CP30: INESTABLE​

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Lunes, 3 de junio.

Casi dos semanas habían pasado ya, y con ellas, la intriga, la desesperación, el miedo y el caos se habían desatado entre nosotros. Los chicos se volvieron algo locos cuando, el viernes por la tarde, les conté que le había dicho toda la verdad a Athan. Sin embargo, luego de que les explicara los pros y contras, se dieron cuenta de que había tomado la mejor decisión posible. La verdad, por difícil que fuera, era necesaria.

Desde la aparición de aquella extraña sombra, Ethos y Luca se vieron obligados a duplicar las guardias nocturnas. La actividad de las sombras había aumentado considerablemente, lo que solo indicaba una cosa: el inicio del fin. La esencia de esas entidades se hacía más presente en el plano terrestre, y era evidente que se estaban fortaleciendo. Podíamos sentir su poder creciendo cada vez más.

Era lunes por la mañana, y como siempre, tocaba ir a clases. Ethos y Luca aún estaban profundamente dormidos, y lo entendía, había sido un fin de semana agotador y lo que faltaba prometía ser aún más intenso.

Me dirigí al baño para asearme rápidamente, y después bajé a ayudar a Coraline a preparar el desayuno. Eran las 6:20 am, y la casa estaba sumida en completo silencio. Coraline ya estaba en la cocina cortando algunos vegetales cocidos, así que me acerqué para darle una mano y terminar más rápido. Veinte minutos después, el desayuno estaba listo y servido.

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A diferencia de otros días, esta vez fue Augusto quien nos llevó al instituto. Le quedaba de paso camino al trabajo y, según sus palabras, quería pasar algo de tiempo con nosotros, aunque solo fuera para llevarnos.

Al llegar al instituto, un aire lúgubre envolvía el lugar. El ambiente estaba cargado de algo más que simple rutina escolar.

Hacía poco más de dos semanas que se había extendido el rumor de que los padres de Stency habían sufrido un grave accidente automovilístico. La razón por la que Matt estaba pasando más tiempo con ella. Stency no había asistido a clases ni el lunes ni el martes, y la ausencia se prolongó durante el resto de la semana. El miércoles, la profesora de Historia confirmó el rumor: los padres de Stency estaban en coma y, probablemente, no despertarían. Desde entonces, no había vuelto a pisar la institución. Eso había sido hace dos semanas.

Pero hoy, allí estaba ella, sentada en un banco apartado. Si no fuera por su inconfundible cabello rojo, quizás no habría reconocido que era Stency. Su rostro estaba completamente demacrado, con profundas ojeras, y se notaba que había llorado mucho. Tampoco había dormido bien en varios días. Inclusive su vestimenta estaba descuidada, lejos de la imagen pulcra y altiva que siempre había proyectado.

Nunca sentí una gran simpatía por Stency, quien no había hecho más que molestarme desde que llegué a New High. Sin embargo, no pude evitar sentir un profundo pesar por su situación. Podía quedarse huérfana en cualquier momento, y eso, sin duda, era una tragedia.

Sentí el impulso de acercarme para hablarle y consolarla, aunque el temor de cómo podría reaccionar me frenó por un instante. Quizás no estaba lista para hablar de lo sucedido, y mucho menos conmigo. Pero, ¿y si lo que necesitaba era justo eso, alguien con quien hablar? Tal vez, solo tal vez, podía ayudarla.

Decidí hacer caso a mi instinto y me acerqué con cautela. De cerca, su estado era aún más evidente. Era la viva imagen del agotamiento. Carraspeé suavemente para llamar su atención.

-Oye, Stency. Me enteré de lo que ocurrió con tus padres y quería saber si... ¿estás bien?

Stency levantó la mirada y me observó durante unos segundos. Sus ojos, vacíos y tristes, reflejaban todo lo que estaba sufriendo.

Corazones Del Olimpo: Hija de Cupido DISPONIBLE HASTA EL 30/11/24Donde viven las historias. Descúbrelo ahora