EPÍLOGO

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Amarte por mil años más... | Epilogo

Habían pasado ya 12 años, en todo ese tiempo habían sucedido muchísimas cosas que solo probaron que su amor era más fuerte que todo. Los padres de Claire habían muerto unos años atrás juntos como se lo habían prometido. Karen venia de visita y Zach traía a su novia del trabajo consigo para así pasar una increíble navidad. Con los anos la familia Grady se había extendido un poquito más; la fabulosa pareja había concebido otra hermosa niña llamada Alyssa Grady quien tenía 6 años de edad.

Alyssa era muy parecida, pero muy diferente a su hermana Madeleinne. Ella tenía el cabello más lacio que rizado, tipo unas ondas gruesas, como su madre, pero el cabello rubio quemado como su padre. Mientras que Madeleinne había heredado los rizos de su padre, y el rojizo color de su madre. No había duda que eran hijas de ellos, eran la perfecta combinación de ambos, el maravilloso trabajo que habían hecho como pareja, la prueba más grande de su indudable amor. Amor que había tenido que atravesar muchísimas cosas para tener la paz que hoy podían decir que tenían, pruebas que sirvieron para demostrar que cuando se ama a alguien no existen imposibles. Ambos sabían que al estar enamorados el uno del otro se meterían en problemas, y aun así su destino estaba marcado desde la primera vez que sus miradas se encontraron, pero eso estaba bien porque sabían desde el momento en que sus labios se tocaron, se sintieron, por primera vez su camino se ilumino porque era el otro quien lo iluminaba. Ambos estaban conscientes del amor que el otro sentía, ambos sabían que sus dificultades podían ser por la cosa más tonta, pero siempre terminaba alguno cediendo y todo ese "enojo", toda esa "desesperación" terminaba entre la luna, la noche y la sabanas que cubrían sus desnudos cuerpos, terminaba con ambos amaneciendo en los brazos del otro, acariciados por la tenue luz que irradia el hermosos amanecer.

Claire salió de su habitación para ir por sus tacones altos que estaban en su sala de estar.

-Madeleinne por favor dime que ya estas lista.-le grito a su hija al pasar por su habitación.-y que estas ayudando a tu hermanita.-agrego la pelirroja, gritando más fuerte ya que ya estaba en su habitación.

-Claire, mi amor, es navidad tienes que relajarte un poco.-le dijo Owen detrás de ella, poniendo un hermoso y delicado collar de corazón Pandora de diamantes en oro blanco, ella se le quedo mirando.-por cierto, feliz navidad.-agrego su marido, haciendo evidente que el collar era su regalo, el procedió a besarle dulcemente una de las mejillas de su mujer.

Ella sonrió.

-gracias amor, pero no me puedo relajar, vamos a llegar tarde.-se quejó Claire tratando de excusarse.

Owen se burló y la tomo de la cintura mientras le besaba profundamente el cuello haciéndola reír un poquito.

-mi vida, no podemos llegar tarde porque es nuestra casa, no podemos llegar tarde a nuestra propia celebración

Claire tomo unos sencillos aretes de diamante que encajaban perfecto con su collar nuevo mientras que su marido seguía besando su cuello, el cual tenía un embriagador aroma a vainilla y limpio.

-pueden llegar en cualquier minuto, y tenemos que estar listos para cuando ellos lleguen.-le dijo poniendo sus aretes.

-ay por favor, yo creía que te volvías extra-preocupona únicamente cuando estabas embarazada, tal vez lo estés y quieras sorprenderme como la primera vez.-ella se arregló el cabello y se giró hacia él, mirándolo con su mirada.-o tal vez sea yo quien está muy relajado, digo mi amor hay veces en las que no escucho lo que digo

Claire soltó una risita y beso una de las mejillas de su marido, tomándolo de las manos para guiarlo hacia el baño.

Los últimos 12 años habían sido los mejores de su vida, habían dedicado todo para que su relación pudiera salir adelante, a final de cuentas no había nada más importante que ellos y sus hijas. Claire había sido promovida como la persona a cargo de InGen en Palo Alto, California, y Owen había sido contratado como por una agencia de entrenadores para InGen. Ambos estaban felices con la vida que tenían, sus hijas, su casa, su familia, todo.

YOU CAN DRAG ME DOWNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora