PLUS!

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PLUS | 04

-vas a tener un dia maravilloso mi vida-dijo Claire, fingiendo una sonrisa mientras trataba de contener un suspiro.

La pelirroja acaricio la camisa de su hija de cinco años, y la miro frunciendo el ceño. El uniforme era demasiado grande para su pequeña rubia.

La empresaria parpadeo rápido para secar las lágrimas que querían bajar de sus ojos y sintió como una de las manos de su esposo le acariciaba el hombro poniéndose de cuclillas junto a ellas.

La pequeña Grady había perdido el rosado común que estaba en sus mejillas, y tenía los ojos más grandes de lo habitual. La niña los miraba atentamente, con una calceta más- abajo que la otra, y la enorme mochila en su espalda.

-mamita... -sollozo Alyssa suplicante.

Claire se puso de pie, firme, justo como Owen le había dicho la noche anterior. La pareja llevaba semanas hablando respecto a este siguiente paso que deberían dar, y un año pensando como lo harían. Sin embargo, en esta lucha Owen estaba solo ya que su mujer tenía un punto débil. El ojoverde jamás diría que su esposa fuese débil, pero si era cierto que había un espacio reservado para Alyssa, justo debajo de sus costillas, si golpeabas ahí la mujer se desharía en ese instante.

El hombre negó con su cabeza cuando su esposa lo miro con sus ojos suplicantes, dispuesta a tomar a su pequeña bebe en brazos y llevársela de ahí.

-mami y yo estaremos aquí justo a las tres pare recogerte –le dijo, pero la pequeña negó con su cabecita, moviendo la coleta que llevaba- a las tres en punto

-no papi, yo no me quiero quedar –le dijo, mientras sus ojos comenzaban a llenarse de agua.

En ese momento Owen sintió como su esposa se puso tensa y rígida, y todo empeoro cuando el labio inferior de su hija menor comenzó a temblar.

-tienes que quedarte cariño, es lo que las niñas grandes como tu hacen –dijo, recibiendo un asentimiento de cabeza por parte de su hija mayor, a modo de apoyo.

La menor miro a su madre, suplicante y esta miro a su marido.

-estarás bien mi cielo, tu hermana está a solo dos edificios de distancia, además Olympia estará contigo –le dijo Owen señalando a la castaña que se estaba acercando a ellos.

-hola señor Grady –dijo la niña abrazando a Alyssa.

-hola corazón, ¿listas? –pregunto, y tomo a las niñas de cada lado.

Los tres comenzaron a caminar, pero de un segundo a otro la rubia salió corriendo para enroscarse en una pierna de su madre, quien soltó un suspiro. La pelirroja tomo en brazos a su ya no tan pequeña hija, y acomodo su peso en una de sus caderas.

-¿podemos hacerlo mañana mami? –pregunto la rubio, jugueteando, con sus temblorosas manos, con el collar de su madre.

Claire negó con su cabeza, dándose cuenta que ya era la única madre de familia en el jardín de entrada.

-no mi amor, tienes que ir hoy –dijo, besando la mejilla de su hija, doliéndole cada poro por no poder ayudar a su hija.

Suspiro cuando recordó que tenía que enfocarse en su meta, que su hija entrase a la escuela. Coloco a Alyssa en el piso y la miro, fingiendo otra sonrisa.

-ten –dijo quitándose su reloj de oro, ofreciéndoselo.

La niña miro a su madre, y esta le sonrió a la pequeña mientras le tomaba su pequeña mano para abrocharle el reloj en su muñeca.

-cuando la manecilla pequeña este aquí y la grande acá –comenzó a explicarle, indicando las dos cincuenta- podrás ver por la ventana, y me veras aquí afuera, pero, tienes que esperar hasta que la señorita Elizabeth te permita salir, ¿entendido? Maddie ira a buscarte a tu salón a la hora del receso y del almuerzo, ¿está bien?

YOU CAN DRAG ME DOWNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora