Narra Rubén.
Esa mañana, desperté lleno de alegría. Nunca había imaginado que llegaría ese día tan ansiado, tan esperado y tan inalcanzable para todos nosotros; pero llegó de la mejor manera posible y en el mejor momento de nuestras vidas. Era algo para celebrar.
Al despertar y, aún sin abrir los ojos, en mi rostro se dibujó una enorme sonrisa seguida de un "Buenos días" de la persona que más amaba. Mangel, que estaba a mi lado, me acarició suavemente el rostro al mismo tiempo en que yo acercaba una de mis manos hasta su brazo, acariciando su cálida piel.
-Buen día.- le contesté de la misma forma, todavía con los ojos cerrados y disfrutando de su contacto.- ¿Otra vez me haz estado observando mientras dormía?- lo interrogué al espiarlo con un ojo el cómo estaba acomodado en la cama, además de estar ya vestido. Era una costumbre que se le había pegado desde hace unos pocos meses. Adoraba verme dormir; decía que me parecía mucho a Tyson en ese aspecto, además del cómo me vestía y la manía del skate, que yo le impuse.
-¿Acaso no puedo ver cómo duermes?- me preguntó tranquilo, con su cabeza acomodada sobre su brazo y con su mano sobre mi mejilla.
-¡Claro que no, tío!- me quejé para darme la vuelta en la cama, dándole la espalda y cortando ese cálido contacto que nos unía.- Me incomodas...
-¡Ala! ¡Entonces me voy a dormir al sofá!- se quejó para levantarse de la cama pero, al tardar en ponerse los zapatos, me levanté de la cama, sentándome sobre el colchón y rodeando su cintura con mis brazos, jalé de su cuerpo con fuerza hacia mí para que se quedara en nuestra cama.
-¡Ven aquí, cabrón!- le grité al mismo tiempo en que su cuerpo caía sobre el mío.- ¡Tu no te vas a ningún lado hoy! Te quedarás todo el día conmigo.
-Pero sabes que no puedo, ¿verdad? Debo ir a casa de mi madre con Samuel y llevar a Tyson a lo de Frank.- me dijo aún estando el arriba mío, ambos mirando hacia el techo y sin las intenciones de que ese momento se terminara; sentíamos paz. A pesar de que Mangel es más grande que yo, físicamente, no me molestaba tenerlo así; pesaba, pero no me ahogaba.
-No quiero que te vayas.- me quejé al rodearlo nuevamente con los brazos, abrazándolo por detrás e impidiendo que se levantara de la cama, sabiendo que él tampoco quería marcharse.
-¡Aún no me voy!- rió.- ¡Tenemos que desayunar! Así que vete vistiendo que te espero en la sala.- me dijo para rodar en la cama, safándose de mi agarre, y levantarse sin ningún problema, saliendo de la habitación.
-¿No puedo bajar así?- le pregunté mientras Mangel atravesaba la puerta y yo me sentaba en medio de la cama, tapando mis viejos boxers y una camiseta de Mangel que yo usaba para dormir.
-Si quieres que medio mundo te vea en pijama, baja así. Iremos a desayunar fuera; sabes que mi fuerte no es la cocina.- me aclaró para desaparecer de mi vista.
-Vale.- dije una vez sólo en el cuarto, mirando a ambos lados de la cama en busca de mi ropa.
La verdad, tenía cero ganas de levantarme, de perder el calor que había dejado Mangel entre las sábanas y de todo lo que fuese relacionado con salir de la cama. Sí, así de vago soy. Pero debía levantarme, no podía quedarme en la cama ese día.
Me levanté, perezosamente, y caminé por la habitación arrastrando los pies por la alfombra. Como ese era un día especial, opté por ponerme mi camiseta favorita, muy elegante, y los jeans que tanto le gustaban a Mangel; casual pero a la moda y con estilo. Quería lucir bien. Me duché rápidamente y me vestí dentro del baño. Me perfumé, me cepillé los dientes, me peiné y bajé al salón en dónde Mangel me esperaba con una rosa roja entre sus dedos, parado junto al sofá.
-Es para ti.- me dijo cuando me acerqué a él mientras me extendía la hermosa flor.
-Gracias.- le contesté avergonzado. No sé cómo todavía me sigo sonrojando con sus actos tiernos; llevábamos, casi, cuatro años juntos en ese entonces.
-¿Vamos?- me preguntó al mismo tiempo en que me extendía el brazo para que lo cogiera.- Nos esperan.
-¿¡Cómo que nos esperan!? Mangel, ¿a dónde me llevas?- pregunté confundido, cogiendo su brazo para caminar a su lado.
-Sólo vamos a la cafetería; tenía que encargar el desayuno con anticipación.- me explicó mientras caminábamos hacia la entrada.
-Vale.- Y así partimos camino a la cafetería. Mangel había decidido ir caminando ya que quedaba a unas pocas calles de casa, pero no dejaba de sudar y ojeaba su móvil a cada minuto.- Mangel, cariño, ya cálmate. Estará todo bien; no te preocupes.
-No, no estoy nervioso.- me contestó al borde del colapso.- Sólo que quiero que todo sea perfecto para ti.- comentó mirando el suelo mientras caminaba.
-Si es contigo, todo es perfecto.- le animé.
En ese instante, sus ojos se clavaron en los míos y sus brazos rodearon apresuradamente mi cintura, haciendo que mi espalda se encorvara hacia atrás para poner un poco de distancia entre nuestros rostros.
-Es por eso que te amo, que te elijo cada día a ti.- me dijo casi en un susurro para, luego, darme un corto beso en los labios, seguido de un apretón en una de mis nalgas por sus manos escurridizas que se deslizaron hacia mis pantalones.
-Valla cambios de humor que tiene, señor pervertido. Estamos en medio de la calle.- le dije mientras empujaba su pecho hacia atrás, cortando su abrazo y continuando nuestro camino.
-¿Te molesta que alguien nos vea?
-Sinceramente, no. Pero la gente habla, Mangel; inventa cosas y no quiero que un simple rumor arruine todos los planes que tenemos.- le contesté mientras caminábamos.- No soportaría que nos peleáramos por comentarios inadecuados.
-Cariño,- se detuvo en seco al mismo tiempo en que se puso delante de mi- nadie, jamás, va a separarnos. Nunca.
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Holaa, amores!
Lo sé; mil perdones por el retraso pero es que estoy viciada con un maldito juego en la pc y cada vez que digo "voy a escribir", me mira el iconito del juego y me tiento :( COSAS DEL DIABLO u.u
En fin, gracias por sus votos, por sus coments y sepan que estoy trabajando en cuatro cosas que empezaré a publicar una vez termine éste fic... Un poco de Wigetta, algo de Zeuspan (Si, no me jodan. Zeuspan es mas real que mis tetas), uno relacionado con el papitoh de Luzu... Un poco de todo n.n "Para gustos, colores".
Un bezaso, un saludo y hasta la próxima!
Debuh z4
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Mucho mas que un amor prohibido (WIGETTA LEMMON) [Completa]
Fiksi PenggemarCada uno escribe su propio destino.