Hace tres horas llegamos a la comisaria y en este momento me encuentro afuera, sola con mis pensamientos. Megan nos dijo que era conveniente no estar involucrada en su asunto ya que yo tenía uno diferente, la realidad es que quería estar allá adentro con ella para apoyarla pero a la vez agradecía estar aca afuera porque si le veía la cara al idiota se la rompería sin dudarlo. Cuando vimos el video que Mike me dejo junto a los demás documentos prácticamente me tuvieron que sostener, ese día me prometí a mi misma que lograría verlo encerrado en una celda y reírme en su cara. Tanto en la suya como en la de su padre, este solo por Mike.
—Hey ¿Perdida en otro mundo?—Bromeó Zacc.
—Algo así—Respondió mirándolo.
—¿Marte? ¿Mercurio?—Preguntó con diversión.
—Planeta Lauren ¿No?—Cuestionó riendo. Zacc la acompañó.—¿Qué tal todo allá adentro?—Preguntó.
—Normal—Dijo, pero fue interrumpido por Megan que venía saliendo.
—Es la hora Lauren. Puedes acabar con todo—Dijo suspirando. Lauren asintió y caminó hasta adentro, los muchachos se quedaron afuera.
No me gustaban las cárceles pero tampoco me desagradaban, y menos si tenía que demandar con razones a una persona, para que se pudriera adentro. Pasillos y más pasillos, por suerte me guiaron sino ya me hubiera perdido, en el recorrido hasta una oficina no me topé ni tampoco vi a Camila, eso me asustó un poco.
—¿Señorita Lauren Jauregui?—Dijo el hombre dentro de la oficina, sentado en la silla. No pasaba los treinta años, tenía el cabello de color negro sin ninguna cana, la piel bronceada ligeramente y los ojos color azul con pequeños toques de gris.
—Lauren Morgado—Corrigió sentándose enfrente del hombre. Este asintió.—Vengo a denunciar a Carter Mahone—Dijo.
—Lamentó mucho la muerte de Mike Jauregui—Dijo el hombre. Lauren no respondió.—¿Sobre que es su denuncia?—Preguntó yendo al tema.
—Acoso y abuso—Respondió. El hombre abrió los ojos sin creerlo.
—¿Hacía usted?—Preguntó retomando la compostura, en ese momento quería golpear al mayor de los Mahone.
—Si—Contestó.—Carter Mahone abusó de mi a los 16 años—Dijo sin rodeos.
—¿Dónde fue?—Preguntó tratando de sonar tranquilo.
—Fue en una fiesta de empresarios, en donde festejan los triunfos de sus propuestas y proyectos a futuro. Esa era en la primera que yo asistía como heredera de Jauregui's—Continuó. El hombre la escuchaba atento.—Salí a tomar aire porque el lugar me estaba agobiando y ahí fue donde el se acercó a mi. Me preguntó las cosas básicas, quien era, que hacía ahí y cuantos años tenía. Nunca sospeché nada, ni siquiera tenía idea de quien era, solo sabía que dijo que se llamaba Carter. El me llevó a un lugar muy oscuro, anteriormente había comentado que me quería mostrar un lindo paisaje pero solo era un despachó solitario, abandonado—Contó. El comisario apretó su mandíbula.
—¿Implementó la fuerza?—Preguntó con odio, no le gustaban este tipo de casos porque el tenía una niña pequeña.
—Solo en los brazos, me vendó la boca y ató mis pies con agilidad. No era inexperto—Respondió.
—¿Después que sucedió?—Preguntó. Lauren suspiró.
—El terminó y me soltó las ataduras de mis pies. Luego de eso se fue sin más—Dijo cerrando los ojos, negando tratando de borrar esas imágenes de su cabeza.—Cuando logré calmarme volví a la fiesta a contarle a mi padre pero el simplemente dijo que me había perdido la oportunidad de conocer a los empresarios que el quería presentarme—Continuó.
—Tu padre fue un imbécil—Habló el hombre inconscientemente.—Lo lamento, no quise decir eso..yo en verdad lo siento—Se arrepintió de hablar con la cabeza caliente. Lauren rió.
—No hay problema. Yo también lo creo—Dijo. El hombre sonrió.
—¿Después no hablaste más del tema con el?—Preguntó.
—No. Me encerré en mi casa toda una semana. Mi mama me preguntaba que me pasaba pero yo no podía hablar solo lloraba—Dijo.—Ella me consoló durante ese tiempo, incluso fue y habló en el colegio diciendo que estaría una semana sin ir por motivos personales—Terminó.
—Comprendo. Y ¿Por alguna razón viniste justo hoy a denunciarlo?—Preguntó.
—Voy a ser sincera. Yo se que el esta preso al igual que su hijo, ellos le hicieron la vida imposible a mi y a mi pareja. Solo quiero que no salgan de esto limpios, cuando ni siquiera están cerca de eso—Dijo firme Lauren.
—Haré todo lo posible para que eso no suceda—Afirmó sonriendo.—No me agradan los tipos abusivos asique si tengo que meter algún dato más para que se pudra en una cárcel no lo dudaré—Confesó.
—Muchas gracias, oficial—Dijo Lauren levantándose.
—Gracias a usted por los datos. Nos ayuda mucho su denuncia. Le debo informar que no podrá salir del país hasta que el caso terminé—Agregó levantándose también mientras le tendía la mano.
—Entiendo. Gracias una vez más—Dijo apretando su mano mientras sonreía.
—Suerte—Terminó despidiendola cuando salía.
Sentía como un peso que cargaba en mi espalda había sido totalmente liberado. Nunca le conté esto a nadie pero ahora puedo decir que se sentía extremadamente bien haberlo dicho. Por esas razones nunca salí con un hombre después. Lamentablemente Mike nunca me escuchó pero podríamos haber arreglado esto mucho antes. Mis pensamientos amargos fueron interrumpidos al encontrar a Camila bebiendo café, sentada la sala de espera, tenía las piernas cruzadas y la derecha daba pequeños saltitos, estaba nerviosa. Ella ni siquiera notó mi presencia estaba tan metida en sus opiniones que no sintió cuando me acomode al lado de ella, al no tener reacción me acerque más y le di un tímido beso en su mejilla. Eso la hizo volver al mundo real.
—Hey—Susurró Lauren aún muy cerca de su rostro.
—Hey—Respondió Camila sonriendo.
—¿Nerviosa?—Preguntó. Camila asintió y Lauren la abrazó fuerte contra ella.—Todo irá bien—Aseguró.
—Tengo miedo—Dijo muy despacio acurrucándose más a Lauren.
—¿Recuerdas lo que te dije?—Susurró. Camila asintió.
—Estas aquí conmigo—Susurró abrazándola más fuerte. Lauren sonrió.
—Señorita Cabello puede pasar—Avisó un hombre alto, vestido con su típico uniforme azul, pasado los cuarenta años de edad, melena castaña y ojos color café oscuro. Camila asintió y se limpió las pequeñas lagrimas que recorrían sus mejillas. Lauren quería besarla, pero no era correcto asique solamente sonrió y le deseo suerte.
Más y más espera. Esto no me agradaba en nada, hace tres horas estábamos aquí y a ella recién la llamaban, podríamos haber esperado juntas no por separadas, eso me molestó aún más. Ella se veía tan pequeña, tan insegura, tan frágil, las ganas de romperle la cara al imbécil si hicieron cada vez mayor, no entiendo como alguien puede golpear a otra persona sin sentirse culpable o miserable, el allá adentro esperando que su "mujer" le pagara la fianza para salir de aquí y golpearla hasta matarla. Traté de respirar pausadamente la ira me estaba envolviendo cada vez más. Los oficiales se movían de un lado a otro, todos ellos concentrados en lo que hacían, esperaba que este caso se resolviera con facilidad, los datos y evidencias que dimos deben de ser suficientes para encerrarlos unos buenos años. Luego de unos largos minutos Camila salió de la oficina, tenía una sonrisa en el rostro. Todo había salido bien, perfectamente bien cuando ella llegó hasta mi y me besó enfrente de todos, si estaba bien o mal en ese momento no me importo. Le devolví el beso con ganas, no podía negarme a uno de ella y menos en este momento.
—Vamos—Dijo Camila tomándola de la mano, mientras salían de la comisaría.
—¿Dónde?—Preguntó Lauren ya en el auto.
—A casa. Bobby nos espera—Respondió sonriente. Lauren no se pudo resistir y la acercó para besarla.
—Te amo—Susurró con los ojos cerrados.
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Camren. ¿It's you?
FanfictionLauren Morgado 26 años, bartender de primera en PicksTool. Camila Cabello 25 años, empresaria y dueña de Farret Couthor's.