Camren. ¿It's you?

Capitulo 56 ¿It's you?

Diez semanas pasaron ya desde que estoy en el hospital calentando la camilla, sinceramente estoy cansada de estar aquí, Lauren dijo que es algo normal, sin problema alguno pero entonces ¿Por qué sigo acá? Todos los días me hacen ecografias diferentes, los doctores dicen que esta normal cuando les pregunto. Nose a que se refieren con normal. Lauren dice que a la posición. Hablando de ella, se la ve más agotada que otros días, el bebe no se ha movido nada y aunque eso nos preocupa, me contiene, al parecer esta muy segura de si misma eso me sorprende un poco. La doctora no habla conmigo desde aquel día, solo se comunica con Lauren, dice que tiene demasiado trabajo. Las chicas tienen más trabajo que el de siempre por el tema del concurso y los proyectos que teníamos en espera. Sofi y Ally siempre me visitan después de sus horarios laborales. Me enteré que Lucy y Vero hablan con Lauren y le informan acerca del bar para distraerla, eso me alegró ya que ella esta todos los días a mi lado. Hoy es viernes, esta noche tiene trabajo pero no irá, me lo informó esta mañana mientras desayunamos, sinceramente quiero que vaya al menos una vez, porque desde que estoy encerrada aquí ella no va, aunque a veces solo quiero que descanse, pero al final no hace ninguna de las dos cosas, es una terca sin remedio. Duerme solo cuando las chicas vienen a visitarme y ella se va al departamento a ducharse, me dice que duerme ahí yo trato de creerle porque su rostro pareciera que no durmiera nada. También me comuniqué con mis padres ayer, sospecharon un poco ya que no los había visitado desde hace tiempo, les mentí diciéndoles que necesitaba descasar un poco y dejar de viajar, insistieron en venir ellos pero les negué tratando de sonar con naturalidad aunque dudo que me hayan creído, siempre fui mala mintiendo y esta vez no creo que sea la excepción. No sabía cuanto tiempo más estaría en este hospital asique no les pude asegurar cuando me verían de nuevo. Ya era media tarde cuando Lauren entró a la habitación con lagrimas en los ojos, me asusté al verla, ella siempre llega con una sonrisa bastante forzada y anteojos de sol negros, trataba de aparentar estar bien, ser fuerte ante todos.

—¿Lau que sucede?—Preguntó Camila preocupada inclinándose un poco en la cama.

—Necesito...hablar contigo—Respondió secándose las lagrimas.

—Habla—Dijo suavemente mientras la acariciaba la mejilla. Lauren suspiró.

—Ni siquiera se como decirlo—Se agobió moviendo sus manos irritada.

—Hey tranquila—Dijo sonriendo tiernamente.

—Lo siento—Susurró rompiendo el llanto en los brazos de Camila. Esta le sobaba la espalda para aliviarla.

—Mi amor respira, vamos—La alentaba sin separarse.

—Yo realmente lo siento—Comenzó Lauren con los ojos cristalinos

—¿Por qué te disculpas?—Preguntó con una expresión comprensible ante cualquier problema.

—Porque bebe se enrolló el cordón en su cuello—Respondió. Camila frunció el ceño, no entendía nada.

—No fue tu culpa—Dijo sin comprender.

—La doctora ese mismo día me informó que ambos corrían riesgo, esto en parte es normal y no al mismo tiempo—Suspiró apartándose para mirarla a los ojos y confesarle su mentira. A Camila se le entrecortó la respiración.—El bebe no respira con normalidad—Dijo entre llanto.—Desde hace 10 semanas...por eso las ecografias de cada mes—Explicó sintiéndose completamente apenada por haberle guardado ese secreto.

Mi bebe. Esto no podía ser verdad. No podía serlo.

—Lo siento fui un cobarde no sabía que hacer, pensé que mejoraría yo... realmente lo siento—Susurró con un hilo de voz.

—Me mentiste..—Pudo decir solamente con el corazón destrozado.

—Si lose soy una completa idiota....no quería perderlos. La única opción que tenía de sobrevivir era por el mismo...pero...ya pasaron 10 semanas...—Dijo Lauren con ganas de enterrarse bajo tres metros sobre tierra.

—¿Dónde esta la doctora?—Preguntó enfadada y con lágrimas en los ojos.

—Buscando soluciones donde pued....—Fue interrumpida.

—Quiero hablar con ella ya—Ordenó molesta y dolida, podía perder su bebe en cuestión de segundos y nadie le decía nada. Lauren salió sin más limpiando sus lagrimas, estaba de acuerdo con que Camila reaccionara de esa manera, lo entendía, lo comprendía, ella la había herido de la peor manera.

Las punzadas en mi pecho no estaban nada bien, nunca las había tenido quizás era porque no conocía el riesgo que atravesaba mi bebe. Nunca espere que Lauren me mintiera con tal tema. Los dolores seguían, no cesaban en nada ¿Qué me estaba pasando? Punzadas en el pecho y en la barriga que me estaban matando, me recosté como del dolor ¿Por qué eran tan fuertes? Le grité a Lauren pero ella no escuchaba desde afuera, estaba sola en la habitación retorciéndome en la cama. Gritos del dolor salían por mi garganta, una enfermera llegó corriendo preguntándome que pasaba, pero no podía responder solo lloraba de la desesperación. ¿Lo iba a perder? ¿Por qué el dolor? La cama estaba completamente mojada la enfermera salió de nuevo al pasillo y trajo rápidamente a tres mujeres más para llevarme a otra sala. Lauren llegó cuando yo estaba en movimiento, la doctora que la acompañaba empezó inmediatamente a dar las indicaciones a las enfermeras a los costados de la camilla. Lauren tenía los ojos rojos con lagrimas a punto de salir, me tomó de la mano mientras caminaba a paso veloz hacía donde me llevaban, susurraba que todo iba a estar bien, que la perdonara, quería decirle que no la odiaba pero las palabras como las veces anteriores no salían. Le dijeron que no podía pasar cuando atravesamos una puerta. La sala de parto. Las enfermeras me inyectaron anestesia, iba a ser por cesárea para evitar el peligro, aunque este ya era evidente. La doctora trató de tranquilizarme mientras hacia efecto la anestesia, me aseguro que haría todo lo posible para que el bebe saliera con vida, aunque las posibilidades fueran casi nulas, el cordón tenía tres vueltas sobre el cuello de ella. Así es, una princesa. Cuando le conté a Lauren se puso a llorar, nose si de la felicidad o porque sabía que no sobreviviría después. Ella debió sufrir mucho cubriendo todo esto para que yo no me preocupara y lo único que hice en ese momento fue echarla de la habitación. ¡Una idiota completa! La enfermera confesó que sería una linda niña, quería hacerme creer que nacería pero su cara decía completamente lo contrarío. ¿Por qué tenía que ser así? No la quería perder, no a ella, la amo con toda mi alma, tanto yo como Lauren, era su momento, solo de ella podría luchar por su vida. Con viento y marea quería confiar en que ella podría. Tan pequeña y con tantas responsabilidades. ¡La amo, la amé y la amaré por sobre todas las cosas! Solo podía rogar que la salvarán y que los nudos no estuvieran tan apretados como la pantalla mostraba.

—Te amo—Susurró Camila sobando su barriga con lagrimas en los ojos antes de caer profundamente en el efecto de la anestesia. La doctora sonrió con tristeza. A veces las peores cosas les pasaba a las mejores personas. Las enfermeras se conmovieron por el amor que esta chica tenía sobre su hija, y a pesar de saber su destino ella la amaba sin duda alguna.