❁67

1.4K 129 128
                                    

Primer mes.

—Mi abuela estuvo preguntando si los dedos embarazaban—fue lo que dijo Marina, al mismo tiempo que le subía el cierre del vestido, a (T/N). Ella le observo, entre sorprendida y curiosa. Conocía a esa mujer y le caía muy bien.

—¿Cómo?

—Es que pensó que te había embarazado y, si era así, ella también había embarazado a muchas chicas durante su juventud— explico la rubia, para luego estallar en carcajadas, junto con la embarazada. La muchacha tuvo que sentarse sobre la cama, mientras se soteña la barriga. Aquello, claramente, no se lo había esperado. Luego de unos cuantos segundos, soltó un fuerte suspiro y tiro su cabeza hacia atrás.

—Dios, tu abuelita era un peligro antes— murmuro, sonriente. Le dolían las mejillas de tanto flexionarlas. Su amiga sonrió y se encogió de hombros, al mismo tiempo que se colocaba la mochila al hombro.

—Si, digamos que no era la más santa, pero me agrada que fuera así, me hace sentir menos culpable de lo que hago— comento, arrancándole nuevas risas a la chica. (T/N) se coloco sus zapatos y tomo su bolso. Debían ir a la escuela. A pesar de estar en encinta, ella no había querido dejar de asistir, al menos por ahora. Se abrigaron y salieron a la calle. Alemania había ofrecido, muchas veces, el poner a disposición a Barend, su chofer, pero ella siempre se negaba diciendo que era un buen rato el que pasaba con Marina antes de entrar a clases. Al final, nadie pudo convencerla de lo contrario.

—Y, dime, ¿Cómo están ahora con el tema del niño?— pregunto la rubia. La contraria suspiro y se encogió de hombros.

—Más calmados, digamos. Lo aceptaron, de igual forma no les quedaba otra alternativa y me dijeron que, ni a mí, ni al niño nos faltara nada por el resto de nuestras vidas; no importaba de quien sea, ellos estarán allí para mi...— murmuro, con la mirada perdida.

—¿Cómo te sientes al respecto de eso, ovejita? Es decir, hablo individualmente, vas a tener un hijo, no es una broma—

—Lo se. Realmente tengo mucho miedo, sobretodo el pensar en el parto— diciendo esto, soltó una risilla—, ya sabes lo miedosa que soy con el dolor, pero, a la vez, siento que podre con eso y con la crianza... Es decir, prácticamente creí a mi herma...— se quedo callada al recordar el rostro de Ethan. No se habían vuelto a hablar hacia unas cuantas semanas y no sabía cómo llegaría a reaccionar. Movió levemente su cabeza de lado a lado. Debía concentrarse en lo, verdaderamente, importante allí.

—Yo estaré allí para ti, no te preocupes.

Y con esa frase, Marina borro todas sus preocupaciones.


Segundo mes.

Alemania sudaba copiosamente, mientras caminaba de un lado hacia otro. (T/N) lo veía, divertida, pensando en que, en cualquier momento, haría una zanja en el medio de la sala principal. Jamás pensó que un hombre tan serio como el rubio era, podría ponerse nervioso por una comida familiar. Luego de una pequeña discusión, había invitado al padre y a su hermano, a una cena, donde les presentaría a su "novio". Todo esto, a raíz de que ella había preguntado como aparecería con su hijo en la granja si no tenia pareja. Fue allí cuando comenzó una batalla campal. Cada uno expuso sus opiniones del porque debía de ser la pareja de (T/N) y, al final, se decantaron por Ludwig. La muchacha estaba segura que a su padre le caería bien.

—Todo estará bien, no te preocupes— lo intento calmar, pero, al parecer eso sirvió para ponerlo mas ansioso. Cuando el timbre sonó en la casa, se miraron entre si, como dándose fuerzas. La chica fue la que abrió, pensando en que, tal vez, así el impacto sería menor.

¿Daddy? (Hetalia x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora