Capítulo 13

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-¡Prescott, Wethers! ¡A mi despacho ahora mismo!- nos ordenó el director a Emma y a mí.

-Disculpe, director, pero ellas empezaron- dijo mi amiga dejando a Stacy en el suelo.

-Me da igual quién haya empezado. Las quiero a las dos en mi despacho de inmediato- dijo el director.

-¿Y ellas qué?- preguntó Emma mirándolas con odio.

-También. Pero ahora quiero hablar con ustedes dos, ¿de acuerdo?- preguntó el director frunciendo el ceño.

-Sí, señor director- dijimos Emma y yo al unísono.

Nos encaminamos hacia el despacho del director siguiéndolo. En ese instante reinaba un silencio absoluto que nadie era capaz de interrumpir hasta que llegamos al despacho, donde el director nos ordenó sentarnos en dos butacas que había justo en frente de su escritorio.

-Bien, ¿ahora me pueden explicar qué ha pasado ahí fuera?- nos preguntó.

Emma y yo nos miramos la una a la otra sin saber qué responder, hasta que yo decidí tomar la palabra.

-Ellas se estaban metiendo con nosotras y como es lógico, nos defendimos- dije sin creerme lo que acababa de suceder.

Por primera vez había sido capaz de defenderme. Creía que de tantas veces que me había afectado la muerte de mis padres, ya no me quedarían fuerzas ni para derramar más lágrimas, cosa que para mí era un punto que me había hecho más fuerte, no sabía por qué, pero era así.

-¿Y puedo saber el motivo por el cual hicieron eso?- preguntó con los brazos cruzados.

Agaché la cabeza sin saber qué decir. No quería para nada decirle al director que era por mis padres, ni tener que contar nada sobre ellos.

Noté que Emma me miraba y volvió a mirar al director.

-Preferimos guardar esa información, lo sentimos- dijo Emma.

-Bueno, de acuerdo. Pero de todas maneras no debisteis povocar un escándalo. Las peleas están prohibidas en el centro, lo sabéis más que de sobra. ¿Verdad?- preguntó aun sabiendo que la respuesta era obvia.

Las dos asentimos con la cabeza agachada, y después de ese acto, volvimos a dirigir nuestras miradas hacia la del director.

-Muy bien, entonces pudisteis haber avisado a un profesor y que os hubiese ayudado, y en vez de estar vosotras dos aquí, estarían ellas- dijo el director con una expresión seria y a la vez teniendo el ceño fruncido.

-Ya- dijimos a la vez mi amiga y yo.

-Bien, pues. Supongo que ya no tengo nada más que deciros. Sólo que esta es la primera advertencia, es decir, que si se vuelven a meter en problemas, quedarán expulsadas del centro por unos días- dijo el director señalándonos con su dedo índice de la mano derecha.

Emma y yo volvimos a asentir y de nuevo nos dirigimos hacia la salida del depacho. Cuando ya llevábamos camino lo bastante lejos de éste, sonó el timbre que indicaba que debíamos volver a clases.







~*~

Después de tres clases: Biología, Lengua y Química, esperé a Emma fuera del instituto, ya que ella se había quedado un momento para preguntarle una duda a la profesora de Química, y mientras tanto, me entretuve mirando mi móvil. En ese momento me llegó un mensaje.

"Leire, te espero en la puerta de tu casa. Me gustaría hablar contigo. Chao"

Era de Max. ¿De qué querría hablar? No tenía ni la más remota idea. Bueno, ya me lo diría cuando le viera.

Hasta Que La Vida Me Sonríe (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora