Me envolví por unos instantes entre mis pensamientos, sintiendo la fría cama tocar mi espalda, que unos segundos después ese frío se transformó en calor debido al que desprendía mi cuerpo.
En mi mente no paraban de rondar las mil maneras de decirle a Max toda la verdad, porque no tenía ni idea de cómo hacerlo, así como tampoco tenía idea de la manera en la que él podría reaccionar.
Sabía que Emma tenía toda la razón en que debía hablar con él, pero mi instinto me decía que todavía no era el momento y que por ahora sería difícil para mí.
Sentí mi corazón estrujarse en un sentimiento de culpa debido al cargo de conciencia que tenía a causa de que, a mi parecer, estaba siendo egoísta por hacerle pensar a Max que le rechacé por él y que la razón era otra.
¿Por qué sería tan mezquina? ¿Por qué no era capaz de hacer frente a mis miedos? ¿Por qué era tan jodidamente cobarde?
Un breve sonido proveniente de mi móvil captó mi atención y dejé atrás esos pensamientos que no hacían más que invadir mi mente a cada momento.
"¡Hey! ¿Cómo estás?"
Era un mensaje de Dylan. Por una milésima de segundo me hizo sonreír, pero se me borró al instante.
"¡Hola! Muy bien, gracias. ¿Qué tal estás tú?"
Esa era la mentira menos creíble que había dicho jamás. Al menos si él estuviese ahora mismo delante de mí, no me creería.
En cuanto envié el mensaje, mi móvil empezó a vibrar y vi una llamada entrante de él.
-Hola- saludé.
-Hola, Leire- saludó él también -Bueno, ¿cómo te va todo?- preguntó.
-¡Genial!- mentí -Se me están haciendo eternas estas dos semanas para volver a clases, pero a pesar de ello, bien-.
-¡Ay! Es cierto- pausó -¿Cuánto tiempo te queda?- preguntó.
-Aún una semana entera- cogí aire -Por eso te digo que se me están haciendo eternas- dije entre risas.
-¿Tienes ganas de volver a clases?- preguntó con un tono cansino.
-Pues la verdad sí- respondí -Quiero acabar ya el maldito Bachillerato- bufé.
-No me extraña, en su momento yo también lo deseé con todas mis fuerzas- rió.
-Todos deseamos acabar pronto los estudios- reí yo también.
-Sí -siguió riendo, hasta que pausó por un momento -Leire, estoy escuchando gritos en el patio de la Universidad-.
-¿Y qué pasa?- pregunté curiosa.
-Es el Edward ese, el tipo que me robó el móvil- pausó -Se está peleando con otro alumno y basicamente toda la Uni está contemplando la pelea-.
-¿Cómo es Edward? ¿Puedes describírmelo?- le pedí.
-Es un chaval bastante fuerte, moreno de piel y tiene una especie de tupé raro hacia arriba en el pelo- me explicó.
¡¿Qué?! No podía ser. Era justamente la descripción de mi primo.
-¿Por qué lo preguntabas?- me dijo.
No respondí y me quedé totalmente en blanco. Seguí sumida en mis pensamientos mirando a la nada.
Entonces estaba en lo cierto. Mi primo fue quien le robó el móvil a Dylan.
-¿Leire? ¿Estás ahí?- preguntó.
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Hasta Que La Vida Me Sonríe (COMPLETA)
De TodoElla sintió que no tenía a nadie a su lado. Sintió que no valía como persona. Sintió que nada tenía sentido, y cuando se dio cuenta de que la vida no estaba hecha para ella, el destino dio un vuelco. Alguien especial apareció en su camino y de repen...