Kaled se queda mirándola fijamente, y suelta la perilla de la puerta dirigiéndose de vuelta hacia ella.
—Te escucho, ¿sabes dónde conseguirlos? — las lágrimas de Kenia escurren el rímel negro por sus mejillas.
—Conozco alguien que puede llevarte a un lugar donde él se aparta del mundo, si siguen aquí en Hong Kong, lo más probable es que este allí—
— ¿Quién es? —
—Primero ayúdame a salir de aquí y llévame contigo, ese hombre nos llevará hasta ellos—
— ¿Cómo sé que no me engañas... y solo quieres que te ayude a salir de aquí? —
—Tendrás que confiar en mí, créeme que no hay nadie más interesada en conseguirlos que yo—
****
La noche había llegado, daba vueltas en la cama sin lograr conciliar el sueño, Kaled estaba cerca, tal vez más de lo que yo imaginaba, y eso me tenía a la expectativa, me levanto de la cama y camino hacia la piscina fuera de la casa, la luna brillaba en el cielo despejado, miles de estrellas titilaban en el manto aterciopelado del universo, descalza y con solo la playera que cubría mi panty pienso en sumergirme en la piscina iluminada con luces azules desde el fondo, era un espectáculo, me invitaba a nadar, miró a mi alrededor, la soledad reinaba, saque la playera de mi cuerpo y solté la coleta que sostenía mi cabello recogido, desbordándose encima de mi pecho desnudo, entro con cuidado de no salpicar el agua no quiero despertar a nadie, nadaba sobre mi espalda, trataba de no hacer mucho ruido con el chapotear de mis piernas sobre la superficie del agua, mis pezones se erizaban al sentir la brisa fría de la noche, la piscina era climatizada y estaba deliciosa, cierro los ojos y me quedo inmóvil flotando en la superficie, mi pensamiento vuela con Kaled, una sonrisa a labios cerrados ilumina mi rostro, aun con los ojos cerrados recordando todo lo que vivimos aquel hermoso fin de semana en Puerto Plata de Republica Dominicana.
De pronto un chapuzón en la piscina salpica mi cara y me incorporo tratando de ponerme de pie, estoy del lado profundo y apenas logro estabilizarme para ver quien se había sumergido, la sombra de un hombre con el torso desnudo nada hacia mí, me asusto y quiero llegar al borde de la piscina y salir, cuando una mano fuerte me hala hacia su cuerpo; el movimiento de agua no me deja ver quien me tiene sujeta, mis pechos erizado se unen a su pecho de músculos definidos, el agarre se hace más fuerte cuando mis manos ceden la presión que ejercían sobre sus hombros para zafarme, necesito sacar los cabellos mojado de encima de mis ojos que me impide verlo, intento gritar para pedir auxilio cuando mis ojos se cruzan con los de Alex y si pronunciar palabra y ante mi sorpresa aprisiona mis labios entre los de él, su lengua se posesiona de mi boca en un beso apasionado y sin control. Lo sentí estremecerse de la cabeza a los pies.
Noté como aquellos labios ardientes moldeaban los míos de una forma hambrienta y a la vez cálida, bajé la presión que ejercía en mis labios para que los dejara entreabiertos y cediera al beso, me dejé llevar, permitiendo que la lengua de él penetrara libremente en mi boca. Y accedí, enredándome con él en aquella danza sensual. Mis cinco sentidos me gritaban y pedían detenerlo, pero definitivamente él me atraía de forma inexplicable, mis manos buscaban liberarme de él haciendo presión y al minuto después se deslizaban por sus brazos bien torneados y lo abrazaba enrollando mis brazos en su cuello, Perdí la noción del tiempo, siendo presa de sus besos, los cuales me extraían y me devolvían la vida en intervalos de locura. Noté como las rodillas me flojeaban ante la intensidad de aquel hombre tan enamorado, tan dulce, tan entregado. Envuelvo su boca en un beso voraz y con el mismo arrebato de efusión lo recibía él, la respiración se nos acopla para convertirse en una sola. Me estremece la pasión creada entre los dos, mi debilidad ante sus caricias y su premura por tenerme y ese largo beso mojado me guían a la locura. Intento zafarme logrando separarme un poco de su pecho. Al verme los pechos erguidos rosando sus pectorales perfectos, soltó un gemido de excitación, complacido con lo que veía. Lo sentí excitarse muy cerca de mi entrepierna, ya era casi un loco besando mi cuello, en ese instante supe que ya no podría detenerlo hasta hacerme el amor. Le pedía que me dejará, ya no me escuchaba yo perdía las fuerzas ante sus caricias y besos, me sentía vulnerable. ¿Que realmente estaba sintiendo por él?
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Eternamente tuya
RomanceCuando el tiempo ni la distancia pueden contra un sentimiento tan fuerte, que hasta la maldad termina inclinándose en una reverencia ante el... SE PROHÍBE TODA ADAPTACIÓN O COPIA DE ESTA OBRA. REGISTRADA EN SAFE CREATIVE. asegurada bajo At...