Yo Soy Belieber-Justin Bieber y tu

Capitulo 46

—Amor, ¿te puedo hacer una pregunta? –dijo Justin.

—Sí. ¿Qué pasa?

— ¿Cómo te puedes vestir así? –preguntó Justin- Es decir, todos estos yo mirándote. ¿No te incomodan? 

Yo reí. —No me incomodan, para nada.

—Es… es extraño, apenas podía dormir anoche.

— ¿En serio? Lo siento mucho. Yo ya me acostumbre.

—Jamás pensé que tendrías tú habitación así. Está llena de “Justin’s” 

—La verdad es que así queda linda. –dije sonriendo.

—Tiene swag, eso es lo mejor.

Para no aburrirnos pusimos música, mientras que a Justin le daban sus pequeños ataques. Hacia unos pasos de bailes que no se imaginan, estaba con un gran ataque de risa que no lo podía para nadie.

—Ju… Justin para, en serio. –reí más fuerte- me duele todo.

—¡SO CALL ME MAYBE! –Justin canto mientras bailaba.

— ¡Justin para! –grite riendo.

—Ven a bailar conmigo.

—No puedo, Justin me… me duele.

—¿Qué te duele? –dejo de bailar y se acercó a mí.

—El estómago, tus bailes me dan ataques de risa, y la risa hace que me duela. –seguí riendo- no puedo parar. 

—Respira, respira… tranquila.

—¡Todo es tú culpa Justin! –grite a la vez que reía.

—Ya ya lo siento. 

No podía dejar de reír, su cara de preocupación, aparte de sus bailes. —¡Haaaaaay! Es que no puedes. 

—¿Qué te pasa? 

—Recuerdo tu baile y no puedo para de reírme. 

—Ya cálmate, no fue para tanto. –Justin se sentó a mi lado.

—Debí de haberte grabado, Justin en serio parecías cualquier cosa ahí bailando… -reí.

—¿Qué parecía? –preguntó con una sonrisa.

—No lo sé, jamás te había visto así.

—Bueno no me has visto en varias cosas. –movió sus cejas repetidamente.

—¡Cochino! –le pegue un manotazo.

—Au, tienes la mano pesada. –se sobo el brazo.

—Para que aprendas.

—¿Qué haremos hoy? 

—¿No quieres seguir bailando? –pregunté riendo.

—No gracias, mi hora de baile ha terminado.

—Ah pues, entonces no sé.

—Estoy aburrido. –dijo jugando con mi cabello.

—¿Qué quieres hacer?

—No sé, hace calor también.

—No tengo piscina, bueno tengo pero aún no está armada.

—¿Guerra de agua? –entrecerró sus ojos y me miró con una sonrisa.

—¿Eso es lo que quieres Bieber? –pregunté desafiándolo.

—Eso quiero Morrison.

—Bien, nos vemos en el patio en diez minutos.

—Ahí estaré. –guiño un ojo juguetonamente.

Corrí a cambiarme ropa, me puse el primer bikini que encontré y llene botellas y algunos globos que tenía. Los puse en un balde lleno de agua mientras esperaba a Justin.

—Estoy lista. –dije firme.

—¿Qué? No… pero… esto es trampa.

—¿Por qué trampa? 

—Primero porque estás en bikini.

—¿Qué tiene que ver eso? Tú estás en traje de baño y no me quejo.

—Es diferente, no me podré concentrar.

—Ya ¿por qué más es trampa? –dije desafiándolo.

—Porque tienes botellas y globos llenos de agua.

—Ya…

—Yo no tengo nada. 

—¡No es mi culpa! –dije riendo. 

—Claro y ¿con que piensas que te mojare? 

—Con la manguera.

—¿Cuál de las dos?

—Ya empezaste… -negué con la cabeza. –Siempre te pones pervertido, me carga.

—Sabes que te gusta que sea así, no te hagas la santa.

—Una vez está bien, pero después siempre te pasas.

—Ya tranquila. –se acercó a mí y me abrazó. —¿Sabes? Hueles muy bien.

—Gra… gracias.

—Pero el olor se te quitara ¡Ahora! –grito y me reventó un globo en la cabeza.

—¡Justin! –grite- Maldito. –agarre una botella mientras lanzaba agua para todos lados.

—Eres tan pequeña, no me alcanzarás, tontita.

—Ja ja ja, chistoso.

—Atrápame si puedes.

El patio no era tan chico después de todo, y Justin tenía por donde correr. Agarre la manguera mientras lo salía persiguiendo y tiraba agua. Justin no paraba de correr y lanzar agua con las botellas. 

—No puedo más, no dejas de correr. –dije cansada. 

—No seas flojas, claro que puedes.

—No en serio, me rindo.

—Vamos gordita, ven conmigo. –dijo cariñoso.

Camine hacia él. —Corres mucho tonto.

—Esa era la idea, princesa.

—Sí pero no recorrer el patio entero.

—Quería mojarte. 

—Y vaya que me mojaste. –dije riendo.

—Tú también lo hiciste.

—Pero no tanto como tú, Justin.

—No te quejes, ya habrá más tiempo, ahora entremos a secarnos.

—Está bien. –Justin beso mis labios cortamente mientras me envolvía en una toalla.

Al entrar a casa Justin subió a mi habitación a cambiarse mientras yo buscaba mi ropa. El timbre sonó y tuve que correr a abrir.

—¿Kristen? ¿Qué haces aquí? –preguntó.

—____... menos mal que te encuentro.

—¿Qué paso? –dije preocupada. –Pasa, toma asiento.

—Gracias. Hey, tengo que decirte algo pero no te pongas triste ¿si? 

—¿Qué pasa Kristen? Me preocupas.

—Es sobre Justin.

—¿Qué pasa con Justin? –pregunté preocupada.

¿Que pasara con Justin? ¿Que habra hecho? ¿Le fue infiel? ¿Sabra que justin esta en tu casa?
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