Lauren Pov
Decir que estaba destrozadora era poco, hace doce horas que estoy encerrada en mi habitación llorando, sola, completamente sola. Pensé que seria complicado, difícil pero resulto ser peor que eso, nunca imaginé que de su boca salieran esas palabras, la sentí tan fría, tan distante, como si ya todo tuviera un fin, se que es un poco egoísta pero yo no puedo estar alejada de ella. Me levanté de mi cama y tomé una larga ducha para calmar las lagrimas, me vestí y salí, comencé a caminar sin rumbo alguno, eran las dos de la mañana, las calles estaban vaciás, solitarias. Que ironía de la vida. Paré luego de caminar por minutos, me apoyé en un gigantesco árbol y me arrastre en el hasta quedar sentada en el suelo húmedo por el clima, en cuestión de segundos mi vista se volvió borrosa, las lagrimas ya ni quisiera pedían permiso para salir. Si pudiera tener la oportunidad de cambiar todo...de volver el tiempo atrás y comprenderla, esperarla. ¿Por qué fui tan impulsiva? ¿Por qué no me di cuenta que el mundo no giraba entorno a mi? Ahora me siento tan sola, tan rota, tan estúpida, tan patética, tan vacía. La vida me pagó como correspondía tal vez, tal vez merezco todo esto, tal vez debería haber muerto y todo seria más fácil al menos para mi pero no, tenía que sufrir, tengo que sufrir por lo que hice, tengo que hacerme cargo de mis actos, lo debo, lo merezco. Si tan solo no hubiera sido tan idiota cuando era chica, nunca me voy a perdonar mis actitudes de niña rica, nunca. Si hubiera sido más comprensible con los demás. Ahora quien sabe como viven esos chicos a los que yo atormentaba por ser "la líder de los populares", seguramente mejor que yo, creo que si ellos me encontraran en este estado se reirían de mi, se vengarían, cosa que esta bien, merezco ser una persona miserable. Merezco esta puta vida, esta puta vida que yo misma cree, merezco estar encerrada en este agujero, el que yo misma cabé. El viento frio me golpeaba con fuerza, la nieve comenzaba a caer otra vez, la foco del farol no funcionaba de la mejor manera esta noche, la luz parpadeaba, como si este no quisiera seguir con su vida.
Esa chica segura a la que todos miraban con lujuria, la que salia los viernes por las noches en busca de su conquista, aquella que se relaciona fácil con los demás, la divertida, la alegre sin preocupaciones, la de la mirada penetrante, la egocéntrica que sabe lo que genera en la gente, aquella chica sensual que todos imaginan en sus fantasías, esa misma es la que llora cuando nadie la mira, la que pretende estar bien para que no le tengan lastima. Esa misma hoy esta derrumbada apoyada en un árbol de un parque de por ahí....
No puedo controlar esto. Me siento tan impotente, tan inútil, tan inservible. La noche se estaba acabando y el frio congelaba las lagrimas que parecían infinitas, lentamente me levanté sentía las piernas adormecidas, las manos congeladas y mis ojos dolían, camine sin rumbo otra vez hasta que llegue a un pequeño local de unas cuadras. Metí mi mano al bolsillo de mi chaqueta y por suerte tenía lo justo para beber un café bien caliente necesitaba entrar en calor o moriría de frio, una señora mayor de edad me entregó en pedido unos minutos después, por cierto era muy amable. El local era chico pero era muy acogedor, me recordaba al bar cuanto todo comenzó.
El medio día se hacia presenté, había estado en ese local durante horas, sentada, pensando, decidí que era momento de irme a mi departamento, la señora me saludo con una cálida sonrisa, como si ella supiera de la manera en la que me sentía. Caminé de regreso, me demoré unos diez minutos en llegar. En mi departamento se encontraban Lucy y Vero paradas con los celulares en las manos con caras de enojo, preocupación, miedo y alivio. Pero todo esas expresiones se borraron cuando entré.
—Lauren—Saltó Vero abrazando a una Lauren congelada por el frio.—No nos vuelvas a hacer esto—Pidió casi sin voz, había empezado a llorar.
—Hey no llores, tranquila estoy aquí, estoy bien—Dijo Lauren con una sonrisa, falsa. La cual Lucy notó.
—Te quiero—Dijo Vero abrazándola más fuerte.
—Yo igual te quiero—Afirmó Lauren.
—Tengo que irme, voy tarde—Explicó alejándose poco a poco.
—Te acompaño—Dijo Lauren.
—No, solo quería asegurarme de que estuvieras bien, no podría irme si no llegabas. Ahora quedate aquí toma algo caliente y cuidensen—Dijo despidiéndose mientras cerraba la puerta.
—Laur, nos preocupaste tanto—Habló por primera vez Lucy.
—Lo siento, realmente lo siento—Susurró Lauren tratando de contener las lagrimas.
—Ven aquí—Expresó abriendo los brazos donde Lauren se escondió sin pensarlo dos veces.—¿Quieres hablar?—Preguntó peinando el cabello de su mejor amiga, esta asintió como una niña.—Prepararé café y conversamos, ¿si?—Volvió a preguntar, y Lauren volvió a asentir.
—Realmente siento haberte preocupado a ti a y a Vero—Habló Lauren con la taza en la mano.
—Eso ya paso, estas aca con nosotras sana y salva—Explicó sonriendo.—Pero necesito saber algo—Cuestionó, Lauren levanto la vista indicándole que siga hablando.—¿Esto fue por Camila verdad?—Preguntó sin rodeos.
—Si—Respondió en suspiro.
—¿Pudiste explicarle algo?—Preguntó de nuevo. Lauren negó.
—Apenas empezamos a hablar ella quiso irse, luego comenzamos a gritarnos y termino por expulsarme de ahí—Explicó
—Lau, debiste ser un poco más comprensible con ella. Ninguna de las dos la tuvo fácil durante este tiempo, necesitan volver a encontrarse y hablar como personas adultas—Afirmó.
—Ella ya no querrá volver a verme—Dijo rendida mientras bebía el poco café que le quedaba.
—Eso no lo sabes tu. Dijiste que se lo explicarías, como no lo hiciste tendrás que volver a intentarlo sin dudarlo—Cuestionó.
—Ya no puedo hacerlo—Dijo en suspiro
—Si, si que puedes—Reafirmó.
—Ella me lo dijo claro, no quiere que me involucre en su camino—Terminó.
—¿Desde cuándo tú obedeces a las personas?—Preguntó divertida tratando de cambiar el humor.
—Pues no lo se, desde hace poco supongo—Respondió.
—¿Donde estuviste ésta mañana?—Preguntó de nuevo.
—Caminando encontré un pequeño local de comidas y cosas así, una señora mayor era la dueña, me atendió realmente bien—Dijo.
—Asique engañaste nuestro bar—Comentó con humor.—Me decepcionas Lauren—Terminó riendo.
—¡Ops!—Exclamó Lauren pero se vio interrumpida cuando su teléfono comenzó a sonar.
—Esa cosa suena de hace rato, ve a ver que le sucede—Exclamó Lucy fingiendo molestia. Lauren solo sonrió.
—¿Hola? ¿Quién habla?—Preguntó.
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Camren. ¿It's you?
FanfictionLauren Morgado 26 años, bartender de primera en PicksTool. Camila Cabello 25 años, empresaria y dueña de Farret Couthor's.