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—Hola, Daddy— la voz de (T/N) salió del teléfono de Italia, mientras este lo sostenía. Inmediatamente, la sonrisa del hombre se acrecentó.

—Hola, bellezza, ¿cómo te encuentras?— pregunto. Los demás países volvieron su atención a el, al escuchar el apodo. Solo había una persona a la cual llamaría así y, sin duda alguna solo era la mujer más mimada del mundo.

—Bien, gracias, ¿y tú?—

—Bien, principessa. ¿Llamaste por algo en especial?—

—¡Ah, si!— al parecer se había olvidado—. Me quedare a dormir en la casa de Marina— comento e, instantáneamente, Alemania, quien estaba a su lado, bufo.

—No estás pidiendo permiso— murmuro, repasando las palabras de su chica. Se escucho su risilla, una muy traviesa y tentadora.

—No, solo estoy avisando donde me quedare— menciono. Italia chasqueo su lengua. ¿Por qué le diría que no? Probablemente pasarían una "noche de chicas". El hombre suspiro y se revolvió el cabello.

—De acuerdo, belleza, pero si te arrepientes, solo llama sea la hora que sea, alguno de nosotros ira a buscarte. ¿Si?—

—¡Ah! ¡Te dije que ellos no son como los otros!— una nueva voz se hizo presente en la conversación.

—¡Shh, Marina!— exclamo, (T/N), tratando de calmar a su amiga. El hombre rio levemente—. No te preocupes, Daddy, cualquier cosa yo los llamo—

—Buena chica. Hasta luego, belleza

Daddy

—¿Si?—

Te amo— aquello dejo demasiado sorprendido al latino, quien no atino a responder y solo escucho como ella cortaba la llamada. 

¿Daddy? (Hetalia x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora