Despertaba abrazada a Kaled, me parecía un sueño estar frente a él. Llegar a mi puerta sin avisarme, sin una llamada... pero no quería quejarme ni parecer aburrida, estaba feliz de verlo.
Me quede muy quieta mirándolo, aun dormía, su respiración suave, los músculos de sus brazos y su pecho bien definidos, su color de piel bronceada, esos labios rosados y suaves, ¡Oh, Dios!...es tan bello, susurraba en mis pensamientos, no podía dejar de mirarlo, el perfil de su nariz, tan perfecta sus cejas y sus pestañas, y no podía imaginar como había podido todo este tiempo vivir sin él.
Despertaba y lo besé dulcemente en los labios mientras acariciaba su cabello, él sonreía, casi al instante su semblante cambio, yo me levanté y fui a buscar unas batas para él y para mi, entre a la habitación de Kala, aun dormía, cerré la puerta con sutileza para no despertarla. Y regrese con Kaled, teníamos que hablar. Y nos sentamos en el sofá.
Desde el primer momento que estuvo de pie en mi puerta, palpé la fragilidad de su corazón, lo vi en sus hermosos ojos azules, que pensé, no contemplaría jamás, estaba escrito en su mirada, su tristeza. Era evidente que a él lo consumía el deseo de hablar y desahogarse, y sin embargo nunca le pregunte, ni lo presioné, simplemente espere a que él estuviera preparado para contarme todo lo que había sido su vida después del accidente. ¿Porque se casó con Samira? ¿la amaba? Tenía tantas preguntas, pero hice silencio y lo escuchaba con atención.
Y así, lentamente su corazón se fue abriendo hasta dejar salir cosas que tenía guardadas muy dentro de su interior y que nunca quiso compartir con nadie, a pesar de que sabía que lo necesitaba más que nada en el mundo, no solo porque lo hacían sufrir mucho, su madre la causante de ese inmenso dolor, le dolía profundamente su traición, lloraba cómo un niño contándome lo que sufrió al recordarme, y al ver lo que había hecho, haberse casado con Samira, engañado por su propia madre.
Luego de desahogarse conmigo, fue como si se liberara de sí mismo, él literalmente me enseño a hablar, a entregarlo todo, a respirar con él y a llorar con él. Fue tan mágico que para ambos que "no existía nada debajo de las estrellas que pudiese pagar la inmensa deuda de amor, ternura, confianza y sobre todo de reconciliación que nos regalamos desde ese momento.
Ni un solo reproche salió de mi boca, solo quería comprenderlo y amarlo, los dos habíamos sido víctimas de la crueldad de su madre. Quise liberarlo de tanto sufrimiento, dándole la noticia que sabía transformaría su vida. Era hora de presentarle a su hija y compensar todo lo que sufrió; con la alegría de saber que era papá.
-Mi amor quiero mostrarte algo que el día del accidente iba a entregarte. Le decía mientras me levantaba del sofá y fui a mi habitación a buscar lo que me urgía mostrarle.
Le entregue en sus manos una cajita blanca con una tarjetita que decía:
-Qué es esto mi amor. Decía curioso mientras soltaba la cinta que mantenía pegada la tapa.
Su mirada irradiaba algo excitante y de asombro al sacar los zapatitos de bebé, me miraba abriendo sus hermosos ojos azules, bajo la mirada para sacar el papel, lo desdoblaba temblando, fue maravilloso verlo emocionado casi imaginando de que se trataba...
-Es una prueba de embarazo, -positiva- Dijo visiblemente emocionado. Y volteo a verme, con un aura tremendamente sublime, su rostro estaba iluminado y no se atrevía a preguntarme por su hijo...
Me levanté del sofá y lo tomé de la mano y le dije, vamos mi amor. Él sin preguntar se levantó y me siguió hasta la habitación de Kala.
Abrí la puerta y deje que pasará el primero, era el momento más hermoso que pude experimentar en mi vida, sus ojos se humedecieron mientras caminaba hacia ella, se arrodillaba al pie de la cama de mi pequeña Kala, que aun dormía.
Él no hacía otra cosa más que mirarla en silencio mientras sus lágrimas salían sin control, él estaba tan emocionado como yo, que lo miraba desde atrás, este era su momento, su encuentro por primera vez con su hija.
-¿Como se llama mi amor? Alcanzó a decirme entre sollozos.
-Se llama Kala, como me lo pediste mi amor...
Tomó su manito y la beso, ella se despertaba, él tenía su cabeza baja besándole la mano, al levantar la mirada, esos enormes ojos azules de Kala se fijaban en los suyos, fue mágico para los dos, era como si kala lo reconociera, y levantándose de un brinco de la cama corrió a buscar una fotografía de Kaled que estaba en la mesita de noche y le dijo a él señalando la foto:
–Papà... Ella lo reconoció y se lo estaba diciendo.
Kaled aun arrodillado en la cama lloró de la alegría de escuchar a su hija llamarlo papá.
De la manera más tierna Kala se acercó a él y lo consolaba tomándolo por su cabeza y besándolo en la frente... no pude evitar llorar al ver el lazo de amor entre ellos, que no se habían visto nunca y se amaban tanto. Kaled se dejaba consolar por ella, que lo acariciaba dulcemente, era hermoso verlos en ese primer contacto...
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Eternamente tuya
RomansaCuando el tiempo ni la distancia pueden contra un sentimiento tan fuerte, que hasta la maldad termina inclinándose en una reverencia ante el... SE PROHÍBE TODA ADAPTACIÓN O COPIA DE ESTA OBRA. REGISTRADA EN SAFE CREATIVE. asegurada bajo At...