El último día había llegado, sinceramente no me quería ir de este lugar, todo era tan tranquilo que si tuviera la posibilidad me vendría a vivir aquí con Mai. Hablando de eso, quizás aquí podríamos festejar su tercer cumpleaños, falta bastante para eso pero cae en un clima extremadamente lindo, deberíamos de charlar la idea con Lauren y la familia, la cabaña era grande habían como tres habitaciones asique todos entraríamos y los que no podíamos dormir tranquilamente en la sala gigante, o afuera acostados en la arena. Esa tampoco era mala idea. Me levanté de la cama completamente desnuda, Lauren dormía plácidamente en la cama, estaba tan agotada que ni gruñó cuando me aparte de sus brazos, recorrí mi ropa y caminé hasta la cocina para preparar el almuerzo ya que no tendríamos tiempo para desayunar por el horario, en el refrigerador había pollo y demás cosas para hacer de comer, desde que llegué me pregunté como estaba todo esto aquí adentro si nadie viene, Lauren dijo que ella había pedido que lo colocarán antes de llegar. Coloqué la plancha al fuego mientras cortaba las pechugas de pollo, puse aceite en a plancha y las pechugas ya cortadas y condimentadas se integraron completamente a la plancha caliente, les di media vuelta una vez que estaban doradas, cuando comencé a preparar la ensalada el olor al pollo me dio nauseas. Corrí hasta el baño y devolví lo que había cenado la noche anterior. Esta descompostura solo podía ser una cosa, me lavé los dientes y caminé buscando mi teléfono donde siempre anotaba las fechas de mi regla. ¡Bingo! Tenía un leve retraso, busqué en mi cartera de mano un test que tenía ahí adentro. Así es había planeado quedarme embarazada hace tres semanas con ayuda de la doctora Alexander. Me realicé el test y los nervios invadieron por completo. No era la misma sensación que con Mai, esta era totalmente diferente. Esperé unos minutos y comprobé el resultado. Efectivamente las dos lineas habían vuelto. ¡Estaba embarazada de Lauren! Corrí hasta la habitación y salté arriba de mi novia, esta gruñó al principio pero luego sonrió y me besó como si nada pasara. ¿Cómo se lo contaría? Debía hacerlo por medio de una sorpresa, pero en este momento no se me ocurría ninguna, mientras pensaba la besaba desesperadamente. Ella no se negó en ningún momento, el sexo matutino le encantaba. Deposité pequeños besos bajando por su mentón hasta el medio de sus pechos, ella me acariciaba la espalda mientras jadeaba cuando tocaba su piel, mordí al subir de nuevo por su cuello, succioné abajo de su mentón un poco alejado de su oreja, pero visible para cualquiera, mordí su lóbulo y bajé nuevamente a sus senos, mordí, succione, jugué con ellos, las manos de Lauren se posicionaron en mi trasero con fuerza, los besos llegaron hasta su abdomen donde mordí cada vez que quise, me coloqué entre su sexo y lo masturbé lentamente, su espalda se despegaba de la cama con cada toque, la estaba matando y lo sabía, dejé de perturbarla y penetré dos de mis dedos derecho, un grito ahogado salio de su garganta, completamente ronco que logró excitarme haciéndome jadear al escucharla, busqué su boca para besarla mientras mis movimientos seguían con la misma intensidad, nuestras lenguas jugaron coquetamente entre jadeos, su mano atravesó mi abdomen hasta llegar a mi centro. En tan solo unos segundos Lauren estaba arriba mío haciéndome llegar al primer orgasmo del día, junto al mio el segundo de ella. Succionó mi cuello con posición dejando seguramente una gran marca, entrelazó nuestros dedos y besó mis labios delicadamente antes de recostarse a mi lado con una sonrisa.
—Buenos días para ti también, mi amor—Dijo divertida. Camila sonrió.
¿Ahora debo decirle?
—Preparé el almuerzo—Dijo Camila levantándose.
—Genial muero de hambre—Sonrió y se levantó rápidamente para dirigirse a la cocina.
—Vístete antes de comer—Ordenó Camila saliendo de la habitación. Lauren gruñó y tomó la ropa del suelo.
Aunque me encanta verte desnuda.
—Ya me cambié—Dijo Lauren entrando a la cocina.
La miré y llevaba un deportivo blanco solamente, unos vaqueros desprendidos que no mostraban nada pero se podía observar que no llevaban ropa interior, descalza caminó hasta mi y me besó de manera profunda. Coloqué mis manos en su pelo desordenado y ligeramente húmedo, aún por el baño de anoche.
—Hoy es nuestro último día—Recordó con un puchero.—Quiero quedarme pero al mismo tiempo quiero estar con Mai—Dijo riendo.
—Me pasa exactamente lo mismo—Concordó Camila sentándose en la mesa para comer.
—Pollo a la plancha eh—Dijo comiendo un trozo, cerró los ojos inmediatamente. Camila rió.—Esta muy bueno—Agregó comiendo otro pedazo.
—Solo tienes mucha hambre—Comentó riendo.—Come despacio o te ahogarás—Regañó sonriendo. Lauren quiso hablar pero se ahogó en el intento.—Te advertí—Agregó pasandole un vaso con zumo mientras se recuperaba.
—Gracias—Habló Lauren con a voz ronca una vez de terminarse todo el liquido que contenía el vaso. Camila sonrió.—Hoy deberíamos quedarnos sentadas en la sombra disfrutando nuestro último momento—Sugirió.
—Me encantaría—Dijo sonriendo.
—¿Por qué estas tan sonriente?—Cuestionó divertida.—Después soy yo la adicta al sexo—Rió.
—Porque te amo—Respondió simplemente. Lauren se acercó y la besó.
—Yo también te amo—Dijo sobre sus labios.—Uhm tengo algo que decirte—Confesó.
Yo también debo decirte algo. Pensé.
—Pero ven antes acompañame—Pidió antes de tirar de Camila afuera de la cabaña donde el sol de frente les daba la bienvenida. Lauren se colocó unas zapatillas y una camisa, que dejo desprendida.
Caminamos por el bosque, hasta encontrar un pequeño lugar lleno de flores de colores, acompañados de un pequeño lago que se había formado por el agua del mar, tierra completamente plana debajo de nuestros pies, el lugar era muy hermoso, los arboles no cubrían el agua asique este era iluminado por la luz del sol, pequeños peces nadaban, me incliné para observarlos con una sonrisa, nunca me había interesado la pesca porque no me gustaba que los peces fueran lastimados. Lauren me miraba con una sonrisa.
—¿Por qué no vinimos aquí antes?—Preguntó Camila parándose para estar a la misma altura.
—Era sorpresa—Respondió encogiéndose de hombros.
—Los podríamos haber alimentados—Gruñó Camila volviéndose a agachar, escuchó a Lauren reír.
—Lo siento, lo encontré ayer cuando dormías—Confesó agachándose a su lado.
—No pasa nada—Dijo dándole un suave beso en los labios.—¿Qué querías decirme?—Preguntó recordando el tema inicial por el cual salieron de la cabaña.
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Camren. ¿It's you?
Fiksi PenggemarLauren Morgado 26 años, bartender de primera en PicksTool. Camila Cabello 25 años, empresaria y dueña de Farret Couthor's.