El sujetaba mi mano y se abrió paso entre los guardias de seguridad, íbamos hacia la puerta de su habitación, mientras le decía al jefe de seguridad, dígale a Yago que yo corro con toda la responsabilidad sobre esta chica, miré hacia atrás vi a la chica siendo escoltada hacia la habitación del viejo depravado, sentí pena por ella, ella giro su cabeza a mirarme íbamos en sentido contrario, torció su boca y asintió con su cabeza sus ojos se entrecerraba y con sus gestos entendí que me amenazaba.
Entramos a la habitación de aquel hombre, era exactamente igual a la anterior, me quedé petrificada con la espalda pegada a la puerta, no quise asegurar la puerta por si tenía que correr nuevamente. Cruzaba mi minúscula bata tratando de cerrarla más y me abrazaba a mí misma, él descorchaba una botella de vino, que tomo de la hielera encima de la mesa donde se podían ver bocadillos variados, frutas y sirope de varios sabores, igual que muchísimos juguetes como esposas para las muñecas, fuetes, antifaz para cubrir los ojos entre muchas cosas más que no logré detallar. Mi atención se centró en él, era impresionante el parecido con Kaled. Era de la misma estatura y contextura, estaba de espalda y me parecía estarlo viendo a él, mi adorado príncipe.
Sirvió dos copas y volteo a verme, sus ojos azules me daban una sensación de paz, increíblemente me sentía segura aquí con él.
Caminó hacia mi sin quitarme los ojos de encima, por un momento me sentí atraída, pero era solo eso, el parecido que tenía con Kaled era lo que llamaba mi atención, quedo unos minutos frente a mí, con una mirada penetrante, levanto una de las copas ofreciéndomela.
– No bebo- Dije y me miró asombrado, no dejaba de sonreír.
– ¿Sabes que aquí uno de los trabajos de las chicas es ofrecer y pedir tragos para que haya consumo?-
– Aquí estoy de paso, pronto me iré a casa- Él se rio con fuerza ante mi comentario y acercó la copa a sus labios para probar un sorbo.
– Sabes que aquí cobran por horas, y el tiempo corre- Me insinuó.
– Estoy casada, amo a mi esposo, no me obligaran hacer lo que quieran- Él me miraba extasiado y asombrado. Me dio la espalda y avanzó para colocar la copa en la mesa, y girándose sonreído dijo.
– Tienes agallas, me impresionas, pero eso aquí no te ayudará, al contrario puede llevarte a la tumba. Y se acercó a mi pasando una mano encima de mi hombro para luego apoyarla en la puerta que obviamente se había dado cuenta que la deje abierta a propósito. Y la cerró. Alelándose al instante de mí.
– Ayúdame a escapar por favor- Le rogué en un momento de debilidad...
– Puedo conseguir dinero a cambio que me ayudes a salir de aquí- él sonreía sin dejar de mirarme, se veía un hombre culto e inteligente, por su traje de diseñador, podría pensar que era millonario, pero aun así no deje pasar la oportunidad de ofrecerle dinero a cambio de mi libertad y al mismo tiempo me preguntaba ¿Si tiene dinero, y era un hombre tan encantador e interesante como podía venir a estos lugares a buscar mujeres? si con solo sonreír tendría a sus pies la que él quisiera. Interrumpió mi ensimismamiento con una pregunta.
– ¿Cómo te llamas?- Por un minuto pensé en decir mi verdadero nombre, pero preferí guardármelo.
– Sofía... Sofía Carpenter.
– ¿De dónde eres Sofía...?
– Soy de New York. – la única forma que puedo ayudarte es pedirte como mi dama de compañía permanente, así ningún hombre podrá tocarte... Solo yo- Me miró con lujuria.
– No seré la mujer de nadie, ya tengo esposo, prefiero morir.... Y por favor no vuelvas a repetirlo. Pensaré que jamás te escuche decir eso.
– ¿Tanto lo quieres?-
– Así es, él es irremplazable, el único que amaré por el resto de mi vida.
– Y será bien corta; según veo... Si yo te retiro mi protección y no haces lo ellos te piden, difícilmente sobrevivirás-
– Estás en tu derecho, puedes llamarlos y retirarme tu protección pero no seré ni tuya ni de nadie.
– Estas personas son muy peligrosas, no sabes a lo que te enfrentas-
–Me arriesgaré, gracias de todas formas por haberme ayudado allá afuera-
El tomo el teléfono y me miraba fijamente a los ojos podía ver su admiración en ellos y una sonrisa con la que desafiaba mi osadía. Respire profundo, miró mis pechos inflarse tomando aire, estaba aterrada pero decidida, no me dejaría tocar por nadie; por lo menos viva no, él me escudriñaba de pies a cabeza, su mirada se deslizaban a cada rincón de mi cuerpo para finalmente detenerse en mis ojos. Sujetaba con su cara y hombro el teléfono celular manteniéndolo en su oído, esperaba ser respondido mientras acomodaba las yuntas de oro de su camisa. Cuando de pronto contestaron.
–Quiero hablar con Yago- Un largo silencio me ensombreció el rostro; él me entregaría a la boca de los lobos, temblé por dentro, y no demostré que estaba aterrada y mantuve mi postura. No dejaba de mirarme con esos ojos azules profundo que tanto me recordaban a Kaled. Y rompió el silencio, dejándome helada con lo que salió de su boca.
–Si Yago, quería pedirte a la chica Sofía Carpenter... La quiero como mi dama compañía permanente. Pagaré lo que sea por ella- Escucho por unos segundos lo que decía la otra persona en la línea. Y soltó una risa sonora de repente.
–Sí, así es... Me enamoró, y quiero que sea solo mía- Lo miré con la boca abierta y con asombró ¿Qué estaba haciendo? Colgó el teléfono y me miro con una sonrisa en los labios.
– ¿Qué significa eso? Pregunté intrigada y molesta.
–Significa que compre tus deseos y que estas en deuda conmigo-
–No te obligare hacer nada, que no desees. Solo tienes que quedarte conmigo en la habitación por el tiempo que yo decida todos creerán que te hago el amor, cuando en realidad perderemos el tiempo charlando.
–¿Porque haces esto?
–Tal vez porque me gustas mucho y tengo la esperanza que en algún momento te sientas atraída por mí, o tal vez sea un tonto iluso que terminará lastimado otra vez.
–¿Otra vez?- Pregunté curiosa
–Es un cuento largo y aburrido- Lo dijo en tono lastimoso.
–¿Cómo te llamas? Pregunte con una voz conciliadora me dio pesar, no sabía por lo que había pasado, pero tal vez ese era el motivo por el que buscaba mujeres aquí.
– Alex... Alexander pero todos me dicen Alex-
–Gracias... Alex, nunca olvidaré lo que has hecho por mí- Y levantando la copa al aire, sonrió dando otro sorbo de vino a su boca.
Gracias por el apoyo...este bombonsito quiere ligarse a Alejandra, es una chuleria tanto o mas que Kaled... me encantan los hombres que miran asi, enamoran con solo verlos a los ojos... bueno, a ver que pasa.... mientras por favor déjame tu estrellita y continua apoyando la historia...gracias!
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Eternamente tuya
RomanceCuando el tiempo ni la distancia pueden contra un sentimiento tan fuerte, que hasta la maldad termina inclinándose en una reverencia ante el... SE PROHÍBE TODA ADAPTACIÓN O COPIA DE ESTA OBRA. REGISTRADA EN SAFE CREATIVE. asegurada bajo At...