De nuevo, la semana había comenzado. Era lunes y me encontraba en el recreo después de tres clases seguidas. Vi a lo lejos un grupo de tres chicas que iban a mi clase, que eran las consideradas populares del instituto. Se estaban acercando a mí. Yo me levanté de donde estaba, pero la rubia: Stacy, me llamó.
-Eh, Leire. ¿Por qué te vas?-.
Me impresionó su pregunta, ya que cuando querían ir a algún sitio y estaba ocupado, la gente que había, se tenía que marchar. Así eran ellas con el resto del instituto.
La morena, llamada Rachel se acercó más a mí y tocando mi hombro me dijo:
-Estamos muy afectadas por la muerte de tus padres, nos enteramos ayer por las noticias-.
No me creía ni media palabra de lo que me decía. Aquellas chicas no pensaban en nadie que no fueran ellas mismas.
-Sí, no sabes cuánto sentimos que te hayas quedado huérfana y no tengas a nadie- dijo la pelirroja: Betty, casi a carcajadas.
Les di la espalda con lágrimas en los ojos y me dirigí hacia otro lugar mientras Stacy, Rachel y Betty seguían riéndose. ¿Cómo era posible que fueran tan retorcidas y que no se parasen a pensar en el daño que causaban sus palabras?
Llegué al baño de las chicas y allí me quedé pensando en mis padres, en cuánto les iba a echar de menos, y así estuve un largo tiempo hasta que sonó el timbre para entrar de nuevo a clases.
Me senté en mi mesa, saqué mis apuntes, mis libros y mi estuche. Vi a las tres entrar por la puerta y me miraron con una sonrisa irónica, cuchichearon entre ellas y se sentaron en sus respectivos asientos, que estaban a dos filas detrás del mío.
Dos minutos más tarde, entró la profesora de Biología y pasó lista. Nadie había faltado, con lo cual, empezó con la clase.
Al cabo de unos minutos, noté que mi compañera de detrás, que se llamaba Emma, me dio un papel que le había dado Stacy para mí. Lo cogí y disimuladamente lo abrí. Era un dibujo de mis padres muertos en el avión y al lado del mismo, yo con lágrimas en mis mejillas. Miré hacia atrás para dedicarle una mirada medio entristecida medio de odio.
-Señorita Prescott, ¿quiere mirar hacia delante y centrarse en la clase?- me dijo la profesora.
Giré bruscamente la cabeza hasta mirarle a los ojos y sin decir palabra alguna, puse mi atención en la clase.
A la salida del instituto, volví a salir como siempre por la puerta de los profesores con mi música puesta para olvidarme por un momento del mundo.
Noté que alguien más había salido por la misma puerta que yo y vi a una chica de pelo castaño, ojos marrones oscuros y algo más bajita que yo. Era Emma, la chica que se sentaba detrás de mí en clase. La chica me dirigió una pequeña sonrisa, que de pronto se le borró de su rostro.
-Leire, ¿puedo decirte algo?-.
-Si vas a burlarte de mí, mejor ahórratelo- le dije después de quitarme los auriculares y con un tono algo amenazante.
-No, Leire, no voy a hacer eso- me dijo negando con la cabeza.
-¿Entonces?- pregunté con intriga.
-Sé que apenas hablamos en clase, pero quiero que sepas que yo no soy como las estúpidas de Stacy, Rachel y Betty. Vi como se burlaban de ti en el recreo y supuse que aquel papel que te escribió Stacy no era para nada bueno. Cuando has salido de clase, ellas se estaban riendo y diciendo cosas crueles de ti y de tus padres. Me parece una falta de respeto por su parte y también quiero que sepas que puedes contar conmigo para lo que haga falta- me dijo sonriéndome.
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Hasta Que La Vida Me Sonríe (COMPLETA)
RandomElla sintió que no tenía a nadie a su lado. Sintió que no valía como persona. Sintió que nada tenía sentido, y cuando se dio cuenta de que la vida no estaba hecha para ella, el destino dio un vuelco. Alguien especial apareció en su camino y de repen...