Camren. ¿It's you?

Capitulo 35 ¿It's you?

—¿Risitas de oro?—Cuestionó riendo.

—Si ves, eres una risita de oro—Afirmó riendo también.

—¿Y tu que eres? ¿Un unicornio de colores?—Bromeo.

—Hey no es mala idea—Dijo con diversión. 

—Uhm eres un unicornio muy lindo—Expresó apretando sus mejillas mientras hacia una mueca.

—Tu eres un dragón negro—Confesó.—Y tu nombre será risitas de oro—Concluyó.

—¿Un dragón negro llamado risitas de oro? Eso es raro—Dijo riendo.

—Algo así. Un dragón es inalcanzable para un unicornio ¿No crees?—Preguntó

—No tan así—Respondió con duda. 

—Somos como algo imposible—Dijo.

—No—Respondió firme.—Porque por más que muchos piensen en lo imposible, nosotras lo haremos posible, justo como ahora—Explicó sonriendo.

Los recuerdos seguían apareciendo y yo como tonta sonreía sola en el baño ¿Hace cuanto estaba aca? No tengo idea pero sin dudas no quería irme, siempre es bueno recordar los momentos más lindos de tu vida ¿no?

—¿Te diviertes estar sola en el baño?—Preguntó Lauren, parada en el marco de la puerta con la cabeza ladeada y una sonrisa en su cara.

—Siempre es bueno estar sola—Dijo Camila, tratando de sonar fría.

—Mm que lastima pensé que te gustaría mi compañía—Bromeo.

Por supuesto que me gustaría tu compañía.

—Te equivocas—Respondió caminando hacia la puerta.—Permiso—Pidió. Lauren soltó una carcajada pero no se movió.

—No saldrás de aquí—Dijo.

—No me lo puedes impedir—Contraatacó.

—Si, si puedo—Habló balanceando suavemente su cabeza.

Dios era sexy e intimidarte.

—Muévete—Dijo más fría.

—Nop—Expresó divertida.

—¡Oh vamos Lauren tengo que irme!—Dijo más exaltada.

—No es mi culpa—Rió. Camila la empujó. Esta la tomó por los brazos y la llevó cerca del lava manos.

Ella no puede agarrarme de esa manera. Sinceramente me volverá loca.

—Escuchame bien Camz. No te dejaré salir porque allá afuera hay un loco. Pero podemos conversar aquí tranquilas—Explicó.

Si claro conversar, es lo que más quiero. ¡Espera! ¿Cómo que hay un loco allá afuera?

—Dejame salir las chicas están afuera—Expresó con enojo.

—Ellas ya están a salvo Camz—Dijo tranquila.

—¿De qué demonios hablas?—Gritó.

—¿No se te seca la boca de tanto hablar?—Preguntó.—Ya tengo sed—Dijo.

¡Mierda! Díganme que no fui la única que lo pensó mal.

—Responde mierda. ¿Quien es ese loco?—Cuestionó.

—Uhm tu marido—Dijo tranquila.

¡Oh mi marido! Nada fuera de lo normal. Idiota!

—¿Qué?—Preguntó.