"Quiero que te sientas hermosa
cada día a toda hora
quiero que te mires al espejo
y te encuentres perfecta bajo
el hechizo de tu sonrisa.
Quiero que te sientas hermosa
para que seas tú completa,
tan llena de locura y dulzura.
Que no tengas miedo a darlo todo
porque yo con mis detalles
iré sabiendo corresponder
cada vez mejor.
Quiero que te sientas hermosa
segura como cuando te viste
en los sueños, inundando la memoria
sobre aquello que abstrae el tiempo
y te lleva a vivir el presente constante.
Quiero que nunca le temas a nada
y jamás dudes sobre ti
en ninguna circunstancia temerosa.
Que mires tus ojos color café
y que estés de acuerdo con que
son los más especiales del mundo,
porque con ellos puedes contemplarte
tal y como eres.
Quiero que te sientas hermosa
todos los días de nuestras vidas
cuando te lo recuerde en cada mañana
después de hacer el amor
durante la noche larga."
—Nunca dejarás de sorprenderme—Dijo Camila con una sonrisa al terminar de leer el poema que estaba a un costado de la cama junto con una gran bandeja de desayuno.
Ayer habíamos llegado a la pequeña cabaña que Lauren alquilo durante la semana, esta se encontraba justo enfrente de la playa donde por más extraño que pareciera solo era para nosotras, ya que al parecer nos encontrábamos en una isla algo apartada. Me sorprendió que Lauren no se encontrara en la cama a esta hora, generalmente ella suele despertarse después de mi, y más cuando solo dormimos unas pequeñas horas. Mordí una tostada mientras me levantaba, tomé la ropa que había quedado desparramada por toda la habitación y me vestí. El cuarto estaba completamente iluminado por la luz natural del sol, no era para nada parecido a las habitaciones de un hotel, al contrario en esta cabaña podías notar la naturaleza tan cerca de ti que te hace sentir una paz interna inexplicable. Con un vaso de zumo salí caminando en dirección a la playa, quizás Lauren estaría ahí. El sol le daba un color más claro al agua, un celeste muy cristalino, el mar no podía ocultar nada. Miré hacía el pequeño bosque que se encontraba a la derecha de la cabaña y caminé hasta el, Lauren tampoco estaba ahí. ¿Dónde se habrá metido? Me senté en la arena justo donde daba la sombra de los arboles, la suave brisa y el cálido sonido de las olas me tranquilizaban, cerré los ojos para disfrutar por completo esta sensación. Este es el primer día y ya me había enamorado completamente del lugar. Anoche la luna iluminaba todo, pudimos ver el mar en primera fila ya que viajamos en lancha hasta aquí. Pero seguía sin poder decidirme si lo que más me gustaba era la luna de noche, que iluminaba y le daba ese toque romántico con las estrellas brillando, o la luz del sol en la mañana que hacía que el agua te invitará a refrescarte y divertirte un momento con el.
—Ya creí que seguirías durmiendo—Dijo una voz ronca cerca de Camila. Esta sonrió aún con los ojos cerrados.
—Ya creía que me habías abandonado—Repitió divertida. Lauren cortó la distancia y la besó de manera lenta.
—Nunca la abandonaría señorita—Bromeó con una suave risa. Camila abrió los ojos y volvió a besarla.—Me encantan tus besos—Dijo sobre los labios de su novia.—Pero debemos recorrer el lugar sino quieres estar todo el día haciendo el amor—Terminó dándole un beso más profundo.
—No es mala idea—Respondió sonriendo.
—No, no lo es, pero después te quejarás de que no exploramos toda la playa—Bromeó Lauren parándose y extendiéndole las manos para ayudarla.
—Bien ¿Hacía donde vamos?—Preguntó caminando de la mano.
—Sorpresa—Dijo simplemente sonriendo.
—¿Te levantaste temprano solo para explorar antes que yo y después decirme que es sorpresa?—Cuestionó Camila mirándola divertida. Lauren asintió riendo.
—Debía hacerlo ¿Cómo sería una guía si nose dónde llevarte?—Bromeó depositando un rápido beso sobre los labios de Camila.
—¿Desayunaste?—Preguntó Camila recordando que solo estaba su desayuno en la cama.
—No. Ya había comido suficiente en la madrugada—Respondió alzando sus cejas con una sonrisa. Camila rió.
—Eres idiota—Dijo antes de recibir otro beso.—Vamos ya ya nada de besos hasta que lleguemos—Caminó más rápido.
—Oye yo soy la guía—Fingió enojo siguiéndola de atrás.
—Pero yo mando—Concluyó Camila ocultando una sonrisa. Lauren rodó los ojos y atrapó la cintura de la castaña dándole pequeños besos coquetos en su cuello desnudo.
—Pero yo tengo el poder sobre tu cuerpo—Bromeó adelantándose nuevamente.
¡Maldita sea! Si que lo tiene. Caminamos de la mano hasta llegar a un pequeño monte de piedras, subimos hasta la cima riendo porque algunos lugares donde pisabas estaban resbalosos. En la cima de este se podía ver los arboles y la cabaña a los lejos ¿Tanto habíamos caminado? Me quedé un momento admirando el paisaje que me permitía la altura, se veía fascinante una imagen que nunca olvidaría en mi vida, veías todo tan pequeño como si tu misma fueras un gigante, era una locura. Me di vuelta y ahí pude contemplar el paisaje más perfecto, superando a lo grande lo que acabada de mirar recién. Lauren de espaldas a mi, admirando el enorme mar con las diferentes tonalidades que demostraban los lugares profundos e incluso las piedras debajo de este, la brisa movía su cabello como si fuera una propagando de esos que pasan por la televisión, su ancha musculosa blanca también se movía con el viento, logrando que su deportivo negro resaltará con atrevimiento, con unas zapatillas blancas y un pantalón corto, sin dudas parecía una modelo en un comercial. Pero no, era mi novia, la madre de mi hija, la mujer de mi vida la que tenía enfrente, era completamente mía no era la televisión, era la vida real. Era mi vida. Me acerqué a ella y la abracé por detrás apoyando mi barbilla en su hombro, algo incomoda ya que ella era un poco más alta. Rió y se agachó un poco notando mi esfuerzo.
—Es hermoso—Susurró Camila mirando el mar.
—A pesar de que sea un acantilado diferente, me trae los recuerdos de mi adolescencia—Confesó Lauren sin quitar la sonrisa. Camila la miró con tristeza, ella siempre frecuentaba ese acantilado cuando se sentía mal.
—Ahora cambió, este acantilado tiene más colores, e incluso un arco iris—Informó señalando el arco iris que se había formado. Lauren rió.
—Gracias—Susurró cerrando los ojos.
—¿por qué?—Preguntó sin entender.
—Por involucrarte tanto en mi vida, por ser introvertida, por tirarle la bebida en la cabeza a Britany ese día y que te castigaran, por ignorarme durante una semana seguida, por ser mi novia, nose. Gracias por todo—Dijo cambiando de posición para mirarla a los ojos mientras ambas sonreían.
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Cuesta regresiva >.<
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Camren. ¿It's you?
FanfictionLauren Morgado 26 años, bartender de primera en PicksTool. Camila Cabello 25 años, empresaria y dueña de Farret Couthor's.