-Leire- dedicó una mirada a nuestras manos y volvió a mirarme a los ojos -¿Te gustaría ser mi novia?-.
Al oír aquellas palabras, noté mi corazón acelerarse de una manera tan intensa que parecía que sobrepasaría mis músculos y se saldría de mi pecho. No habían palabras suficientes para describir cómo estaba sintiéndome.
Las piernas comenzaban a flaquearme, mis manos sudaban y mi espalda estaba tan recta y firme como un tronco. Intenté controlar mis nervios antes de que las palabras fluyesen de mi boca.
-¿Estás hablando en serio?- le pregunté pensando que tal vez podría ser una broma o que estaba soñando.
-Nunca he hablado más en serio en mi vida- dijo acercando aún más nuestros cuerpos y colocando sus manos en mis mejillas.
Observé por un momento sus ojos y vi que el tono verde de su iris se había oscurecido al mismo tiempo que sus pupilas se dilataban.
El aire caliente que expulsaba su nariz rozaba la mía al tener su rostro a escasos metros del mío. Por otro lado, volví a sentir ese dulce olor a colonia que desprendía su cuello.
Su mandíbula estaba tensa a causa de que su dentadura superior y su dentadura inferior hacían un contacto brusco y fuerte.
-Leire- subí mi mirada hasta encontrar la suya -Estoy convencido de que eres la mujer de mi vida, lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo- trazó varias caricias en mis pómulos con sus pulgares -¿Querrías ser la novia de este loco enamorado?-.
Solté una pequeña risilla por eso último. Desvié mi mirada hacia abajo. Estaba sintiendo la vergüenza por todo mi sistema. Sin embargo, intenté no hacérselo ver volviendo a dirigir mis ojos hacia los suyos.
-No lo sé- mi voz sonó más aguda de lo normal, pero no le di mucha importancia.
Frunció ligeramente su ceño y separó sus manos de mis mejillas para llevarlas a los lados de su cuerpo. Su expresión cambió totalmente a una de tristeza, decepción y desesperanza.
-¿Cómo que no lo sabes?- me preguntó en un tono suave, aunque se le notaba que no era la respuesta que esperaba.
-No, no lo sé- repetí imitando el mismo tono que él.
-Leire, yo estoy enamorado de ti. Tú estás enamorada de mí. ¿Qué problema hay?- dijo posando sus manos en mis hombros.
-Necesito tiempo para pensar- contesté agachando mi cabeza.
Agachó su cabeza hasta mantener el contacto con el suelo y entonces supe que se había decepcionado, aunque lo entendía perfectamente. De pronto, volvió a dirigir su mirada en mí y me regaló una sonrisa de lado.
-Está bien, esperaré el tiempo que necesites, sólo te pido- pausó -Que no dudes de lo que siento por ti- dijo levantando mi cabeza para mirarme a los ojos. Hecho eso, acortó totalmente la distancia que existía entre mis labios y los suyos para darme un beso ni muy corto ni muy largo.
~*~
-¡¿QUE HICISTE QUÉ?!- la voz de Emma sonó tan fuerte que rebotó en las paredes de mi habitación haciendo un poco de eco. Por suerte, Max había salido de casa, así que no la escuchó.
-Emma, si no me gritaras me harías un gran fav...-.
-¿Que no te grite?- me interrumpió -¡¿QUE NO TE GRITE?!- repitió aún más fuerte -¡Leire, te juro que no he conocido un ser más tonto que tú en mis años de existencia!- dijo llevándose una de sus manos a la frente.
-Emma, yo...-.
-Es que siempre estás igual -volvió a interrumpirme -Todo lo que te dije te lo has pasado completamente por el forro, no ha servido de una mierda- dijo dando vueltas por mi habitación nerviosa.
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Hasta Que La Vida Me Sonríe (COMPLETA)
De TodoElla sintió que no tenía a nadie a su lado. Sintió que no valía como persona. Sintió que nada tenía sentido, y cuando se dio cuenta de que la vida no estaba hecha para ella, el destino dio un vuelco. Alguien especial apareció en su camino y de repen...