Mi mirada no dejaba de pasar desesperadamente desde Edward inconsciente tirado en el suelo hasta las miradas inquietantes de Kim, Rosa y Roman.
-Madre mía la que nos va a caer encima como el jefe y su hijo se enteren- dijo Roman paseándose de un lado a otro con una mano en la cabeza.
-Roman, deja ya de repetir eso, que me estás poniendo nerviosa- dijo Rosa también con su mano en su cabeza.
-Leire, por favor. Explícanos lo que ha sucedido. Relájate y dínoslo- me dijo Kim.
Asentí con la cabeza. Bajé de la bancada, intentando que mis manos no comenzaran a temblar antes de soltar palabra alguna. Respiré profundamente, tratando de hacer llegar bien el aire a mis pulmones y mandar una señal a todo mi cuerpo para que se relajase.
-Edward entró aquí- eché una mirada a su cuerpo desplomado y volví a dirigirla hacia los tres -Trató de abusar de mí, pero conseguí alcanzar este bote de maquillaje de cristal -levanté la mano con la que sostenía el bote y lo enseñé -Y le golpeé la cabeza con él. Yo sólo traté de defenderme- me abracé a mí misma.
-¿Cómo sabes su nombre?- me preguntó Roman con curiosidad.
-Es mi primo- respondí yo con un poco de angustia al ver cómo sonaban aquellas palabras. Saber que ese desgraciado era parte de mi familia me producía ardores en el estómago. Unos ardores que me hacían querer volver a vomitar, pero conseguí reprimir las ganas.
-¿Es tu primo y ha intentado abusar de ti?- me preguntó Rosa con expresión de no entender absolutamente nada de lo que yo decía.
Asentí con la cabeza. Los tres se miraron entre ellos con una pizca de incredulidad. Roman se cruzó de brazos y echó una mirada a mi primo. Rosa llevó sus manos a su cintura y miró al mismo punto que Roman. Kim no dejaba de observarme a mí. De un momento a otro, sus rostros dejaron de reflejar aquella incredulidad y una mueca seria invadió sus facciones.
-Le creo- les dijo Kim a Rosa y a Roman finalmente -La pobre estaba demasiado asustada- caminó hacia mí y depositó una mano sobre uno de mis hombros.
-¿Pero, qué vamos a hacer? No podemos dejar el cuerpo aquí- dijo Roman.
-Hay que ayudar a Leire- dijo Rosa -Tengo una idea -tanto Roman como Kim y como yo la miramos atentamente -Roman y yo podemos esconder el cuerpo en otro lado, mientras que tú vuelves a maquillar a la muchacha, que se le ha corrido todo el maquillaje- le dijo a Kim señalando mi cara cubierta de borrones negros del maquillaje -Después llamaremos a una ambulancia para que venga a por él- señaló a Edward -Actuaremos como si nos lo hubiéramos encontrado ya en el suelo-.
-No me parece mala idea- dijo Kim -Pero se nos va el tiempo, la presentación de Leire es dentro de veinte minutos. Debemos darnos prisa-.
-Esperad, yo le veo lagunas a ese plan- intervino Roman. Tanto la atención de las chicas como la mía se vieron atraídas por las palabras del chico pelirrojo -Si llamamos a una ambulancia descubrirán que no tiene pulso y está muerto. Abrirán una investigación y tendremos un problema todavía peor- explicó. Y tenía toda la razón. El plan de Rosa no estaba del todo mal, salvo por ese detalle.
-Ya veremos lo que vamos a hacer. De momento escondamos el cuerpo en otro lugar más seguro- le dijo Rosa.
-De acuerdo, vamos- le dijo Roman a Rosa.
Roman agarró de los hombros a Edward mientras Rosa lo agarraba de los pies. Kim se dirigió hacia la puerta para abrírsela a los dos para salir del vestuario. Kim cerró la puerta y me hizo señales para que me sentara en el mismo taburete de antes. Cuando llegó hasta mí, se sentó en el taburete de al lado.
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Hasta Que La Vida Me Sonríe (COMPLETA)
De TodoElla sintió que no tenía a nadie a su lado. Sintió que no valía como persona. Sintió que nada tenía sentido, y cuando se dio cuenta de que la vida no estaba hecha para ella, el destino dio un vuelco. Alguien especial apareció en su camino y de repen...