diferente. Su mirada me resultaba familiar, como si ya lo hubiera visto antes.
Los ojos de Sofía se abrieron de par en par. Estaba a punto de decir algo, pero una voz la interrumpió.
-Él es tu alma gemela -dijo Luca, que estaba sentado en una rama encima de nosotros.
-¿Nos estabas espiando? -Sofía parecía indignada.
-Es mi trabajo cuidar de Axelia, por lo tanto, no me puedo alejar -Luca se encogió de hombros con indiferencia. Sofía me miró, esperando que dijera algo, pero yo estaba en estado de shock.
-¿Estás seguro de lo que dices? -pregunté a Luca, ignorando a Sofía por completo. Luca saltó del árbol con agilidad.
-Soy un Erote, claro que lo sé. Aún no entiendo cómo no te diste cuenta antes.
Tenía razón. Las señales habían estado ahí, pero nunca les presté atención.
-Pero... es imposible. Él es humano. El último dios que tuvo un alma gemela humana fue...
-Tu padre -Luca completó la frase por mí.
Sofía observaba la conversación en silencio, hasta que finalmente habló.
-¿Qué piensas hacer?
Medité su pregunta durante unos segundos.
-Quiero estar con él.
-Ahí tienes tu respuesta entonces -dijo Sofía, con una sonrisa de apoyo.
-Pero no quiero que él esté en peligro por mi egoísmo -dije en un susurro casi inaudible.
Luca se arrodilló a mi lado.
-Para eso estoy yo, y también está Ethos. Estamos aquí para cuidarte, y para asegurarnos de que a las personas cercanas a ti no les pase nada.
Sus palabras me reconfortaban, pero el sentimiento de culpa y remordimiento seguía allí. ¿Podría ser tan egoísta como para quedarme con él? ¿O debería alejarme para protegerlo, aunque eso me rompa el corazón?
-Debes elegir -dijo Luca, con calma.
Lo pensé mucho.
-Bien, ya lo decidí. Me alejaré de él. Hoy, en la cita, le diré que no quiero nada con él -dije, apretando los puños con determinación-. Aunque tenga que mentirle y mentirme a mí misma -agregué en un susurro, casi inaudible.
Pero ellos lo escucharon.
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4:15 PM
Sofía y yo estábamos en mi habitación. Según ella, me ayudaría a elegir mi vestimenta para la cita con Athan.
Insistió en que debía vestirme de una forma tierna, pero sin perder la elegancia. Aunque no veía el sentido, dado que planeaba rechazarlo.
Sofía eligió un vestido suelto de color azul cielo, que llegaba hasta mis rodillas y tenía un escote en corte de princesa. Estábamos a finales de primavera, casi en verano, así que el vestido era perfecto. Sin embargo, por el clima impredecible de Londres, decidí llevar un pequeño suéter gris. No tenía intención de maquillarme, pero Sofía insistió tanto que terminé aplicándome un poco de rímel y gloss. Mi cabello caía suelto, en su estado natural.
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6:25 PM
Athan y yo estábamos en una heladería en Chinatown, dentro de Soho. Él había pedido nuestros helados, y mientras los comíamos, decidimos dar un paseo. Las luces de papel que colgaban por todas partes iluminaban las calles, creando un ambiente mágico. Todo era tan colorido y alegre que por un momento me olvidé del propósito de esta salida.
Después de caminar durante unos 20 minutos, nos detuvimos en un pequeño puesto de bisutería. Una anciana de rasgos chinos vendía joyas de fantasía.
Mis ojos se posaron en un anillo dorado con tres piedras rojas en forma de corazón. Era simplemente perfecto.
Athan se dio cuenta de que miraba el anillo y, sin pensarlo dos veces, preguntó a la anciana:
-¿Cuánto cuesta el anillo? -dijo, señalando el que me había llamado la atención.
-Son 10 Euros -respondió la anciana.
-Lo quiero -dijo Athan, sacando el dinero de su cartera.
La anciana le entregó el anillo en una pequeña cajita azul.
-Gracias por su compra -dijo la anciana.
Athan asintió y caminamos hasta un pequeño banco donde nos sentamos.
El silencio nos envolvió durante unos segundos, hasta que él rompió el hielo.
-Ten -dijo, tendiéndome la cajita.
Lo miré, sorprendida.
-No puedo aceptarlo -dije. Sabía que estaba a punto de rechazarlo, y sería cruel aceptar un regalo solo para decirle que no quería nada con él. Pero algo en mí se ablandaba al ver el gesto de Athan.
-Por favor, lo compré para ti. Además, sería bastante ridículo si lo usara yo -dijo, riendo ligeramente con vergüenza.
Sus ojos, esos que tanto me gustaban, me suplicaban que lo aceptara. No solo el anillo, sino lo que simbolizaba.
Una pequeña luz de un auto que pasaba iluminó sus ojos, y mi determinación se tambaleó. No puedo rechazarlo. No quiero rechazarlo. Pero temía por su seguridad.
Después de una intensa lucha interna, finalmente cedí.
-Gracias -dije, aceptando la pequeña caja. Athan sacó el anillo y me lo puso en el dedo.
Sus ojos reflejaban miles de emociones.
No puedo hacerle esto. No a él.
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Corazones Del Olimpo: Hija de Cupido DISPONIBLE HASTA EL 30/11/24
FantasyDISPONIBLE TODAS LAS PARTES HASTA EL 30/11/2024 POR PUBLICACIÓN EN UNA PLATAFORMA DE PAGO ¿Qué pasaría si fueras hija del Dios del Amor? Axelia, segunda hija de Eros y Psique, fue concebida en la casa de Afrodita, lo que la convirtió en una diosa de...