Capítulo 15

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Me desperté por el sonido de mi móvil. Encendí la luz de la lamparita que estaba encima de mi mesita de noche, cogí el aparato y miré el motivo por el que había sonado. Un mensaje me llegó. Era de Max.

¿Qué hacía enviándome un mensaje a esas horas? Miré la hora y me di cuenta de que eran las 10:00 de la mañana, o sea, que no era una mala hora después de todo.

"Buenos días, Leire. ¿Cómo has estado estos dos días? Te enviaba este mensaje para recordarte que esta tarde pasaré a por ti a las 17:00. No se te olvide :)"

¡Rayos! ¡Era cierto! ¡Había quedado con él, no me acordaba! Menos mal que me lo había dicho, que sino, tal vez lo dejaría plantado al pobre. Bueno, un despiste lo podía tener cualquiera.

"Buenos días, Max. He estado bien, gracias, ¿tú cómo has estado?. Muy bien, a las 17:00 nos vemos"

Volví a dejar mi móvil encima de la mesita, me levanté de mi cama y me dirigí a la cocina para hacerme el desayuno. Por suerte, mis tíos no se levantaban nunca a esas horas, por lo que estaba bastante tranquila.

Terminé de desayunar y dejé el vaso que había usado en la pila con agua. Hecho eso, me fui al cuarto de baño para tomar una ducha.

Al acabar, volví a mi habitación para vestirme. Me puse unos vaqueros negros, una camiseta interior negra y encima una camisa de manga larga a cuadros rojos y negros con algún toque blanquinoso. Esa camisa era una de mis favoritas, me encantaba. Me puse unas deportivas blancas y volví al cuarto de baño para secarme el pelo.

Preparé mi mochila con el libro de Química y los apuntes que había tomado en cada clase, hice mi cama y esperé sentada en ella hasta que se hiciera la hora de salir y encontrarme con Emma.

Como era domingo, era el último día que quedaba para hacer el trabajo que nos había mandado la profesora sobre los cambios de estado y su influencia en las distintas reacciones químicas. Ese trabajo era el que mandó aquel día que yo no fui a clase y Emma había venido a mi casa para decirme los deberes que había, y entonces había quedado con ella para hacerlo.


Flash Back.

Mientras caminábamos para volver a nuestras casas después de haber bajado del autobús, recordé una cosa.

-Emma, ¿te acuerdas del día que viniste a mi casa porque yo no había ido a clase?- le pregunté girando mi cabeza hacia ella y mirándola.

-Mm... Sí, ¿por qué?- me preguntó algo extrañada.

-Me dijiste que la profesora de Química mandó un trabajo y recuerdo que era para la semana que viene- le dije.

-Ah, es cierto. Pues habrá que hacerlo ya. ¿Quedamos mañana por la mañana?- me preguntó ella nerviosa.

-Por mí, bien. Pero tampoco hace falta hacerlo tan pronto, que tenemos hasta el viernes para entregarlo- le dije para calmarla un poco.

-Ya, pero cuanto antes lo hagamos y lo entreguemos, mejor. Así nos lo quitamos de encima- me dijo ella.

-También es verdad- dije subiendo una ceja -¿Y dónde quedamos? ¿En tu casa?- le pregunté.

-No, mejor nos vamos a la biblioteca, que estaremos más tranquilas- me contestó ella muy decidida.

-De acuerdo, ¿a qué hora?- le pregunté.

-¿A las 11:00 te parece bien?- me preguntó encogiendo sus hombros.

-Sí, me parece bien- asentí.

Fín del Flash Back.


Me puse a pensar en que haberle contado a mi amiga todo, era lo mejor que pude haber hecho porque ya me sentía un poco mejor conmigo misma. Sabía que eso no arreglaba nada, pero sí aliviaba bastante el hecho de tener a alguien ahí.

Hasta Que La Vida Me Sonríe (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora