❁18

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Little— alguien le susurro al oído, haciendo que (T/N) soltara un suave suspiro—. Little— esta vez, alguien estaba acariciando su rostro y, como un atontado reflejo, ella estiro su mano para poder notar quien era. Tomaron su extremidad y la besaron, logrando que, por fin, abriera los ojos.

—Cejas gruesas... Hola, Daddy— murmuro, sonriendole débilmente. El Ingles se mordió la lengua para no gritarle o sacarle de la cama de una patada. Una gran patada. No debía romper la regla de no gritarle, el mismo la había escrito. Soltó un suspiro, pensando que si alguien debería ganar el Nobel de la paciencia, era el.

—Levántate, Little— ordeno, al mismo tiempo que se apartaba. Para asegurarse de que no se volviera a dormir, se acerco hasta las ventanas y corrió las cortinas. (T/N) se revolvió levemente hacia su costado izquierdo y lloriqueo, para luego cubrirse con una manta.

—No quiero... ¡Ademas son las ocho de la mañana!— exclamo, luego de darle una miradita al reloj de su celular. Suspiro, acomodándose un poco mas entre sus calentitas sabanas. Esto duro poco, ya que sus cobijas fueron lanzadas hacia el lado opuesto del cuarto. Inglaterra se encontró con la chica enfundada en una polera del equipo italiano, junto con unas bragas rosas. Sonrojado, aparto al mirada. ¡Debía recordar el plan! ¡El plan! El plan... El... ¿Que cosa? Se acerco lentamente, mientras observaba como ella intentaba cubrirse del frió del ambiente. Coloco sus manos a los costados de la cabeza ajena y se inclino. Con suavidad, mordió la oreja de la contraria, llevándose un pequeño quejido como regalo. Una de sus manos acariciaron el contorno del cuerpo de la menor y terminaron en una de sus nalgas. Sin darle a tiempo a replicar, le propino un sonoro golpe en aquella zona. La chica no pudo reprimir un pequeño grito.

—Arriba— fue lo único que ordeno, antes de salir del cuarto. Pudo escuchar un "¡Dolio!", de parte de ella cuando cerro la puerta. Suspiro, acomodándose el cuello de la camisa que llevaba. Habia estado muy cerca de saltarse los modales y tomarla ahí mismo. ¡No! El era un caballero y, como tal, debía cortejarla primero. Para el no bastaba con un sentimiento de posesión, debía asegurarse de que ella disfrutara ser suya. Carraspeo y se dirigió a la sala, donde se aseguro de que llevaba todo. Luego de unos minutos, (T/N) apareció con un vestido verde, el cual llegaba a mitad de los muslos, junto con un par de sandalias marrones. Ella se hubiera puesto un pantalón junto con una blusa, pero todos los primeros habían sido, inmediatamente, botados sin poder darle ninguna oposición. Solo quedaban los de los pijamas. Bostezo y se acerco a su Daddy.

—¿Y bien? ¿A donde?— pregunto, tratando de despabilarse.

—Dia de campo, Little— menciono, pero no espero ver un particular brillo en los ojos ajenos. Al parecer, había dado en el clavo.

En realidad, mas que día de campo, iba a ser un día de bosque. La llevo hasta el limite y le indico que, desde allí debían caminar. Nadie, ni siquiera Francia, que era quien había estado mas tiempo con el, sabían de este lugar, pero, claro, no se lo pensaba decir. (T/N) intentaba seguirle el paso y no perderse. Varias veces tuvo que llamarlo para que el oto le dijera donde estaba, pero, al final, pudieron detenerse. A los ojos de la muchacha se abría un pequeño prado, con flores y un arroyo frente a ella.

—¿Te gusta?— pregunto, nervioso, el caballero, mientras que observaba a la joven. Esta, simplemente pudo asentir y dar unos pequeños pasos dentro de aquel reducido circulo sin arboles.

—Es hermoso...— murmuro, al mismo tiempo que elevaba su mirada. Las hojas cubrían casi todo el trozo de cielo, dejando que solo algunos rayos de luz se filtraran. Inspiro profundamente, al mismo tiempo que estiraba sus brazos hacia arriba y luego su cuerpo completo. En un rápido movimiento se quito los sandalias y dejo que la hierba y tierra rozaran sus pies— ¡Se siente increible! Me encanta, me hace recordar a casa—

¿Daddy? (Hetalia x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora