Capitulo 49 (Parte 1)

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Narra Rubén.

Después de tanto tiempo, se puede decir que soy feliz. Las cosas malas del pasado ya no me atormentan habitualmente y puedo controlar mejor mis celos e inseguridades.

Debo aclarar que ahora vivo con mi prometido, Mangel, junto con nuestro pequeño, Tyson, a unas pocas calles de donde vive Guille con su novio, Luzu.

Aún me pregunto que cuándo pasó todo ésto. Simplemente, solo sucedió.

"Rubius, ¿quieres ser mi novio?"

"Rubius, ¿te casarías conmigo?"

"Mangel, adoptemos a un niño"

Estoy consciente de que es mucho para tan poco tiempo pero es que ambos sentíamos la necesidad de pertenecer, aún más, al otro.

El día en el que Mangel me propuso matrimonio fue el más feliz de toda mi vida. Me había llevado, primero, al cine y luego me llevó a casa dónde su amigo Frank y el pequeño Alex habían preparado una hermosa cena romántica para dos, dónde ellos fueron "los camareros" quienes nos atendieron durante la velada. Comida riquísima y una hermosa conversación se entablaba entre nosotros dos a la tenue luz de las velas. Y para el final de la cena, junto con el postre, nuestros amigos se marcharon de la casa no sin antes haber dejado todo en orden en la cocina, dejándome a solas con mi preciado hombre.

Flashback.

-Espera aquí.- me ordenó Mangel para dirigirse hacia la cocina y traer el postre que me había dicho que él mismo preparó.- No me demoro.

-Vale.- contesté sonriente ante sus palabras.

Realmente me había dado una grata sorpresa y es que ese hombre no dejaba de sorprenderme con cada cosa o detalle que remarcaba para que yo sonriese diariamente; siempre cumpliendo mis caprichos o antojos. No hace falta decir que me malcriaba como si fuese un niño pequeño.

-Aquí está.- dijo Mangel al entrar al comedor con un enorme pastel entre sus manos para depositarlo sobre la mesa con extrema delicadeza.- Espero que te guste.- me sonrió.

Al observar detenidamente esa enorme montaña de crema y mazapán, también pude ver que estaba rodeada por una delgada cinta color azul de la cual colgaba un resplandeciente anillo plateado.

-Mangel...- logré decir con un hilo de voz mientras que mi corazón daba un vuelco y se detenía por unos instantes.

Él, simplemente sacó la cinta de la torta y cogió el anillo entre sus dedos con una enorme sonrisa para arrodillarse a un lado de mi silla.

-Rubius, ¿te casarías conmigo?

Fin Flashback.

Como mencioné anteriormente, fue el día más feliz de toda mi vida y, luego, llegó el segundo mas preciado que fue cuando adoptamos a ese pequeño niño al cual le pusimos Tyson a la memoria de ese tan amado anciano que extrañaba como si fuese su propio sobrino.

Flashback. 

Era un día como cualquier otro en el que me encontraba mirando la televisión en la sala recostado sobre el pecho de Mangel mientras él jugueteaba con el borde de mi camiseta, acariciándome el abdomen con suma delicadeza. Sus dedos se deslizaban tierna y cálidamente mientras que en mis pensamientos sólo estaba la idea de querer tener una familia con él.

-Mangel, adoptemos a un niño.- le comenté rompiendo su concentración de aquella película que tanto le gustaba para que me mirase confundido, haciendo que mi espalda ya no chocara con su pecho.

-¿Tu sabes la responsabilidad que conlleva eso? Ya no tendríamos tiempo para nosotros.

-Lo sé, pero me gustaría formar una familia contigo y, además, se llevaría bien con la hija de Guille y Luzu; tendría con quien jugar.

-En eso  tienes razón pero ¿estas seguro de esa decisión?

-¡Claro! Mangel, yo te amo y haría cualquier cosa por estar cada día mas unido a ti y por verte sonreír. - dije mirándolo a los ojos.-Pero, si no quieres, puedo esperar hasta que tu estés decidido.- le comenté para acomodarme nuevamente sobre su pecho, mirando hacia la pantalla que colgaba de la pared con una leve sensación de tristeza ya que suponía que él quería lo mismo que yo.

-Cariño...- dijo para tomarme del mentón haciendo que mi mirada se cruzara, otra vez, con la suya.- adoptemos a ese niño.- concluyó para sonreírme dulcemente.

Fin Flashback.

Unos pocos meses después de visitar el orfanato, pudimos llevar a ese pequeño ángel de tan sólo cuatro años a nuestra casa. ¿Por qué habíamos escogido a ese niño? Simple, él era el marginado; callado, ausente, aislado del mundo. Me recordaba mucho a mí. Al principio fue complicado que se adaptara a los cambios a los que se tenía que enfrentar y, más aún, a el hecho de tener dos padres y no una madre y un padre como era lo más normal. Aún así, a los ocho meses, aproximadamente, su personalidad había cambiado drásticamente y ya no era aquel niño aislado del mundo; se había convertido en un pequeño sumamente alegre y social, tenía muchos amigos en el kinder y su afición a los skates lo había heredado de mí ya que muchas veces lo llevaba al parque para enseñarle un par de trucos nuevos e ir perfeccionando los viejos. Ahora, ya con sus cinco años, me atrevo a decir que hemos podido sacar de la soledad a ese pequeño que había llegado a nuestras manos con tan sólo una mirada de frialdad y desinterés.

Para su primer cumpleaños junto a nosotros, Mangel y yo habíamos decidido regalarle una tabla de skate de acorde a su edad ya que solía usar la mía o una antigua que tenía guardada con las cosas olvidadas de mi vida y, a decir verdad, eran muy grandes para él. Por eso, el día de su cumpleaños lo llevamos a la mejor tienda de la ciudad para que eligiese la que él quisiera. Terminó eligiendo una bien simple pero una de las más caras. De todas formas, pagamos conformes el precio de su felicidad.

"Lo mejor para mi campeón" recuerdo que dijo Mangel al revolver el pelo de Tyson cuando salimos de aquel lugar quien llevaba una enorme sonrisa en su rostro.

Realmente estaba feliz con lo que había logrado a los largo de un año y medio; comprometerme y tener, al fin, una familia con la persona que mas amaba. La suerte estaba presente en mi vida desde aquel día en que decidí volver al departamento de Mangel para expresarle cuánto amor le tenía, y le sigo teniendo. Las peleas y discusiones ahora terminan en momentos tiernos y cargados de sentimientos entre medio de besos y caricias, desencadenándose en la cama. Obviamente, teníamos que tener cuidado de que Tyson no nos escuchase pelear o "arreglar nuestros problemas" ya que, por lo general, solíamos discutir cuando él se iba a la cama ya de noche.

No me puedo quejar de lo que tengo o de lo que me falta porque, con lo poco que poseo, soy feliz y considero que lo tengo todo; mi hombre y mi hijo son lo más importante en mi vida. Su felicidad es lo primordial y no dudaría en dar o hacer cualquier cosa por ellos. Son mi felicidad y daría hasta la vida por mis dos más preciados tesoros.

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Hola, mis amores!

*Le tiran piedras* ;-; perdón que no pude actualizar pero estuve muy ocupada con el tema de la universidad pero al fin terminé con los parciales de mitad de cuatrimestre (Yeiii!!) y podré volver a actualizar mas seguido!!!

Bueno, quería volver con un cap un poco mas light para que nos vayamos acomodando en el tema y así poder recordar y saber un poquito más sobre lo que pasó con Mangel y Rubius en todo el tiempo en que Samuel y Guille no se vieron, ya que su relación fue avanzando a pesar de los percances.

Como siempre, espero que hayan disfrutado del contenido y no se olviden de dejar un hermoso comentario n.n (si quieren ;-;) y votar con una hermosa y zukulentah estrellita n.n

Gracias por seguir conmigo! Los amodoro!

Debuh z4.

Mucho mas que un amor prohibido (WIGETTA LEMMON) [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora