Capítulo 47

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Cada parte de mi ser se estaba derrumbando tanto por dentro como por fuera. La sensación de vacío que mi destrozado corazón estaba experimentando me dejó una huella de suma tristeza por todo mi organismo.

Las ganas de llorar que tenía en aquel momento eran totalmente exageradas e inhumanas. Quise golpearme a mí misma por ello, por ser así de débil. Sin embargo, era lo único que me permitía liberarme de esa carga emocional que me carcomía por dentro. Llorar era lo mejor que podía hacer para desahogarme.

Las once y cuarto de la noche habían llegado, y yo seguía sentada en el suelo con mis lágrimas a flote. Se me hacía tan sumamente difícil dejar de pensar en la infidelidad de Max. ¿Cómo pudo engañarme con Stacy?

-"Escuché a Stacy contarle a Betty algo sobre ti y sobre Max..."- Emma me lo advirtió -"...Y tan bien que le cayó a Stacy, que piensa quitártelo"- ¿por qué no le hice caso?

-"Ah, por cierto. Yo que tú vigilaría a tu novio. En algún momento podrían arrebatártelo"- la voz de Rachel de repente rebotó en mi mente.

-Todo era verdad- dije entre sollozos - Emma lo sospechaba y Rachel me lo dijo para molestarme, pero aún así era verdad- escondí la cabeza entre mis piernas.

De pronto, unas llaves chocaron contra la cerradura y unos zapatos de tacón se escucharon en el suelo cuando aquella persona comenzó a caminar hasta mí después de haber cerrado la puerta.

-¿Pero aún no te has arreglado, mi alma?- la voz de una mujer llegó hasta mis oídos y levanté la cabeza en su dirección. Era una chica que aparentaba más o menos veinticinco años. Era alta, esvelta, morena de piel y con el cabello rubio platino y liso. Vestía con un vestido negro corto de falda y sin tirantes.

-¿Quién eres tú?- le pregunté mientras secaba mis lágrimas con mis manos.

-Yo soy Rosa, una de las chicas que trabajan aquí- pausó -El jefe me ha dado las llaves de aquí para que te ayude un poco porque esta es tu primera noche, ¿no?- me preguntó.

-Yo no quiero estar aquí, me trajeron a traición- le dije irritadamente.

-Pues lo siento mucho, mi alma- dijo -Pero el jefe ya ha anunciado que hay una chica nueva y que esta noche te presentarían ante el público- explicó.

-¿Qué?- pregunté con miedo -¡Diós mío! No quiero. No puedo-.

-Lo siento, cariño. Tendrás que hacerlo- dijo -Ven, te ayudaré a levantarte de ahí- se agachó para coger mis manos y, entre su fuerza y la mía, conseguí levantarme.

Rosa me sacaba por lo menos una cabeza de altura, ya que los tacones con los que caminaba la hacían verse más alta.

Su maquillaje era algo exagerado, pero le quedaba bien. Sombras de color verde y dorado adornaban sus párpados. Las líneas de agua y la parte superior de sus pestañas estaban pintadas con eyeliner. El colorete rosa decoraba la parte de arriba de sus pómulos y, por último, sus labios estaban pintados de un color rojo pasión.

-Comenzaremos con el vestuario- pausó y se alejó unos centímetros de mí para mirarme de arriba a abajo -Veamos, creo que te quedará genial este traje- se encaminó hacia uno de los percheros y cogió un vestido de lencería rojo. Aquel traje constaba de un sujetador y unas braguitas unidas por dos tiras de tela en forma de cruz y otra pasando por en medio de éstas.

-Rosa, de verdad que yo te lo agradezco, pero...-.

-Mi cielo, no vas a poder negarte a salir al escenario- me interrumpió -Y menos cuando esta noche el centro de atención eres tú- me lanzó el traje desde su posición y lo atrapé al vuelo -Allí tienes un baño para poder cambiarte- dijo mientras señalaba una puerta a mi derecha.

Hasta Que La Vida Me Sonríe (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora