PARTE II... CONTINUACION...
La evidencia de que Jesus te ama es cierta, pero al final es tu decisión tomar, o no, su oferta!!!
Cada día tenemos situaciones difíciles, en las que ya no aguantamos mas,que queremos tirar la toalla y creemos que no...
"Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre." Mateo 19:6.
Según John Gottman, autor de "Siete principios para que el matrimonio funcione", existe una lista de cuatro enemigos del matrimonio, que consiste en: la crítica, el desprecio, la auto-defensa y la evasión.
LA CRÍTICA puede involucrar censura, descrédito, condena y denigración. El hecho de que tal vez haya quejas contra la otra persona es algo que se puede entender. La mayoría del tiempo estas quejas se pueden resolver pidiendo disculpas por el error y tratando de enmendarlo lo más rápido posible. Recuerde que NO EXISTE TAL COSA COMO LA CRITICA CONSTRUCTIVA.
El DESPRECIO es la ausencia total de admiración. Con frecuencia, en el desprecio también se incluye el disgusto, la mofa, el desdén y la burla. Estas respuestas no provienen de una relación matrimonial amorosa. Con frecuencia encontramos que el desprecio conlleva el cuestionamiento de los valores y motivos de la otra persona
LA AUTO-DEFENSA Cuando el ser humano es criticado o condenado, la reacción natural es responder inmediatamente defendiendo nuestras acciones y motivos. Algunas veces nuestros contraataques son más fuertes y destructivos que la crítica que recibimos en primer lugar.
LA EVASIÓN puede ser fácil de entender, pero involucra algo más que simplemente ser una pared de piedra que ni responde ni dice nada, cambian de tema de conversación y aún llegan a lograr que la otra persona se olvide del tema. Una persona que evade no puede participar en una conversación respetuosa.
Amigos, Cuando cometamos errores en el matrimonio, seamos humildes para reconocerlo y amorosos para señalar los errores de nuestro conyugue en lugar de hacerlo de una forma agresiva, condenatoria y con crítica.
Ganaras más si admites humildemente tu culpa en lugar de tratar de defender tu error. La Biblia dice que esto es "exaltarse a sí mismo" (Mateo 23:12).
La admisión debe ser seguida por una acción. Muéstrele a tu cónyuge que sí tienes un compromiso y un deseo real de cambiar.
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