Camren. ¿It's you?

Capitulo 1 ¿It's you?

  — Otro día más. Vamos tu puedes— Se decía a si misma levantándose de su cómoda y calentita cama.— Otro día más...— Suspiró.

   Me bañé, cambié y maquillé para dirigirme al trabajo. El día estaba siendo agotador y eso que recién era media tarde.

—Vamos Lauren no tenemos todo el día—Hablaron desde la otra linea del teléfono.

—Bien bien, voy llegando tan solo espera. Impaciente!—Lanzó un fuerte suspiro.

—Si vinieras en auto o taxi te demorarías menos, ¿Hace cuanto estas caminando? ¿Veinte minutos?—Cuestionó.

—Prefiero caminar—Aclaró.—De todas maneras si tomara un taxi me demoraría lo mismo, el trafico a esta hora es un asco.—Explicó.

—Puede que tengas razón pero deberías conseguirte un auto, de tanto hacer ejercicio tienes un cuerpo de la puta madre. Derribas mi ego!—Reprochó su amiga.

—Tu tienes buen cuerpo y te la pasas comiendo Lucy, si yo hago eso termino obesa—Comentó riéndose.

—También comes mucho, pero gracias al ejercicio no se nota, tus abdominales te delatan—Hablaba divertida.—Bien Lau es hora de dejarte, cuando llegues acomod...bueno tu ya sabes que hacer—Explicaba mientas reía.

—Más que claro jefa—Exclamó en un tono burlón.—Nos vemos luego—Se despidió.

   Bien el día había mejorado lo mínimo...ok a quien engaño este día era un completo asco y nada ni nadie lo mejoraría. Llegue hasta el bar, como todos los días tenia que limpiar la mesada, ordenar los vasos y copas, acomodar las botellas en su lugar, organizar toda la barra prácticamente esto era aburrido pero así comenzaban mis tardes-noches antes de que abriera PicksTool, el lugar de donde mi dinero provenía...no me quejo me alcanza para vivir y ahorrar algo al menos.

—Lau! ¿Cómo estás?—Saluda una castaña de estatura normal. Vero.

—Estupendo—Respondió con sarcasmo.—Pero no importa, ¿Que tal estas tu?—Preguntó.

—Bien...agotada no dormí nada—Explicaba mientras se sentaba en las sillas que se ubicaban a un costado de la barra.

—¿Por qué será?—Cuestionó con una ceja levantada y una sonrisa malvada.

—Oh no! no es nada de eso—Trataba de explicar moviendo sus manos.

—Deberías dormir un poco o no duraras nada esta noche de esa manera—Comentaba mientras reía del estado de su amiga.

—No te rías, me pones de mal humor—Confesó antes de irse por ahí para acomodar algunas de las mesas que se encontraban cerca de las paredes, para ser específicos en las esquinas. 

   Quedaban solo unos minutos para que el bar abriera, en parte esto era aburrido pero en cuento las puertas se abrían los nervios recorrían todo mi cuerpo como el primer día. Ser bartender para mi era agotador, siempre tenía que complacer a todo el mundo mientras ponía mi mejor cara y trataba de ser educada ante ellos, aún incluso con los empresarios egreidos que se quejaban cada vez que venían por su propia cuenta...no por mis tragos sino por mi característico humor. Si, soy una persona muy simpática, me lo dicen todo el tiempo...Interrumpiendo mis pensamientos, Lucy había llegado y por su cara no venia de muy buen humor...

—¿Qué tal tú día querida Lucy?—Preguntó sonriendo.

—Estaba siendo estupendo, hasta que llegaron mis jodidos padres a mi estúpido departamento—Explicaba enojada.—Estoy harta—Dijo por fin después de varios segundos con la cabeza escondida en sus brazos. 

—Hey tranquila todo estará bien, las cosas se complican a veces pero nunca olvides que los arcoiris renacen gracias a las tormentas—Trataba de animarla mientras pasaba sus brazos por encima de la barra hasta llegar a la espalda de Lucy y abrazarla incómodamente.

—¿Qué pasa? ¿Todo está bien?—Preguntó Vero observando la cariñosa escena.

—Si te lo digo no abriremos nunca, asique ustedes dos vayan a la oficina para hablar cosas sin sentido mientras los demás y yo nos encargamos de todo esto—Explicó.—Ahora largo se hace tarde—Terminó de decir.

—Como ordene jefa—Exclamó Lucy con un poco más de animo. Vero solo sonrió y asintió mientras caminaba hacia la oficina.

—Manos a la obra—Se dijo Lauren a si misma.—Es hora muchachos, pueden abrir—Ordenó con una sonrisa, uno de los empleados abrió las puertas.

   El local estaba lleno, en tan solo veinte minutos y no cabía nadie mas. Yo estaba en lo correcto, teníamos que agrandar este bar...y con agrandar me refiero a un segundo piso, ¿No seria genial? Entraría mas gente porque arriba, no abría otra gigantesca oficina..siempre estuve en desacuerdo con el tamaño de esta porque ocupaba mucho lugar..pero a quien engaño nunca imaginaríamos que el pequeño bar que abrimos un día con Vero y Lucy por necesidades terminaría siendo unos de esos que son frecuentados a menudo por todos. Estoy orgullosa de lo que logramos...

—El día de hoy fue una locura—Exclamó Vero mientras pasaba su brazo por el hombro de Lucy.

—Totalmente de acuerdo—Concordó Lucy sonriendo.

—Son las seis de la mañana, no entiendo su buen humor—Comentó Lauren mientras gruñía. Típico de ella después de cerrar el bar. Lucy y Vero rieron.

—Nosotras no entendemos tu mal humor después de cada noche, siempre haces las cosas genialmente, deberías estar satisfecha porque el bar no seria lo que es sin ti, mi amor—Explicaba Lucy con una sonrisa cálida mientras entraban al departamento de Lauren.

—No es que no este satisfecha—Suspiró.—Tan solo es agotador—Afirmó.—Pero dejando eso de lado yo estaba en lo cierto, debemos agrandar el bar—Comentó más entusiasmada y orgullosa de su idea.

—Es una excelente idea Laur, pero no tenemos la plata suficiente para esa inversión, a pesar de que ganemos mucho mas que antes...no podemos—Explicaba Vero con la voz desanimada.

—Yo tengo mis ahorros, podriam...—Iba a terminar de hablar pero fue interrumpida.

—Oh no Lauren, sabes que no—Exclamó Lucy.

—Sabemos que tus ahorros son para cosas importantes no lo gastaremos en le bar—Afirmó Vero.

—Pero si el bar es importante para m...—Otra vez fue interrumpida.

—Sabemos que el bar es importante para ti, pero también sabemos las cosas importantes por la cual esos ahorros siguen intactos—Explicó Lucy.

—Esta bien—Suspiró una Lauren rendida.

—Ahora a dormir mañana es sábado y será otro día agotador—Comentó Vero bostezando mientras se acostaba en la cama matrimonial junto a las demás chicas.