Capítulo 12

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Una luz blanca comenzó a invadir mis pupilas para dejarme ver el espacio en el cual me encontraba. Miré a mi alrededor aún con la vista algo nublosa y pude distinguir una habitación pequeña.

Mi vista empezó a ser nítida de nuevo después de unos segundos y pude ver con claridad que estaba tumbada sobre una superficie fría. Me incorporé y pude comprobar que aquel espacio era el baño de mi casa.

¿Qué me había pasado? Sólo tenía dos opciones: o me había dormido, o me había desmayado. Me abracé a mí misma como expresión de no saber nada ni recordar nada y algo en mis brazos empezó a escocerme debido a la presión de éstos contra mi cuerpo.

Miré hacia ellos y levanté mis mangas para tener bajo mi campo óptico cada una de las cortadas que me hice hace unas horas. Entendí que me había desmayado al ver mi sangre desplazarse por mis extremidades. Por suerte, ya no salía ni una gota más por ellas y me sentí aliviada por ello.

Dos minutos pasaron desde que ya todo funcionaba bien tanto en mi cabeza como en el resto de mi cuerpo, así que, decidí levantarme y salir del cuarto de baño, no sin antes bajar las mangas de mi camiseta.

Llegué a mi habitación y vi la luz parpadeante de mi móvil encenderse y apagarse contínuamente. Lo desbloqueé y vi una llamada perdida de Emma y dos mensajes que decían:

"Hola. ¿Qué tal la tarde, 'despierta pasiones'? xD"

"Leire, ¿te ocurre algo?"

La verdad, no tenía ganas de hablar con nadie, pero para no dejar a Emma preocupada, y a parte porque sabía que se pondría pesada, decidí contestarle.

"¡Hey! Ya te contaré en el instituto, y no me ocurre nada, tranquila. He tardado en responderte porque me había echado una pequeña siesta. Nos vemos, chao"

Al cabo de cinco segundos, mi móvil empezó a vibrar y vi que era una llamada de Max.

-Hola, Max- contesté lo menos triste que pude.

-Hola, Leire. Llamaba para preguntarte cómo estabas- contestó él aparentemente feliz.

-Oh, emm...Muy bien, Max. Gracias- mentí -¿Cómo estás tú?- le pregunté.

-Bien, gracias. ¿Tus tíos te dijeron algo al llegar a tu casa? Es que oí gritos desde la mía- me dijo.

¡Oh, demonios! Había escuchado los gritos de mi tío. Sin embargo le mentí de nuevo.

-Ah, no...Ellos...no estaban cuando llegué- dije algo nerviosa -Yo también oí esos gritos, eran de los otros vecinos. Me sorprende que los hayas escuchado tú también- me hice la tonta.

-Vaya tela, qué loco está el mundo hoy en día- me dijo casi a carcajadas.

-Sí, ya ves- le contesté con el mismo tono que él.

-Bueno, pues ya no te molesto más. Sólo llamaba por eso, porque me había preocupado. Ya nos vemos otro día. Hasta luego- dijo él.

-Tranquilo, no molestas. Y no te preocupes, estoy bien- mentí de nuevo -hasta otro día- colgué.

Miré a ver si me había respondido Emma mientras estaba hablando con Max y efectivamente sí me había respondido.

"Ah, de acuerdo. No pasa nada. Pues no te olvides de contármelo mañana jaja. Chao"

Sonreí por eso último y dejé mi móvil encima de mi mesita. Me dispuse a tumbarme en mi cama con mis brazos  extendidos en ella y con mi rostro mirando al techo, pero con mis ojos cerrados pensando una y otra vez.

-NIÑA, ERES UNA SINVERGÜENZA, UNA CUALQUIERA. NO MERECES SER UNA DE NOSOTROS. ¡MALCRIADA! ¡ESTÚPIDA!- Me dijo una voz ronca y grave que en seguida reconocí.

Hasta Que La Vida Me Sonríe (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora