❁Japon

1.2K 156 14
                                    

Tal vez era su karma, ¿quién sabe? Es decir, lo habían lastimado, pero el había lastimado a mucho mas. Es posible que la vida le estuviera haciendo pagar por a quienes había herido.

Acaricio las flores que llevaba entre sus manos y, luego, las dejo sobre la superficie rugosa. El viento soplo, haciendo que sus cabellos se mecieran con el. Se removió en su lugar, tratando de captar todo el calor posible de su cuerpo y que no se disparará nada. La nieve había cesado por unos días, dejando tiempo para que visitara a sus seres queridos. Se inclino, en una señal de respeto y, luego de unos pocos segundos de observar el panorama, decidió salir de allí.

Hacía, ya, algunos años que su hijo había muerto. Había sido un hombre impresionante, con el intelecto y astucia brotando por cada poro de su ser. Recordaba que su desarrollo había sido más lento que los de otros niños, tal vez, porque compartía un poco de su sangre, y tuvo que aprender en casa. Varios tutores pasaron por el chiquillo, pero, de alguna u otra manera, el siempre los superaba. Luego de unos años, se dio cuenta de que el chico era autodidacta y estudiaba solo cuando él no lo veía.

Gano varias olimpiadas en matemáticas y ciencias. Siempre dejaba a algún niño llorando cuando este le insultaba de su ignorancia. Kiku llego a pensar que la falta de su madre podría haber provocad aquella personalidad dura y, casi, sin objetivos más que el del conocimiento supremo, si se puede decir así.

(T/N) había muerto dos días después del parto. Había quedado muy débil luego de dar a luz, aun así, ella siempre le sonrió cuando conoció a su niño. Fueron las más hermosas, y escasas, horas, de su vida. Fue el único momento donde estuvieron todos juntos.

Su hijo vivió su vida como deseaba y murió luego de ser consagrado con varios premios por sus avances en variados campos. A veces, le hubiera gustado que desarrollara la parte artística, al igual que su madre, pero el siempre rechazaba esa idea, alegando que no podía hacerlo. Había sido demasiado frio.


Un pequeño golpe lo saco de sus ensoñaciones y, rápidamente se puso en alerta. Bajo su mirada, encontrándose con unos ojos que le helaron la sangre. Era ella.

—¡Ah, lo siento!— exclamo la chica, al mismo tiempo que se apartaba de él. Japón pudo apreciarla. Estaba encerrada en un cuerpo de quince o dieciséis años. Estaba agitada y con miedo, podía notarlo. Quiso abrazarla y susurrarle en el oído que todo estaría bien, pero, claro, asustarla mas no era su objetivo.

—No hay ningún problema, señorita, pero, dígame... ¿Venia huyendo de algo?— pregunto. El tono de voz, calmo de aquel hombre, hizo que ella se detuviera a obsérvalo mejor. Le parecía vagamente familiar. Carraspeo.

—Hummm... U-uno chicos me seguían...— balbuceo, para luego girar su vista por donde venia huyendo.

—Ah, apuesto que no vendrá por usted, no se preocupe— comento, restándole importancia. Ella volteo a verlo nuevamente, curiosa.

—¿Nos conocemos, señor?—

Una sonrisa se extendió por su rostro.

—¿Es una pregunta o una propuesta, Ichigo

¿Daddy? (Hetalia x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora