Capitulo 9

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Nota: Este capitulo contiene lenguaje explícito. Si no te agrada éste tipo de contenido te sugiero que no lo leas.

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Narra Samuel.

¿Qué es lo que Guillermo provoca en mi? 

Cuando se me acerca me quedó ridículamente paralizado, hablo torpemente y todos mis sentidos se apagan, hasta la cordura se aleja de mi. No sé explicar lo que siento cuando lo tengo tan cerca, son sensaciones nuevas y extrañas, pero me gustan de algún modo. No puedo creer que diga esto de nuevo pero me ah dejado empanado en la cocina otra vez y, además, con una incómoda erección en los pantalones. 

Ya no tengo ninguna duda de que a Guillermo le gustan los hombres, pero ¿por qué yo, macho?.

Recuerdo perfectamente sus palabras: "La única carne que quiero es la tuya, Samuel.", "Eres una delicia.", "Samuel, estas excitado ¿Te estoy calentando?", " Estas excitado y es por mi.".

¡Mierda! No me gustan los hombres, joder. 

Pero ¿por qué me gusta cuando me provoca de esa manera? ¿Por qué me dejo a su contacto? ¡Joder, me ah tocado la polla! Y fue estúpido de mi parte el haberme calentado. Lo tendría que haber empujado lejos de mi. 

"Son muchas preguntas para una sola respuesta: no soy gay. Tengo que terminar de cocinar y llevarle la cena a mi tío que debe estar hambriento. A decir verdad, ya no tengo hambre así que mi cena no la prepararé".

Terminé de cocinar la cena de mi tío y se la llevé a su habitación. Por suerte, la suya está aquí abajo y no tendría que subir las escaleras con la bandeja en brazos ya que seguro se me caería. Toqué a su puerta y me dejó pasar.

-¡Sobrino! Ya era hora. ¿Por qué te has tardado tanto?- Me preguntó con una gran sonrisa en el rostro.

"Guillermo me ah estado provocando y me ah tocado la polla en la cocina mientras preparaba tu cena, tío querido"

-Eh tenido cosas que hacer y me atrasé. Eso eso todo.

-¿Te sucede algo, Samuel? Estas algo pálido. ¿Ya has comido?

"Guillermo me ah tocado la polla, eso me sucede... ¿Cómo ah podido?"

-Estoy bien. Solo un poco cansado por la clase de hoy. Ya sabes, debo dormir.

-Claro. Esta bien, descansa hijo... Buenas noches.

-Buenas noches, tío.

Salí de su habitación y me dirigí a la cocina dónde ya tenía preparado el plato de Guillermo con su filete. Lo miré varios segundos desde la puerta de la cocina. No me atrevo a llevárselo luego de lo que me hizo. ¿Y si lo intenta de nuevo? ¿Y si arroja el plato por el suelo reclamando mi carne? No. 

Entré a la cocina, cogí su plato y lo guardé el en refrigerador notando como mi piel se erizaba al recordar la noche anterior en la que me acorraló entre su cuerpo. ¿Qué es lo que me sucede? ¿Cómo puedo ponerme tan nervioso? No tengo explicación para tantas preguntas.

Cerré el refrigerador dejando pasar mi mano lentamente sobre la puerta del mismo. "¿Qué es lo que provocas en mi, Guillermo?" . Subí las escaleras para ir a mi habitación pero al pasar por la puerta de Guillermo ¿¡Qué cojones!?

-Agh, Samuel...- escuché desde el otro lado de la puerta. Podía escuchar claramente la respiración de Guillermo agitado, jadeante.- Aghmm. No pares, sigue así.

Me acerqué a su puerta cerrada lentamente y descansé mi peso sobre el marco. "Acaso ¿se esta masturbando pensando en mi?" . Escucharlo gemir mi nombre hizo que un escalofríos recorriera todo mi cuerpo erizándome la piel. No era un escalofríos de repugnancia, de asco o de rechazo, escucharlo gemir mi nombre mientras se masturbaba produjo que un calor interno recorriera toda mi sangre haciéndola hervir de calor, de excitación, de deseo. Cerré los ojos lentamente dejando escapar un gemido ahogado y mi mano bajó directamente hacia mis pantalones dónde ya tenía nuevamente una notable erección. Aun con los ojos cerrados, deslicé mi otra mano por sobre mi pecho como lo había hecho Guillermo unos minutos antes y jadeé. Mi mente estaba en blanco, el calor aumentaba y la sensación que tenía en ese momento, escuchando gemir a Guillermo mi nombre, me produjo una pérdida de razón increíble. Comencé por quitarme la camisa porque el calor que tenía ya no era ni medio normal y la arrojé a mi lado. Mi espalda tocó la fría pared para dejarme caer sobre ella, deslizándome hasta el suelo dónde quedé sentado con las piernas estiradas, y una de mis manos sobre mi miembro ejerciendo una leve presión en él. 

-¡Joder, Samuel. No pares!... ¡Lo haces excelente, joder!

Otra vez los gemidos de Guillermo aparecieron torturándome los oídos. Mis manos buscaron desesperadamente mi cinturón para quitarlo de mis pantalones y así poder despojarme de ellos. Me quité los zapatos con torpeza y quité mis pantalones junto con ellos. Sostuve con ambas manos mi erección aun con el bóxer puesto y cuando estuve a punto de dejar mi miembro al descubierto escuché nuevamente la voz de Guillermo.

-Joder, Samuel. Me eh corrido en tu linda boquita... Debo ir al baño a limpiarme.

"¿¡Qué!? ¿¡Va a salir de su habitación!? ¡Joder!". Quité de inmediato las manos de mi entrepierna, me levanté del suelo, cogí mi ropa y me metí en mi habitación tratando de no hacer ningún ruido. Desde dentro de mi habitación escuché la puerta de Guillermo abrirse y cerrarse, luego pasos y ruidos provenientes de baño. Caminé hacia mi cama y caí rendido en ella. Aun estando solo en bóxer traté de dormir pero me fue imposible. ¿Por qué me comporté así? Casi me masturbo escuchando los gemidos de Guillermo. ¿En qué estaba pensando?

Joder, Guillermo. ¿Qué has hecho conmigo?


Por la mañana me desperté temprano, me duché y me metí a mi habitación para cambiarme. Camisa morada, pantalones negros y mis típicos zapatos negros es lo que escogí para el día de hoy. 

Sinceramente, no sabía que hacer si me cruzaba a Guillermo por la casa. No me daría la cara para verlo de frente después de lo que estuve a punto de hacer fuera de su habitación, pero el destino es cruel conmigo. Cuando salí de mi habitación, Guillermo salía de la suya con una gran sonrisa.

-Buen día, Samuel.- Dijo mientras cerraba la puerta de su alcoba.

-Ho-hola.- Putos nervios.

-Espero que hayas dormido plácidamente.- Dijo al pasar por mi lado para bajar las escaleras.- Yo descansé estupendamente.

-Q-que bueno, Guillermo.

Seguramente Guillermo ah notado mis nervios y lo peor es que tengo que dar clases en su curso. 

Desayunamos los tres en silencio. Mi tío café con tostadas leyendo el periódico como siempre, Guillermo un gran tazón de cereales con leche, y yo solo tomé un poco de té. Era incómoda la situación pero no podía levantarme de la mesa sin mas porque mi tío empezaría a preguntar cosas que de seguro me pondrían nervioso. Todo el desayuno fue en silencio hasta la hora de partir a la universidad. Guillermo como siempre se fue en su auto, y yo en el mío.

En el camino no pude evitar pensar en Guillermo. ¿Cómo es que ah podido desarmar toda mi cordura? La simetría de mi vida se está yendo a la mierda y es gracias a ese chaval. ¿Cómo hago para que deje de buscarme? ¿Cómo hago para decirle que no le quiero? ¿Cómo hago para alejarme de él sin romper la promesa que le hice a mi tío? Sé que la situación es complicada, pero lo cuidaré cueste lo que cueste. Lo prometí.

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Hola, mis Wigettistas! n.n

No me maten. 

Lo sé, no es mucho pero es lo que se me ocurrió. Ya en próximos capítulos tendrán lo que su body milk desea. x3

Besotes y gracias a todos los que me apoyan día a día!

Debuh z4

Mucho mas que un amor prohibido (WIGETTA LEMMON) [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora