Capitulo 56

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Narra Samuel.

Desde el día en que me salí de mi boda, en el que dejé a Sofía en el altar, desde ese día en el que pensé por mí mismo, todo es más que perfecto. Guillermo y yo habíamos arreglado nuestros problemas y volvimos a vivir juntos en la casa de mi tío, y mas tarde se nos unieron Miguel Ángel y Rubén porque la casa era muy grande y solitaria para nosotros tres; y digo tres porque Guille había traído a Aqua, su hija, su pequeño ángel que apenas tenía un añito y medio de edad.

Todo estaba más que bien. Risas, juegos, y cuando se nos unieron nuestros compañeros junto con su hijo, Tyson, todo cobró mucha más vida que antes.

Esa misma noche, luego de que ellos se fuesen a dormir antes que nosotros, me encargué de acostar a Aqua en su cuna ya que se había quedado dormida en mis brazos mientras Guille y yo mirábamos un documental de la vida oceánica. Amo el mar y me gustaría poder, algún día, bucear.

Cuando volví a nuestra habitación, Guille ya estaba con su típica remera vieja y larga que llegaba a taparle su hermoso y apetecible trasero. Pensarán que soy un pervertido pero después de tanto tiempo es imposible no mirarlo a cada segundo y no querer devorar su cuerpo.

-¿Se ha quedado dormida o se ha despertado?- me preguntó Guille mientras se acercaba a mi, provocativamente.

-Duerme como un ángel.- le sonreí mientras rodeaba mi cintura con ambos brazos y me apegaba a su cuerpo.

-Siempre ha tenido el sueño pesado.- me aclaró sin más para soltarme y dirigirse a la cama.- No sé a quien ha salido.- y se metió bajo las sábanas dejando ver apenas su estómago con un simple movimiento. ¿Acaso me estaba provocando? Pero no, por mucho que quisiese probar su piel tenía algo mucho mas importante que hacer, algo que me estaba matando y que apetecía con todo mi ser.

Bajo la atenta mirada de Guille, me desnudé al otro lado de la cama y dejé mi ropa, bien acomodada, sobre la típica silla que todos tenemos en nuestra habitación. Me metí a la cama, apagué la luz del velador y Guille se acomodó en posición fetal para que me acercara a él y lo abrazase por detrás, lo cual hice gustoso. Inmediatamente, sus pies se enredaron con los míos y sus dedos de la mano se aferraron a la mía con fuerza para luego soltar un pequeño suspiro.

-Cariño.- le llamé un tanto nervioso.

-Dime.- su voz salió gangosa y mucho mas grave, quizás porque se estaba quedando dormido.

-Quiero un hijo contigo.- le confesé inseguro por miedo a su respuesta. Como imaginé, su cuerpo se tensó instantáneamente y giró su cabeza hacia mí, sin separarse.

-Pero tenemos a Aqua...

-Aqua es tu hija, Guille; tuya y de Luzuriaga. Yo quiero un hijo contigo, que sea de los dos, que lleve mi apellido y no el de alguien mas.- protesté en susurro en medio de la oscuridad.

-Samu...- suspiró.- tenemos demasiado trabajo con ella sola, imagínate dos.

-Lo sé, pero podríamos adoptar a un niño más grandecito. Hay muchos que no tienen hogar porque la gente prefiere a los bebés.- defendí mi idea.

-Samuel...- protestó.

-Vale, esta bien.- lo interrumpí.- como quieras.- y me solté de su agarre para darme la vuelta en la cama, dándole la espalda completamente dolido al no entender mi punto de vista.

Guillermo obviamente se dio cuenta de que eso me molestaba, por eso copió mis movimientos y me abrazó por detrás, susurrándome en la nuca y acariciándome con suavidad el abdomen.

-No entiendo por qué te pones así. Sabes que eres el padre de Aqua, ella te adora. No tendrá tu apellido pero tú eres su padre, el que la cuida, el que le da de comer, el que le juega...- en parte tenía razón, pero seguía siendo de él y Luzuriaga; eso me ponía muy celoso.- Ella ya te eligió, cariño.

Mucho mas que un amor prohibido (WIGETTA LEMMON) [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora