Bendito sea el lemon con Japon que no me sale :v No puedo ver a Japon arriba (??) Griten si quieren un lemon y yo me esforzare... creo
¿Que piensan de un Hetalia x Lector? Todo muy yaoi (?)
Por ahora les dejo un sensual China <3
~*~
—¿Y como fue que termino?— pregunto, (T/N), mientras pasaba sus dedos por las marrones hebras del asiático. El hombre pestañeo varias veces, algo adormilado, tanto por el pesado ambiente, como por las caricias de la mujer. Recientemente había llovido y, ahora, la humedad se juntaba con el calor, haciendo pegajosa la situacion de sus cuerpos. Suspiro, exhalando el humo que, anteriormente, había pasado a sus pulmones, Jugueteo con la pipa varios segundos y, finalmente, elevo su mirada hacia ella. Se le dificultaba poder mirarla a la cara cuando estaba recostado en sus muslos, pero hizo lo posible.
—¿Como crees que termino realmente?— decidió contraatacar. Ella elevo su mirada al ventanal que tenia en su cuarto. Estaba abierto de par en par, tratando de que el ambiente captara la mayor cantidad de aire fresco posible. Suspiro e inconscientemente, volvió a acariciar el cabello del mayor.
—Bueno, supongo que termino todo bien. No hay un General Li Shang, ¿verdad? Pero creo, fervientemente, que Mulan era un mujer fuerte y no necesitaba de hombres— menciono, con la mirada perdida en alguna parte. China volvió a tomar su pipa entre sus labios, cerrando sus ojos por un minuto. Si, el había conocido a esa intrépida mujer, como a otras tantas, claro. No habían cruzado mas que unas cuantas palabras, pero recordaba haberla visto alejándose, para luego no saber nada mas de ella. ¿Que podía decir? A veces extrañaba esas épocas, pero luego regresaba al presente y recordaba de quien eran esos gruesos muslos en los cuales estaba descansando.
—Todo termina con que ella se aleja, libre, sonriente, como siempre debió de haber sido, aru— murmuro, para luego dejar salir el humo. La habitación quedo sumida en un agradable silencio, solo interrumpido por el pequeño sonido de un "Llamador de Ángeles", el cual estaba colgado cerca de la ventana y hacia pequeños sonidos cuando el viento lo movía. (T/N) pensaba que, nuevamente, se había encontrado con que el señor Yao, en este caso, estaba hablando como si de verdad la hubiera conocido. Aquello comenzaba a incomodarle. Primero Fancis, después el, sin hablar de Feliciano, quien no paraba de compararlas con mujeres de la nobleza del siglo XVII. ¿Podria ser que supieran tanto? ¿Podría ser que todos estuvieran interesados en al literatura o historia como para saber quienes eran esas damas? Se mordió el labio inferior, mientras detenía sus caricias. Lentamente, con cuidado, reemplazo sus muslos por una almohada que se encontraba cerca, para luego reaparecer sobre el pecho del mayor. China sonrió al ver esos grandes ojos destilando curiosidad y miles de preguntas.
—¿Como lo sabe, Daddy? He leído que los poemas que relataban la vida de ella se han perdido en su gran mayoría— y allí comenzaba el interrogatorio. Yao se dio el luego de darle una nueva calada a su pipa y expulsar el humo, claro, lejos del rostro de su niña.
—Huār, no es nada para mi poder acceder a esa información— se galardoneo, mientras que, con su mano libre, acariciaba la mejilla.
—¡Ah! ¿Eso quiere decir que es una persona importante?— volvió a preguntar. Yao mantuvo su perfil calmado, aunque,por dentro se estaba debatiendo si mentirle o no.
—Si, se podría decir— comento. Al fin de cuentas, no le había mentido.
—¿De verdad? Vaya. ¿En que trabaja? Mejor dicho, ¿en que trabajan todos? A veces pienso que, con todos esos gastos realmente deben estar muy bien económicamente. Y ahora que estamos en el tema de los demás: ¿que edades tie...— ella no pudo continuar, porque sintió como el la jalaba en su dirección. Ambos pares de labios impactaron y China se aseguro, colocando una de sus manos en la nuca de la menor, de que no se separara. Los delgados y rugosos labios del mayor besaron con ternura, pero determinación, los gruesos y suaves labiales de ella. (T/N) correspondió de inmediato, colocando sus manos en el pecho ajeno. Le gustaba el aroma que cargaba el asiático, siempre le relajaba. Una extraña mezcla de flores, te y, claro, el humo de lo que había consumido anteriormente. Cerro sus ojos, notando como el país pedía entrar a su boca y, sin mas, lo dejo pasar. Enredaron sus lenguas en un baile lento, disfrutando del momento y, claro, tratando de doblegar al contrario. Y digo "tratando", porque la joven se vio reducida a nada con el beso del hombre que le quitaba el aliento. Luego de unos segundos, aparto su rostro del ajeno, tratando de recuperar el aire. Un fino hilo de saliva había quedado colgando de su mentón por su afán de separarse y el, como buen caballero, lo limpio, pasando la punta de su lengua por allí. Una manera poco ortodoxa, pero suficiente para que volvieran a unirse en un apasionado beso. Yao dejo el objeto en un lugar alejado y envolvió la cintura de ella en sus brazos, luego de que la muchacha se hubiera posicionado sobre su cadera, dejando sus piernas a lo costados del cuerpo ajeno. El país mordió el labio inferior de su florecilla y ella jadeo, amuñando la túnica del contrario en sus manos. No podía creer los bonitos sonidos que ella dejaba salir, era mejor que cualquier otra. Se separaron para tomar aire y fue, cuando aprovecho, que comenzó a besar el cuello de la menor, mientras que sus manos de deshacían del desgastado camisón. Al parecer no habia querido tocar los pijamas de seda que le había regalado, aunque no le molestaba en absoluto, la tela color lila, delgada por los años hacia que sus curvas se notaran aun mas. (T/N), solo para molestarlo, presiono su intimidad contra la del país, la cual se encontraba abultada. Un jadeo se escapo de los labios de la nación, mientras volteaba a ver a la traviesa niña, quien sonreía como si hubiera sido una de sus mas grandes travesuras.
—Que malvada. Debes hacerte cargo de lo que provocas en mi, no aumentarlo— susurro, tratando de apartar los molestos mechones e cabello que se le pegaban al rostro. Ella soltó una pequeña risilla y volvió a mecer sus caderas, de adelante hacia atrás, sacando variados jadeos, tanto de sus labios como de los ajenos. Volvieron a besarse, esta vez mas profundo, casi con desespero, al mismo tiempo que el suplicio del placer los embriagaba. A pesar de que las bragas de ella y las vestimentas del hombre estaban en su lugar, parecía mucho mas placentero. Mordidas, gemidos, caricias, iban y venían, confundiendo la mente de la muchacha, quien intentaba seguirle el ritmo. De un momento a otro, no supo muy bien como ni cuando, se encontraba debajo de el, jadeante, notando como sus senos se rozaban contra la piel de su protector. Al parecer, en algún momento de la faena, había logrado quitar la túnica. China rozo los pezones de ella, al mismo tiempo que terminaba por quitar las bragas. Estaba a punto de bajar hacia la feminidad ajena, pero un gemido lo retuvo.
—Daddy... apresúrate— susurro, agitada. (T/N) no sabia que era lo mas atractivo de su Daddy, si su cabello, largo, desparramado por sus hombros o esa felina sonrisa que le dedico, haciéndole temblar las piernas.
—Tan linda, mi florecilla. ¿Estas al borde del orgasmo?— le susurro en su oído, mientras ella gemía. La mano derecha del hombre acariciaba, con cuidado la, ya, empapada, vagina de la menor—. Al parecer te excito en demasía jugar arriba. Un pequeño toque y apuesto que ves el cielo... ¿Eso deseas, Huār?— murmuro. Como pudo, ella agito su cabeza negativamente, llevándose una nalgada por parte del hombre.
—¡N-no! Y-yo quiero... que te corras conmigo— menciono, tratando de que sus palabras salieran. La nación sonrió y, luego de quitar lo que quedaba de ropa, se posiciono entre las piernas de la menor. Se inclino y apoyo su pulgar en el clítoris ajeno, notando como el cuerpo de (T/N) se tensaba. Le beso y, sin esperar un segundo mas, entro en ella de una sola estocada. El contacto entre los labios ahogo el grito de placer de la mujer. Su ser entero tembló, mientras las paredes vaginales se aferraban al miembro del mayor, quien jadeo e placer al ver a su pequeña sufrir un acelerado orgasmo. Si, definitivamente era malo, pero le encantaba serlo.
—Respiera, aru. Tranquila— menciono, acariciando sus cabellos. Ella dejo salir fuertes jadeos, sintiendo variados espasmos.
—L-lo hizo... adrede— lo acuso, cuando logro hablar.
—Puede ser. O tal vez eras tu la que no podía aguantar un segundo mas...— y, diciendo esto, comenzó un suave vaivén de caderas. (T/N) se estremeció de lo sensible que estaba, pero no se quejo.
Y pensar que hizo aquello para no mentirle.
Yao esta esperando volver a esta misma situacion.
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¿Daddy? (Hetalia x Lectora)
FanfictionLos países vieron la duda plasmada en los ojos de la niña. Si, aquello podría ser considerado extorsión... Finalmente, la muchacha se mordió el labio inferior y, con un gran rubor en sus mejillas, asintió con su cabeza. -Acepтo, dαddy...- Nadie dij...