Capitulo 23

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Narra Samuel.

No tengo explicación para lo que pasó anoche con Guillermo. No sé por qué fui yo el que empezó con el coqueteo y las provocaciones, pero necesitaba su contacto, sentir su olor, su calor, y cuando lo escuché gemir cuando me acerqué a su cuello sentí que estaba en el lugar correcto. Pero él me detuvo, ambos sabíamos que estaba a punto de suceder una locura si no me hubiese detenido pero me hubiese encantado terminar en la cama abrazado a Guillermo. Sólo lo necesitaba a él, sentir su cuerpo junto con el mío, sentir su respiración húmeda y caliente sobre mi pecho, sentir sus manos recorriendo cada rincón de mi cuerpo con locura... 

Luego de aquel abrazo que me había ofrecido Guillermo, nos separamos y nos quedamos mirando el uno al otro sin decir ni una sola palabra. No hacía falta. Nuestras miradas decían todo. Miedo, confusión, deseo, lujuria y mas miedo se hacían presentes en el ambiente del que ninguno de los dos quisimos escapar. Era bonito y horroroso a la vez, quería salir de aquella habitación, de aquella incómoda sensación, pero la mirada de Guillermo me transmitía algo de seguridad y eso era lo que hacía que permaneciera allí, sentado frente a él mirando su hermoso rostro de niño pequeño. Sus mejillas teñidas de un fuerte color carmín, sus ojos levemente rasgados y su pelo negro, revuelto hacían que me muriera de ternura. Necesitaba a ese chico entre mis brazos y jamás me cansaría de su presencia.

[...]

Por la mañana me levanté con un humor que flipas. Me sentía muy mal: me dolía la cabeza a horrores, los ojos me ardían de tanto que había llorado y me dolía todo el cuerpo por el hecho de que no pude descansar lo suficiente como para recomponerme. Realmente estaba agotado, y la idea de dormir con la camiseta de Guillermo cerca de mí no fue la mejor de todas.

Por suerte, hoy no me tocaba dar clases en el curso de Guillermo, pero aun así tenía que ir a trabajar. La mañana se me pasó muy lenta, parecía que el tiempo estaba en manos de un pequeño caracol que no avanzaba mas de diez centímetros por minuto. Joder, no se imaginan lo difícil que fue dar clases con éste ánimo pero aun así lo hice con la mejor cara que me salió.

Cuando por fin había terminado la rutina de hoy, cuando por fin salí del edificio hacía la puerta de entrada, cuando por fin pensé que iba a irme a descansar... ella.. mi novia me estaba esperando en la puerta de establecimiento con un bonito vestido corto y su cabello suelto. Al verme corrió directamente hacia mí y me rodeó con sus delgados y frágiles brazos, a lo cual yo la sujeté de la cintura respondiendo a su abrazo. Mi sonrisa fingida no se la creía ni Peter, pero era lo mejor que podía hacer por mi estado de ánimo. Ella, al soltarme, se dio cuenta de que no tenía muy buena pinta, por lo que me preguntó:

-¿Te encuentras bien, cariño?- y su sonrisa se borró para reemplazarla por una mueca de aflicción. 

-Sí, sólo que no eh podido descansar muy bien.- le mentí. Bueno, en parte le dije la verdad.

-¿Seguro? Te ves muy mal... Ven, vamos a mi departamento. Allí podrás descansar hasta que la cena esté lista. Hoy, quieras o no, te quedarás a cenar conmigo.- y me tomó de la mano, guiándome hasta mi auto.

-Vale.- fue lo único que dije. 

La verdad era que no quería ir a su departamento, pero tampoco tenía ganas de pelear con ella, ni con nadie. Así que me dispuse a ir y ella condujo hasta su hogar mientras yo pensaba en todo lo que me estaba sucediendo.

"¿Por qué me siento así? ¿Por qué me eh comportado así con Guillermo? Si yo tengo novia, ¿por qué deseo su cuerpo en vez de éste que está justo a mi lado? Joder, tengo que sacar de mi cabeza a ese chaval. Está poniendo mi mundo de cabeza y no me gusta. Todo lo que era antes de conocerlo ah cambiado completamente. Mi forma de ser, Mi simetría, mi orden, todo... hasta ah cambiado radicalmente mi orientación sexual. ¿Por qué no puedo ver con los mismos ojos a esta chica que está junto a mi? Necesito acercarme más a ella para poder sacarme la confusión que tengo con Guillermo. Si, seguramente todo ésto es una confusión; una muy fea y a la vez tan emocionante y prohibida. Necesito estar mas tiempo con mi pareja y menos con él; esquivarlo, ignorarlo... joder, es que va a ser muy complicado estando viviendo en la misma casa. Quizás me mude con esta hermosa chica que tengo junto a mi, que sé que me quiere sin condiciones. Pero está mi tío, no puedo dejarlo solo y menos en manos del inmaduro de Guillermo. Joder, no tengo opción... tengo que quedarme allí y aguantar lo suficiente hasta que alguien me reemplace o hasta que Guillermo ya sepa vivir solo sin depender de nadie, y eso va a ser en un largo tiempo ya que aún ni siquiera se cocina cuando tiene hambre y..."

-Ya llegamos.- me dijo con una enorme sonrisa, sacándome de mis pensamientos.

Bajamos del auto y entramos en completo silencio a su departamento. Yo me dirigí a la sala y me tumbé sobre el sillón, dejando a un lado el maletín, y ella se dirigió inmediatamente a la cocina.

-Amor, si quieres puedes dormir un rato hasta que la cena esté lista.- gritó desde la otra habitación.

-¿No quieres que te ayude en algo?- le pregunté desde la misma posición en la que me encontraba.

-No, cariño. Yo me encargaré de todo. Tú sólo duerme un poco...

Y otra vez los pensamientos volvieron a mi.

"¿Por qué no me apetece besarla? ¿Por qué no voy a la cocina como antes y la abrazo desde atrás? Simplemente no quiero, no me apetece hacerlo. No sé si es que ella ah perdido el encanto o es que ya no me interesa como antes. No lo sé, es todo muy confuso en mi mente. Sólo sé que tengo que alejarme de Guillermo lo más que pueda y tengo que volver a tener la misma relación que tenía antes con mi pareja..."

[...]

Me desperté por unos suaves besos en mi mejilla y en la comisura de los labios. Sonreí con los ojos cerrados al saber que se trataba de Guillermo quien me despertaba de la manera mas bonita del mundo.

-Despierta, cariño. Ya casi está la cena.- Ese no es Guillermo. Mis ojos se abrieron enormemente al escuchar la delicada voz de mi novia. ¡Joder! ¿Cómo pensé que podía ser Guillermo?

-Cl-claro.- le contesté incorporándome en el sillón y noté que se había cambiado su ropa por algo mas ¿sexy?.- Que linda que te has puesto.- dije por cortesía.

-Vamos.- me tomó de la maño y me guió hasta la cocina.- ven.

Cuando entré al comedor me quedé ojiplático. Las luces apagadas y la sala estaba iluminada por unas cuantas velas a través de toda la habitación, pétalos de rosas por el piso y por arriba de algunos muebles y una música romántica de fondo. La miré con los ojos muy abiertos mientras aún me sostenía de la mano y me mostraba una gran sonrisa. En ese mismo instante se acercó a una repisa y sacó una pequeña cajita aterciopelada y se arrodilló delante de mí.

-Sé que no es lo mas normal del mundo que una mujer haga ésto, pero como tú no lo haces lo haré yo... Samu, ¿quieres hacerme el honor de convertirte en mi esposo?

"¡¿QUÉ!?"

"..."

"¿¡Ahora qué es lo que hago!? ¡Joder!"

"Guillermo"

"¡Joder, Guillermo!" 

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Holiwis! n.n

Bueno, ya me pueden tirar con sus hermosas zapatillas, tablets, coches, libros, piedras, etc... ;-;

¿Se lo esperaban? Yo sé que no ;-; 

MINI-AVISO: En estos días, si no llego a actualizar, es porque ayer empecé con la carrera en la universidad y de verdad estoy agotada. Me tengo que acostumbrar a la rutina nuevamente y el sueño me gana a mil. Mañana tengo día libre así que voy a tratar de escribir más de un capitulo (quizás tengan uno al medio-día y otro por la noche).

Bueno, nuevamente gracias a los que leen y votan. Me hacen muy feliz, o sea, ¡400 lecturas ya y es mi primer fic! n.n

Recuerden que el capitulo 29 va con dedicación para aquellas personitas que quieran. Me lo hacen saber en los comentarios.

Pues, ahora sí, un bezaso, un saludo y chao chao!!

Debuh z4

Mucho mas que un amor prohibido (WIGETTA LEMMON) [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora