Ethan observo la habitación en donde dormÃan, desde el umbral de la puerta. Su hermana se encontraba en su cama, cubierta, parcialmente por las sabanas color celeste con variadas flores. Su pecho subÃa y bajaba con tranquilidad. Sonrió y se adentro en el cuarto. Al escuchar sus pasos, la chica se removió en la cama, quedando acostada sobre su costado izquierdo, mas no se despertó. El muchacho, se dirigió hasta la mesa de luz y tomo e teléfono de su hermana. Puede que su padre se hubiera tragado la mentira de que habÃa adquirido aquel móvil gracias al trabajo como asistente de limpieza, pero el no. SabÃa que habÃa algo mucho más grande detrás de esto. (T/N) parecÃa otra chica, no, no era una chica, era una mujer. Se habÃa despedido, el año anterior, de una niña y, cuando volvÃa a verla, se encontraba con una mujer. Y no le decÃa mujer porque sus curvas se hubieran pronunciado, o porque usara ropa un poco mas reveladora, pero sin dejar de ser fresca e inocente; si no porque habÃa un brillo diferente en sus ojos. Mostraba picardÃa, astucia, inocencia fingida y experiencia. Era demasiado para, solo, un año fuera de casa y, como ella decÃa, sin pareja alguna. ¿Qué pasarÃa si se alejaba de el? ¿Si se iba del paÃs? ¿Si formaba una familia? ¿Si ya no le prestaba la misma atención que antes? No, no podÃa, ni siquiera, pensarlo. El habÃa sido quien habÃa estado allà cuando ella llegaba a la casa, tratando de contener el llanto, mientras cubrÃa los moretones. Nada más que el. Y le gustaba. Pudo haber detenido a Federik, pudo habérselo dicho a su padre, pero asà estaba mejor. Asà ella solo podrÃa consolarse en su hermano pequeño. Los abusos de ese hombre la dejaban, débil y allà es cuando el entraba. Si, era perfecto, hasta que ella le dijo que iba a terminar con él. SabÃa que no iba a durar para siempre, pero pensó que iba a durar un poco más, al menos hasta que pudiera imponerse ante (T/N)
Por eso, le habÃa estado pagando al ex de su hermana, para que la siguiera. Con ella, podrÃa hacer lo que quisiera, no importaba mientras que, a corto o a largo plazo, regresara a su verdadero hogar. Grande fue la sorpresa, cuando el chico le dijo que no estaba sola. Que siempre se la veÃa acompañada de hombres que, al parecer, la trataban con demasiado afecto. Aquello lo habÃa cegado y le habÃa gritado que su trabajo era traerla a casa como dé lugar. Noches más tarde, le llamo para decirle que el dinero no valÃa la pena, no cuando su rostro habÃa sido desfigurado. Ya, en esa instancia, debió esperar, y solo conformarse con llamarla casa semana.
—Daddy, ¿eh?— susurro, observando las conversaciones de ella con los hombres. Dejo salir un suspiro, sintiendo como una gran ira crecÃa dentro de el. ¿Cómo habÃa podido ser tan tonto? Era obvio que los citadinos eran mejores que cualquier pueblerino, eran mejores que el. ¿Por qué habrÃa pensado que ella no se alejarÃa? HabÃa confiado que, con la perspectiva de su ultima y primera relación, al chica tuviera un poco de miedo a los hombres, pero, al parecer, no. Soltó un bufido al ver una foto, de la galerÃa, de (T/N), besando la mejilla de un hombre rubio, de ojos celestes y con lentes. Ese era, solamente, uno de los tantos. ¿Cuántos proveedores tenia? Ocho eran los que mostraba las fotos, pero... ¿Y si fueran mas? Tratando de calmarse, dejo el móvil en la mesa y paso sus manos por su cabello, algo frustrado. DebÃa encontrar la manera en la que se quedara y rápido. Asà todos serian más felices. Su padre estarÃa encantado de tenerla, nuevamente, aquÃ, ella seguramente también, llevarÃa una vida tranquila, es lo más probable que estuviera cansada del ritmo de la ciudad y de su carrera. Tal vez le costarÃa, de nuevo, adaptarse, pero, ¿quién dice? Dentro de unos años más, probablemente fuera una gran madre. SÃ, todo serÃa perfecto.
—Ya verás que todo saldrá bien, (T/N)— susurro, al mismo tiempo que acariciaba su mejilla. Su mano se deslizo por el contorno de su cuerpo, delineándola y apartando la poca sabana que la cubrÃa. Un gemido ronco abandono su garganta, al mismo tiempo que la devoraba con sus ojos. No habÃa ser más hermoso y erótico en el universo que ella. Lentamente se inclino y, con cuidado de no despertarla, beso la piel de los muslos, pasando las yemas de sus dedos, también, por allÃ. Para él no era nada nuevo hacer esto. Cuando se aseguraba que ella dormÃa, besaba cada parte de su cuerpo, deleitándose con el sabor. Desde que tenÃa uso de memoria que se sintió totalmente eclipsado con su hermana. Nadie podÃa reemplazarla, ni MarÃa, esa niña del pre-escolar, rubia y de ojos grises, que se habÃa proclamado su novia. No. Mucho menos, Giselle, su novia de primaria, junto con otras tantas. No. Nadia, absolutamente nadie, ni siquiera con la que habÃa perdido la virginidad, la novia que le duro más tiempo. No, no habÃa forma de quitar a su hermana de ese lugar.
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¿Daddy? (Hetalia x Lectora)
Fiksi PenggemarLos países vieron la duda plasmada en los ojos de la niña. Si, aquello podría ser considerado extorsión... Finalmente, la muchacha se mordió el labio inferior y, con un gran rubor en sus mejillas, asintió con su cabeza. -Acepтo, dαddy...- Nadie dij...