Narra Guillermo.
Esa mañana realmente había sido una locura. Primero, el hecho de que casi tengo relaciones con Samuel en la cocina y, luego, el hecho de que nos tuvimos que levantar de la cama, mientras mirábamos una película, por los gritos de Mangel y Rubius provenientes del salón por una nota que les había llegado por parte de la maestra de Tyson.
-Tyson, ¿por qué te estas portando mal en el kinder?- interrogó Rubius a mi sobrino quien había bajado llorando por escuchar a sus padres pelear.- ¿Hay algo que te molesta, en lo que pueda ayudarte?
-Papi... me gusta una niña del kinder.- le contestó a su padre con lágrimas en los ojos.
- ¿¡Te has estado comportando mal por una niña!?- flipó Rubius para soltar un notable suspiro mientras Samuel y yo observábamos la situación.- Es para llamar su atención, ¿verdad?- le preguntó agarrándose el puente de la nariz.
-¡Es que me gusta mucho!- espetó Tyson mientras se secaba algunas lágrimas que seguían apareciendo por su rostro.- ¡Es muy bonita y no quiere jugar conmigo!
-Hijo... dime que no es la niña a la que le cortaste el cabello.
-No. Y créeme que le hice un favor al cortarle el pelo a Tamara; lo tenía horrible.
Ante el comentario del pequeño, Samuel y yo comenzamos a reír por imaginarnos el momento en que Tyson cortaba el cabello de su compañerita por tenerlo feo, desarreglado o sucio, recibiendo por parte de él una sonrisa pícara, mojada en lágrimas, y una mirada asesina por parte de Rubius.
-¿¡Se lo has cortado por tenerlo feo!?- exclamó exaltado mi amigo, tratando de soportar su enojo por la actitud de Tyson.- No importa, ese no es el tema. Dime, ¿te estás comportando así para que esa niña te preste atención?
-Tyson, sabes que esa no es la forma para que una chica te hable, ¿verdad?- interrumpió Samuel en la conversación para acuclillarse junto a Rubius mientras que mi pequeño sobrino se hundía en lágrimas.
-Además, ¿qué pensará Aqua cuando se entere de que gustas de otra niña?- me acerqué, también, con ese comentario para soltar un poco la tensión que ya había en el ambiente.
-¡No! ¡No le digáis a Aqua que me gusta una niña del kinder!- suplicó con cara de frustración mientras nos decía aquello a todos con lágrimas en sus pequeños ojos cafés.- ¡Yo la quiero mucho!
-Vale, no le diremos nada.- concluyó Rubius para seguir regañando a su hijo.- Pero prométeme que no vas a seguir haciendo esas cosas. Tyson, está mal que hagas eso y nos traes problemas a tu padre y a mi. La semana que viene tenemos una reunión con tu maestra y no está contenta por tu comportamiento.- decía mientras el pequeño se dedicaba a mirar sus manitos.
-Y si quieres hacer algo para que esa chica te preste atención, nosotros te podemos ayudar.- concluyó Samuel, pacíficamente.- Pero no recurras a esas a la violencia, ¿vale?
-Esta bien.- contestó Tyson con la mirada gacha.
-Anda, danos un fuerte abrazo.- dijo con una sonrisa Samuel, extendiendo sus brazos hacia mi sobrino quien, inmediatamente y por el acto de su tío, comenzó a sonreír.
[...]
Por la tarde, luego de almorzar los cuatro, incluido mi sobrino, decidí ir de compras con Aqua mientras Samuel buscaba trabajo en la sección "clasificados" del periódico. Me había comentado que estaba cansado de estar quieto y que necesitaba con urgencia un trabajo, cualquiera para no tener que estar sin hacer nada productivo y las opciones se le estaban acabando.
-Iré con Aqua al mercado, ¿quieres venir?- le dije mientras él releía por milésima vez la misma hoja del diario, sentado a la mesa de la cocina.
-No, cariño. Si no te importa, me quedaré a ver ésto.- me contestó al mismo tiempo en que pasaba a su lado, acariciando su cabello y dejándole un cálido beso en la frente.
-Vale. Volveré antes del anochecer.- le dije para ir a recoger a Aqua de su cuna.
-¡Ve con cuidado!- me gritó Samuel al atravesar la puerta de la cocina.
-¡Lo tendré! ¡Tranquilo!
Y así fue como subí las escaleras en busca de mi hija para ir de compras. Cogí un pequeño peluche, unos pañales y unas toallitas húmedas por si Aqua decidía cagarse encima en medio del recorrido por entre las góndolas, dejando un olor hediondo por todo el lugar. Y sí, ya me había pasado. La cargué al coche, sentándola en su silla de seguridad en la parte trasera del vehículo, y sujeté cada seguro con extremo cuidado y precisión.
El viaje hasta el mercado estuvo tranquilo; Aqua jugaba con su peluche tranquilamente mientras yo conducía al son de una de mis canciones favoritas. A decir verdad, me animo, después de mucho tiempo, a cantar felizmente mientras realizo algunas actividades cotidianas, siempre y cuando nadie me escuchase. Nunca nadie me había escuchado cantar porque me daba mucha vergüenza, además de que no tenía motivos para hacerlo, pero, ahora que vuelvo a ser feliz, puedo volver a ser ese pequeño niño que reía por cualquier estupidez que pasara a mi alrededor.
Al llegar al mercado, estacioné dentro del establecimiento y, cargando a Aqua, busqué un carrito de las compras y puse a Aqua dentro, acomodada entre mi chaqueta. No puedo creer que esté a sólo unos días de cumplir un año, que esté a punto de cumplir un año desde que está conmigo, desde que soy su padre.
Las compras fueron las de siempre: cereales, frutas, golosinas, pañales y elementos de higiene para todos. Elementos de limpieza, de perfumería y aproveché esa sección para comprarle una colonia a Samuel; quería regalarle algo especial a pesar de no ser una fecha importante porque, para mí, todos los días son especiales junto a él. Al final me decidí por una colonia rústica de un aroma embriagante que sabía que no me resistiría a ella si estaba por todo el cuerpo de mi suculento hombre.
Cuando terminé el recorrido, con el carrito lleno y con Aqua tratando de abrir un paquete de gominolas, me dirigí hacia la caja y pagué todo lo que me iría a llevar. Pero un pequeño inconveniente apareció en mi camino: ¿cómo llevaría todas las bolsas y a Aqua hasta el coche? Realmente no había pensado en eso, pero, el señor que estaba detrás de mí, se ofreció amablemente a ayudarme a cargas las bolsas hasta mi auto.
Pablo, que era unos años más adulto que yo, me felicitó por la hermosa bebé que había adoptado y, además, me ayudó a cargar las cosas en el baúl mientras yo acomodaba a Aqua en el asiento trasero del auto. Le di las gracias y emprendí mi camino hacia casa, con una gran sonrisa, luego de haberle hecho unas cosquillas a mi hija, consiguiendo que ella riera escandalosamente.
Ésto es lo último que puedo recordar de ese momento; la escandalosa risa de mi hija y un fuerte golpe que me dejó inconsciente dentro del auto.
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¡Alto! ¡Stop! ¿¡Dos días seguidos subiendo capitulo!? Va a llover .-.
Bueno, amores. Un nuevo cap para sus body's milk's.
Me muero de sueño así que nos leemos en la próxima lectura XD
Un besazo, un saludo y chau, chau!
Debuh z4
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Mucho mas que un amor prohibido (WIGETTA LEMMON) [Completa]
FanfictionCada uno escribe su propio destino.