Capitulo 59

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Narra Samuel.

-Chiqui, despierta, por favor. Me haces mucha falta.

Flashback.

Aún me encontraba en la mesa de la cocina, revisando por millonésima vez los clasificados cansado de tanto rebuscar entre los periódicos y harto de hacer varias llamadas telefónicas que no tenían éxito, cuando mi móvil comenzó a sonar encima de la mesa, recibiendo una llamada de Guille.

-Cariño,- contesté exhausto.- ¿sucede algo?

-¿Señor?- inmediatamente, me sobresalté al escuchar la voz de un hombre que no era la de Guillermo, y me alteró más el hecho de estar escuchando murmullos de fondo y la sirena de una ambulancia junto con un grito: "Aléjense de aquí".

-¿¡Qué sucede!?- grité para dar un salto sobre la silla, poniéndome de pie y al borde de explotar por los nervios que me había provocado esa tan inesperada llamada, de un desconocido, con el móvil de mi pareja.- ¿¡Dónde está Guillermo!? ¿¡Quién es usted!?

-Cálmese...

-¿¡Cómo quiere que me calme!? ¿Qué es lo que pasa!?- lo interrumpí más nervioso que nunca.

-Un camión se ah llevado por delante el coche en dónde estaba el joven con una bebé.- entonces, cuando todo parecía ser perfecto, mi corazón dio un vuelco y mis sentidos se apagaron por completo.- ¿Señor? ¿Sigue ahí?- Realmente no reaccionaba, no podía creer lo que estaba escuchando.

-¿Dónde está Guillermo?- volví a preguntar, esta vez, con una voz mucho mas ronca y apagada por miedo a su respuesta.

-Lo están llevando al hospital del centro, ¿lo conoces?

-Sí... claro.- le contesté a aquel sujeto que me hablaba a través de la línea.

Fin Flashback. 

No puedo creer que me encontraba en ese lugar, que Guille se encontrara en ese lugar sin poder hacer ni decir nada. Tan frágil, tan susceptible, tan ridículamente paralizado, tumbado en esa maldita cama de hospital, conectado a cables, máquinas y respiradores para poder mantenerlo con vida. Tres costillas rotas, los ligamentos de su pierna derecha destrozados y la clavícula hecha añicos.

Las intervenciones quirúrgicas tuvieron que ser de emergencia, tanto la de Guille como la de Aqua, a quien, por el impacto, los cristales del auto se rompieron y, al esparcirse, uno llegó hasta su pecho. Las operaciones fueron tortuosamente largas; horas y horas esperando sin tener alguna respuesta de los médicos.

Respecto al conductor del camión, todo está arreglado y no lastimará a nadie más por un largo, largo tiempo. 

Flashback.

Luego de una semana de ocurrido el accidente, me dirigí hacia el mercado al que había ido Guille para averiguar quién había sido el idiota que lo había dejado en el hospital, el idiota que no había dado la cara, que se había escapado luego del accidente y que había dejado a Aqua y a Guille en tal estado. 

El gerente, con su excelente personal, me llevaron hasta la sala de cámaras y revisamos por horas las imágenes del estacionamiento. Cuadro por cuadro, minuto a minuto hasta que pudimos identificar a la persona que chocó, intencionalmente, el auto de Guille.


-¡ERES UNA ENFERMA! ¿¡EN QUÉ ESTABAS PENSANDO!? ¡CASI MATAS A GUILLERMO!- le grité con todas mis fuerzas a Sofía, quien me miraba satisfecha mientras tres policías me sostenían para no ir a por ella y estamparle la cara contra la pared.

Mucho mas que un amor prohibido (WIGETTA LEMMON) [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora