Capitulo 62

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Narra Guillermo.

Hace tres días que había salido del hospital y todavía no tenía las fuerzas para ir a visitar a mi hija al cementerio. Enterarme de que mi pequeña Aqua había fallecido me desarmó por completo y el consuelo, por parte de mis amigos y de Samuel, no era suficiente; nadie podría devolvérmela.

Flashback.

Al preguntarle a Samuel que en dónde estaba mi hija, luego de haber despertado, su rostro cambió completamente de felicidad a tristeza, a angustia. Al ver su expresión supuse que habían malas noticias sobre Aqua, pero no esperaba que mi pequeño ángel... Era tan pequeña, tan inocente. No entiendo cómo es que pasó, debería de seguir viva.

-¿¡Dónde está mi hija, Samuel!?- Le pregunté por segunda vez luego de acordarme de lo último que había pasado antes de no recordar nada.

-Guille, cariño, tranquilo...- trató de calmarme, inútilmente.

-¿¡DÓNDE ESTÁ AQUA, SAMUEL!?- le grité, ya con lágrimas en los ojos, mientras soltaba el agarre de sus manos sobre las mías.

-Cariño...- y las lágrimas comenzaron a caer de sus hermosos y cansados ojos cafés, remarcados por unas muy notables y oscuras ojeras.- Aqua no soportó la cirugía que le tuvieron que hacer de emergencia.- el shock se había apoderado de mi cuerpo al escuchar sus palabras. Realmente no podía creerlo.- Los cristales del auto se rompieron y uno se clavó en su pecho, perforando uno de sus pulmones.

-No...- fue lo único que pude modular en ese instante mientras más lágrimas recorrían mis mejillas sin ningún tipo de piedad.

-Lo siento mucho, Guille.- dijo para sobarse la nariz.- Yo la amaba tanto com...

-¡NO!- volví a decir pero ésta vez gritando, llorando más fuerte.- ¡NO, SAMUEL! ¡MI HIJA! ¡DEBÍA CUIDARLA, DEBÍA ESTAR CON ELLA!

-Cálmate...- trató de abrazarme mientras lágrimas caían tristes de sus ojos, pero no quise recibir su consuelo; no me lo merecía. Había sido mi culpa de que Aqua ya no estuviese con nosotros.

-¡SUÉLTAME!- le grité al sentir sus brazos rodeándome.- ¡QUIERO A MI HIJA! ¡ES MI CULPA! ¡ES MI MALDITA CULPA, SAMUEL! ¡SOY UN MAL PADRE, UNA PERSONA HORRENDA! ¡SÓLO DEBÍA PROTEGERLA!

Y no sé cómo, no sé cuándo volví a quedarme dormido. Samuel me dijo que fue porque, al empezar a gritar, la enfermera entró a la habitación y me inyectó un tranquilizante. Juro que no me había dado cuenta de ello; sólo sé que me quedé dormido entre los brazos de Samuel mientras ambos llorábamos.

Fin Flashback.

Hoy era el día en que me había decidido por ir a visitar a Aqua al cementerio y a mi tío después de tanto tiempo sin ir a verle.

En el camino, me detuve a comprar unas rosas; un ramo de rosas rojas para el valiente de Tyson que luchó todo lo que pudo contra el cáncer que terminó por consumir su cuerpo por completo, y un ramo de rosas blancas para la pura y angelical Aqua, un ser tan inocente y lleno de alegría.

Cuando llegué a la entrada del cementerio, antes de entrar a la tierra sagrada, dudé por varios segundos si hacerlo o no. Me dolía en el alma tener que ver la tumba de ambos y no poder abrasarles, besarles una vez más y decirles cuánto los echaba de menos. Al final, opté por entrar y busqué, entre los sectores, en dónde estaban enterrados mi hija y mi tío. Al encontrarlos, mis ojos se empezaron a aguar al ver los nombres escritos en la piedra de una manera tan fina y delicada, y con una pequeña frase debajo de sus nombres:

"Tyson Guiraldes: Luchador y vencedor de sus miedos".

"Aqua Luzuriaga Díaz: Pequeña alma inocente".

Mucho mas que un amor prohibido (WIGETTA LEMMON) [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora