11 Capitulo (2temporada)

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Los días no pasaban rápidos, eran lentos y aburridos. No como yo me los imaginaba. Lo que hablábamos con Justin eran monosílabos. Sí, no, no sé. Nada era igual, él era cariñoso conmigo ¿Pero yo? Yo era todo lo contrario, no digo que era fría pero estaba tan dolida que no me salía nada igual.


— ¿Cuándo nos vamos? –pregunté.

— ¿Te quieres ir? –respondió con una pregunta.

—Sí.

—Hoy en la noche nos vamos.

—Está bien.

Me dirigí a la cocina para hacer algo de comer, también cocinaba cosas para Justin, no era tan mala. Seguíamos durmiendo juntos y todo pero era como si fuéramos unos completos desconocidos.

—Hola mamá. 

— ¿Cómo estás? –preguntó desde la otra línea.

—Umh, bien, supongo. ¿Tú cómo estás? 

—Bien, pero a ti no te escucho bien. ¿Pasa algo? –las madres siempre saben todo.

—Muchas cosas, pero hoy llego y te podré contar bien. Aunque quizá no te guste mucho la idea, pero no hay más opciones.

—Me estás preocupando. ¿Qué ha pasado? 

—Te cuento cuando llegue mamá, cuídate te amo mucho. 

Corté el teléfono sin dejar que me contestara, quería llorar. Malditos sentimientos. Preparé algo para comer y me senté a la mesa cuando Justin entró a la cocina.

—No tienen porqué irse de mi casa, me puedes esperar ahí si quieres.

—No gracias Justin, no viviré en tu casa, me devolveré a la mía. Gracias igual.

—____ ¿por qué haces esto tan difícil? 

—Yo no lo estoy haciendo difícil, lo único que haré será devolverme a ____, nada más.

—Pero te puedes quedar a vivir en mi casa, solo estaré un año afuera nada más.

— ¿Tú crees que soportar un año sin ti es muy fácil? No Justin no es fácil. –tome de mi jugo, mientras él me miraba.

—Tampoco será fácil estar un año a tanta distancia.

Me encogí de hombros. —Tú te quieres tomar el descanso yo no.

—Nunca se puede hablar contigo.

—¿Nos podemos ir rápido? Quiero irme. –hice morros.

—No, no podemos y no cambies el tema.

—Joder, -frote mi sien.- no quiero seguir hablando contigo, quiero irme y ya.

—¿Para que irte? Si luego te devolverás a ____.

—Por lo mismo. Vámonos ya, fue una mala idea venir aquí.

—Deja de comportarte como si tuvieras 3 años. Compórtate una persona madura, hablemos como adultos que somos.

—Yo no soy madura ni adulta, así que…

—¡_____ MALDITA SEA! –gritó.- Deja de comportarte de esta manera.

—Si tú quieres que yo deje de comportarme así llévame a casa luego, no soporto estar aquí.

—¿Ya no me amas? –preguntó. Su tono de voz se había calmado y ahora sonaba triste.

—Por favor Justin, no seas estúpido.

—Respóndeme. ¿Ya no me amas? 

—No hagas preguntas tontas.

Subí dejándolo solo en la cocina. ¿Cómo preguntaba esas cosas? Era obvio que lo seguía amando. 
Guarde lo que me quedaba por arreglar y luego me acosté a escuchar un poco de música. No sé cuánto tiempo paso pero Justin llego a mi lado.

—Ya nos vamos. –dijo frío.

—Bien, bajaré mis cosas.

—Yo te las llevaré, anda.

Baje y en dos minutos ya estábamos de regreso a Calabasas. El camino fue silencioso, pero esto ya no era cómodo, era incómodo. Lo odiaba.

—Llegamos.

— ¿Me abres el maletero por favor? –pregunté.

—Bájate, yo bajo lo demás.

Baje sin decir nada, y entre a la casa. Ahí estaba Pattie, mi mamá y mi hermano. Al parecer Jeremy con los pequeños ya se habían marchado.

—¡Hola! –Pattie me saludo con una sonrisa.

—Hola. –trate de imitarla pero no salió.

—¿Cómo se la pasaron? –preguntó mi mamá. 

—Bien. –susurre, en ese momento entro Justin.

—Hola. –saludo él. Se acercó a Pattie y donde estaba mi mamá para saludarlas con un beso en la mejilla.

—Qué bueno que están aquí. –dijo mamá.- Los extrañábamos. 

Reí sin ganas. –Nosotros también. 

—¿Tienen hambre? –preguntó Pattie.

—No, yo no. –respondí. –Iré… iré a mi habitación.

Luego tendría que contarle todo a mi mamá, decirle que nos tendríamos que ir y que todo volvería a la normalidad. Era extraño estar sola en esta casa, en “mi pieza”. Ordené algunas cosas que tenía y guarde todo en la maleta, nos teníamos que ir lo antes posible.

— ¿Qué haces ordenando, ____? –mamá entro a mi pieza.

—Qué bueno que has venido. Tengo que hablar contigo.

—Cuéntame que ha pasado.

—Justin se irá a Canadá por un año. Tenemos que volver a ____. ¿Está bien?

—Pero ¿cómo? –preguntó confundida.

—Nos vamos mamá. –dije. –Ordena tus cosas, tenemos que irnos lo antes posible. Yo no quiero seguir aquí.

— ¿Han terminado? 

—Aún no, luego lo haré o no sé… No me preguntes eso porque es difícil de responder.

—____ no podemos irnos así como así, tienes que avisarle.

—Él ya lo sabe, ahora tú habla con Pattie.

—_____, tienen que hablar. 

—No mamá. Se acabó y punto yo no seguiré viviendo aquí si tú te quieres quedar te quedas pero yo me voy.

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Narra Justin.

Esto tenía que ser una pesadilla. No podía ser verdad, ella se había vuelto todo para mí y no la podía perder.

—Hola bro. –dije.

—Justin estoy ocupado. ¿Pasa algo? –dijo Alfredo.

—Sí y tú eres el único que me puede ayudar. 

—¿Qué te paso? 

—Es ____, se va a ir. Le dije lo del descanso y ahora se quiere ir.

—¿Y qué quieres que haga yo? Ella toma sus decisiones por si sola Justin.

—Ayúdame a que no se vaya, Fredo ella es todo para mí.

—Me gustaría ayudarte Justin, pero no sé qué hacer.

—Convencerla de que no se vaya.

—Trataré pero no te prometo nada.

—Gracias Fredo, ojalá puedas hacer algo.

—Eso espero. –cortó la llamada.

Decidido a hablar con ella me dirigí a su habitación. Cuando vi que estaba guardando sus cosas mí corazón dio un vuelco de más de 360 grados.

— ¿Qué estás haciendo? –pregunté.

— ¿No te enseñaron a tocar la puerta? –esquivó mi pregunta.

—No, no me enseñaron. ¿Qué estás haciendo? –pregunté nuevamente.

—Para más ahora eres ciego. –susurro para ella misma, pero logré escucharla. –Mis maletas, por si no te das cuenta.

—Maldita sea. –susurre. –No me puedes hacer esto, tienes que quedarte.

— ¿Me lo dice el que se va por un año? –se estaba burlando de mí y yo no aguantaría, no tenía paciencia.

— ¿Sabes qué? –mi paciencia se había ido de una vez y estaba furioso.

—No, no sé. –respondió burlona.

—Haz lo que quieras, vete, a mí me da igual. Yo haré mi vida y tú has la tuya.

—Eso iba a hacer, haré mi vida.

—Después no me busques. –dije brusco.

—No te voy a buscar, quédate tranquilo.

—Ojalá te vayas lo antes posible. 

—Eso es lo que voy a hacer, no te preocupes.

—No sé cómo me fije en ti. –estaba siendo demasiado duro con ella.

— ¿Por qué no te callas y me dejas hacer mis maletas tranquila? 

Salí de la habitación, esto era algo obvio… Lo que alguna vez tuvimos había terminado. Ella se iría, haría su vida nuevamente y se olvidaría de mí. «Es momento de dejarla ir Justin.» susurro esa maldita voz, pero sí, tenía razón… Era momento de dejarla y olvidarme de ella. Solo fue una fan más.

Yo Soy Belieber-Justin Bieber y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora