El leve vapor que manaba del té, interrumpía su visión, pero no se dio cuenta de aquello, hasta pasado varios minutos. Carraspeo levemente, retomando su compostura. Había dejado que, como otras tantas veces, su mente se apoderara de su cuerpo, llevándolo a varios años en el pasado. Alargo su mano hasta tomar la taza y bebió un sorbo, disfrutando de la calidez de aquella infusión. Con su otra mano, volteo la pagina del álbum de fotos, dando con una que le movió el alma.
(T/N) sostenía a su pequeño hijo, el cual cumplía un año en ese momento. Ella se veía radiante, fresca, a pesar de todo. Su hijo, era otra cosa. El niño había nacido con complicaciones por el efecto de la bala, teniendo problemas cardio respiratorios.
Soltó un suspiro y pasó de página. Una pequeña sonrisa apareció en sus labios cuando observo como ella soplaba burbujas para él, mientras el infante las observaba totalmente anonadado.
—Yao— un susurro de ella, lo hizo sobresaltarse. Volteo sus ojos por toda la habitación, solo encontrándose el y su soledad. Los años y las tristezas, se le acumulaban, haciendo que viera y oyera cosas que no eran. Recordó la vez que su hijo se había sacado un diente al pisa el suelo recién limpio por su madre y chocar contra una de las rusticas vigas de madera. Una risilla salió de sus labios y volvió a pasar página. Allí estaba su mujer, durmiendo sobre la mesa, con un aspecto mucho mas demacrado que las fotos anteriores.
No era para menos, si mal no recordaba, su hijo se había muerto hacia algunos meses por su maldita deficiencia.
Volvió a pasar la pagina, esta vez, observando variadas fotografías de vacaciones o, simplemente, disfrutando del jardín de la casa. Con cada una de ella, el paso de los años en la mujer, se acrecentaba cada vez mas y él seguía intacto, como ahora.
—A veces me arrepiento tanto— murmuro para sí mismo, recordando aquella vez que decidió que le daría a (T/N), una vida normal. Fue, justamente, después del velatorio de su hijo. La había visto tan destrozada que, pensó, la estaría maldiciendo si la dejaría estar con su persona para toda la enfermedad. Suponía que no había peor cosa para las madres, perder a un hijo.
Pasó la página, encontrándose con una mujer de sesenta años, quien estaba rodeada de niños. Con su ayuda, (T/N) había abierto un orfanato, tal vez, en un intento de llenar el hueco que su hijo había dejado. Todos la querían y le agradecían.
La última hoja estaba en blanco. Yao no había querido llenarla con las últimas fotos que tenia de ella. Deseaba recordarla así, como una mujer noble y vivaz, no como una anciana que había sido confinada a una cama de hospital y, finalmente, había muerto tras acariciar su mano.
Volvió a carraspear, sintiendo un nudo en su garganta. La vida, al parecer, no le permitía afianzar lazos con nadie. Su amiga, su amante, su apoyo, se había ido y él seguía allí.
El se te enfrió, pero China no le dio importancia.
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¿Daddy? (Hetalia x Lectora)
FanficLos países vieron la duda plasmada en los ojos de la niña. Si, aquello podría ser considerado extorsión... Finalmente, la muchacha se mordió el labio inferior y, con un gran rubor en sus mejillas, asintió con su cabeza. -Acepтo, dαddy...- Nadie dij...