Yo Soy Belieber-Justin Bieber y tu

Capitulo 42

—¿Qué? No, es falso. Hace mucho tiempo que no tengo novio. –respondí sincera.

—Ahí tienen chicas, no tenía novio hace mucho tiempo. –dijo Justin, calmado.

— ¿Por qué preguntan eso? Es decir, ¿tanto me odian? –no me gustaba la idea de que me odiarán la verdad, Justin seguía siendo mi ídolo y lo podíamos compartir.

—No te odian, ____. –dijo Justin. — ¿Verdad que no la odian?

—No preguntes esas cosas. 

—No te odian, incluso te quieren mucho. 

—Está bien. Yo también las quiero. –dije tranquila. —Me tengo que ir, mi mamá ha llegado.

—No te vayas. 

—Hablamos luego ¿si? 

—Okey, yo te llamo. –dijo Justin.

—Te quiero. –corte la llamada.

Mamá había llegado así que baje a saludarla hace bastante tiempo que no pasaba con ella, y creo que ambas nos necesitábamos aunque fuera cinco minutos.

—Hola mamá. –salude contenta.

—¿Cómo va todo bebé? –ella era tan cariñosa conmigo.

—Genial. –dije sonriente.

—Algo no va bien, tu sonrisa no es completa.

—Ya sabes, extraño a Justin y eso… 

—Me lo imaginaba. –dijo ella sonriente. —Pero se verán pronto ¿no es así?

—Eso me dijo él pero la verdad es que no lo sé, espero y que pueda venir.

—Sabes bien que están las puertas abiertas para él.

—Pero mamá es Justin, seguridad, más de cien personas con él…

—¿Y qué tiene? Él se puede quedar aquí en casa y el resto de su team en algún hotel.

—La verdad es que es fácil decirlo, a mí también me gustaría que fuera así, pero ya sabes… Justin en un país de Latinoamérica, difícil.

—Eso es lo malo, como las chicas no están acostumbradas a verlo, se vuelven locas. –dijo mamá negando.

—Tú también te volverás loca cuando lo conozcas.

—Ya estoy vieja, eso no es lo mío.

—¿Y cuando veas a Scooter? –pregunté riendo.

—¡____! ¿Cómo se te ocurre pensar esas cosas?

—Solo digo.

{{}}

El viernes había llegado y estaba feliz, por la tarde no tendría clases ya que nos daban libre. Al llegar a casa, almorcé rápidamente y fui a mi habitación. Prendí mi computador y busque si Justin estaba conectado por alguna red social, cuando lo encontré en Skype mande una invitación que a los minutos correspondió.

—Hola cariño. –dije empezando una conversación.

—Hola amor. –dijo Justin con voz ronca.

—¿Estabas durmiendo? –pregunté. 

—Sí, acabo de despertar. Estoy realmente agotado.

—¿Por qué tanto? ¿Mucho trabajo?

—No es tanto el trabajo, es solo que me quedo hasta muy tarde.